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Pedro Chang, el poeta de raíces chinas que le dio letra y música a la Navidad colombiana

El jingle navideño de Café Águila Roja cumplirá 50 años ininterrumpidos en la radio colombiana, su creador fue un poeta y publicista caleño.

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Pedor Chang
E jingle de Café Águila Roja empezó a transmitirse por radio en diciembre de 1976. | Foto: Archivo Luis Cantillo

14 de dic de 2025, 05:17 p. m.

Actualizado el 14 de dic de 2025, 05:17 p. m.

La predisposición psicológica a la nostalgia que tienen las personas durante la época decembrina, esa forma de histeria colectiva que algunos llaman ‘encanto navideño’, sin duda —en Colombia— está asociada, desde hace 49 años, con el clásico jingle de Café Águila Roja.

Son 40 segundos de una cursilería suprema a la que nadie es inmune, sus versos cantados por una voz infantil: “Felicidad es todo aquello que se brinda sin reservas, una flor, un beso, la ternura del amor... La Navidad es todo aquello que nos hace recordar que la vida es bella, que diciembre es amor”, rompen todas las barreras de la indiferencia y llegan directo al corazón.

Pero, ¿quién fue el genio detrás de esta dulcísima obra publicitaria que llevamos escuchando por cuatro generaciones y ahora es parte indisoluble de nuestra identidad? Era un poeta caleño y se llamaba Pedro Chang.

Pedor Chang
Pedro Chang fue un escritor y exitoso publicista, también fundador y decano de la Facultad de Comunicación y Publicidad de la Universidad Santiago de Cali. | Foto: Archivo Luis Cantillo

Nació el 30 de abril de 1946 en Buenaventura, hijo del ciudadano chino Pedro Antonio Chang y Astrid Barrero, colombiana de Anolaima, Cundinamarca.

Su padre era un cantonés que había escapado a la persecución de un dictador, parece que su primera familia fue asesinada. Arribó a nuestro país en los años 40 y, mientras se refugiaba en la colonia oriental del Puerto de Buenaventura, Mao Zedong asumió el poder en China y lo nombró cónsul en Colombia.

El matrimonio de Pedro Antonio y Astrid no funcionó, pronto se divorciaron y ella decidió trasladarse con su pequeño hijo a Cali, y al poco tiempo, cuando Pedro Chang tenía cuatro años, fallece su padre, del que no guardó muchos recuerdos.

Con su apellido milenario, Pedro creció como un verdadero caleño, bajo la educación férrea de su madre, quien llegó a ser docente y directora de un colegio local. Destacó por su inteligencia y creatividad desde muy niño, “aprendió a leer solo antes de entrar a la escuela, ayudado por mi abuela”, cuenta el escritor Julián Chang, quien lleva varios años estudiando la vida y obra de su padre.

Poeta vanguardista

Cuando terminó el bachillerato en el Colegio Santa Librada de Cali, obtuvo el mayor puntaje en las pruebas académicas nacionales, ganándose el Premio Bachiller Coltejer, una beca para estudiar lo que deseara y en la universidad de su elección. Por presión de su madre, Pedro Chang se inscribió para Medicina en la Universidad Nacional.

“Evidentemente, mi papá ya tenía fuertes inclinaciones literarias y estando en Bogotá, nunca asistió a las clases de Medicina, sino que se metía a las clases de Filosofía y Letras. Allá se relacionaría con otros poetas, en particular con los Nadaístas, entre los que estaba Jotamario Arbeláez, alumno del Santa Librada. Así rompió definitivamente con la influencia que ejercía su madre. Al final lo expulsan de la Nacional, porque era contestatario y rebelde, como muchos jóvenes de la época. De modo que regresa a Cali”, cuenta Julián.

En su ciudad, lo primero que hace es inscribirse para estudiar literatura en la Universidad del Valle, son los tiempos en que por los mismos lugares circulaban Gustavo Álvarez Gardeazábal, Andrés Caicedo, Enrique Buenaventura y Carmiña Navia, entre otros.

Pedor Chang
En la actualidad, el editor Luis Cantillo trabaja en el libro que reúne la obra literaria y creativa de Pedro Chang: artículos, cuentos, poemas, cómics y su novela inacabada, que se publicará en 2026 durante la FIL Cali. | Foto: Archivo Luis Cantillo

“En Univalle tuvo protagonismo como líder estudiantil, junto a una amiga, que se llama Vicky Donneys y ahora vive en Francia, fueron dos personajes muy transgresores, les decían el chino y la vietnamita. Y fue por esa década del 60 que funda el grupo literario Los Mefíticos, que era como una vertiente aún más rebelde del Nadaísmo”, agrega.

Allí se reencuentra con Hernán Toro y conoce al escritor Armando Romero, que serían sus amigos toda la vida.

“Nosotros éramos compañeros del Colegio Santa Librada, donde compartíamos el gusto por la literatura, pero como él salió para Bogotá no nos habíamos vuelto a ver. En Univalle nos conocimos con Armando Romero, quien era mayor que nosotros, y él nos dio a leer poetas atípicos y raros, fuera de lo convencional, que hicieron parte la formación literaria mía y de Pedro”, recuerda Hernán Toro, escritor.

Sobre Los Mefíticos, rememora que “se llamaron con una palabra que significa mal oliente, algo fétido”.

“Pedro creó ese grupo con unos siete poetas jóvenes de la Universidad Nacional, que se hicieron una fama como provocadores, y cuando vino a Cali lo promovió, pero nunca fue muy numerosos”, complementa.

Pedro Chang publicó dos libros en vida, el poemario ‘El otro lado de las cosas’ (1989) y el libro de prosa poética dedicado a su ciudad ‘Cali no te vayas’ (1994).

Publicista genial

En medio de la vanguardia literaria, Pedro Chang se interesó por la publicidad, una faceta de su carrera con la que alcanzaría un enorme éxito y popularidad.

Sus dos compañeros en este emprendimiento fueron el compositor y productor Fernando Parra, y la cantante caleña María Teresa Villegas Garcés, más conocida como Isadora.

“En 1967 conocí a Pedro Chang en Univalle, terminamos compartiendo intereses artísticos en un grupo universitario. Como yo tenía una banda de rock, a Pedro le llamó la atención hacer música y para 1969, cuando hubo unas protestas estudiantiles, compusimos nuestra primera canción, un tema de libertad y rebeldía que tocamos en la cafetería de la Facultad de Medicina, en la sede de San Fernando”, cuenta Fernando Parra.

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El disco de los VI Juegos Panamericanos de Cali, objeto de culto en la actualidad, fue una iniciativa de Pedro Chang, quien logró convencer a Puertos de Colombia. | Foto: Archivo Luis Cantillo

Las colaboraciones entre Parra y Chang continuaron, ambos desarrollaron una dinámica creativa muy fluida, “él me daba letras y yo les ponía la melodía, y corregíamos lo que no nos cuadraba, los versos, el estilo musical”.

Todo creció cuando para el año 1971, se realizaron los VI Juegos Panamericanos de Cali, en los que Pedro Chang sobresalió como publicista a través de una tira cómica llamada Víctor Panamericano y un disco con música original inspirada en el magno evento que transformó a la ciudad.

“Él tenía 25 años y convenció a toda la burguesía caleña de crear este personajes que, de algún modo, fue la mascota de los Juegos Panamericanos, pero lo más curioso es que se trataba de un gamín enseñando a ser cívico, hay que tener mucho talento para lograr algo así”, dice Hernán Toro.

Víctor Panamericano, llamado así debido a que las dos primeras letras del nombre formaban el VI en números romanos, circuló en todos los periódicos de Cali.

Al mismo tiempo, Pedro venía trabajando con Fernando en tres canciones sobre los Juegos Panamericanos, su idea era grabar un disco conmemorativo, algo muy común por esos años.

Pedor Chang
Pedro Chan también fue asesor político, trabajando con líderes como Ómar Torrijos, de Panamá, y Carlos Holguín Sardi, quien fue alcalde de Cali. Y fue presidente del equipo de fútbol América de Cali por un año. | Foto: Archivo El País

“A los organizadores les gustó mucho la idea, pero no tenían plata, así que Pedro se la rebuscó en otro lado y finalmente convenció a Puertos de Colombia para financiarlo, por eso la portada del disco tiene un lazo amarrado a un bolardo del muelle. Realmente fue toda una proeza”, comenta Fernando.

El disco es un LP de 45 revoluciones con cuatro canciones, tres de ellas compuestas por el dúo Parra-Chang, donde destaca la más popular de esa temporada, la llamada ‘Cumbia Panamericana’, grabada por los Black Star y Gabriel Romero en los estudios de Sonolux, en Medellín. En algunas casas aún conservan su ejemplar.

El siguiente proyecto de Pedro Chang y Fernando Parra fue el debut de la cantante María Teresa Villegas Garcés, quien después de una lluvia de ideas terminó llamándose Isadora. “Era el nombre de moda por la película de Isadora Duncan, con la actriz Vanessa Redgrave, que se había estrenado durante esos años”, dice Fernando.

El primer disco homónimo de Isadora se publicó en 1973 y contó con 12 canciones, todas con letra de Pedro Chang y música de Fernando Parra. Se vendieron más de 100 mil copias gracias a una alianza que logró Chang con empresas caleñas.

El mismo año, Chang, Parra e Isadora, fundaron la agencia de Publicidad El Grupo, una de las más importantes de Cali, que tuvo a su cargo campañas de cultura cívica, para la Feria de Cali y diferentes productos comerciales.

Chang realizó numerosas composiciones musicales que son, como afirma su hijo, “una parte importante de su obra, como la canción ‘Latigazos’ que grabó Leonor González Mina, la Negra Grande de Colombia”.

Navidad con sabor a café

Entre los años 70 y 80, las agencias de publicidad en Cali pasaban por un momento de esplendor, además de El Grupo, liderada por Pedro Chang, estaba Nicholls Publicidad, entre otras, que reunían el mejor talento literario y gráfico de la ciudad.

Todas codiciaban una cuenta, la de Café Águila Roja, empresa fundada en 1930 y que ya era una marca icónica de Cali, dirigida por Giuseppe ‘Pepino’ Sangiovanni, ante quien se presentó Pedro Chang con varias propuestas. Después serían grandes amigos, Sangiovanni —presidente del América de Cali en su momento— fue padrino de un hijo de Chang.

“Lo primero que hicimos para Águila Roja fue el jingle que dice: ‘Cada instante de la vida, se está colando’, pero fue para 1976 cuando presentamos el jingle ‘Un granito de café al espejo se miró...’, que Sangiovanni aceptó sin dudarlo y grabamos con la voz de Isadora”, afirma Fernando.

El compositor y productor cuenta, además, que esta clásica pieza publicitaria no la hicieron originalmente para el popular café, “había sido un encargo para Uva Popular, una gaseosa de Coca-Cola, pero nos la rechazaron, así que cambiamos la uva por un granito de café y resultó perfecto”.

Ya estaba por llegar la Navidad y, como cuenta el mismo Pepino Sangiovanni, en una entrevista realizada por Juan Sebastián Chang, hijo del poeta y publicista: “Pedro estaba cerca de la puerta, aquí en oficina. Y en un momento me dice: ‘Pepino, ¿te gustaría este jingle para Navidad?’. ‘¿Cuál?’, digo yo. Y él empieza a cantar: ‘La Navidad es todo aquello que nos hace recordar que la vida es bella...’. Me pareció divino y lo mandé a terminarlo: ‘Ponle la voz que debe llevar para que tenga importancia a nivel nacional’, y así fue”.

Comercial Navidad Águila Roja

El jingle navideño es una composición con letra de Pedro Chang y música de Fernando Parra, cuya primera versión fue grabada con la voz de Isadora, quien por recomendación de Chang cantó con una “voz de niñita consentida”.

A lo largo de estos 49 años, el jingle ha tenido varias versiones, la segunda para 1991 con la voz de Diana Lucía Haddad. La tercera para 1994 con la producción de Kike Santander y la voz de Vicky Echeverri.

El mismo año, Chang compuso un jingle que produjo con Santander para radio y televisión, se trató del popular comerciar que decía “Arriba ese ánimo con Águila Roja”, donde salió Margarita Rosa de Francisco, durante los días que protagonizaba la telenovela ‘Café con aroma de mujer’.

La cuarta —y última versión hasta ahora del jingle navideño— es de 1998, con Fernando Parra de nuevo en la producción, arreglos de Moisés Herrera y, esta vez sí, con la voz real de un niño, José Ricardo Herrera, sobrino del arreglista, quien tenía 10 años.

Ante la pregunta de por qué en medio siglo no cambia el jingle navideño de su marca, el señor Pepino Sangiovanni responde con honestidad:

“Me gustó inmediatamente porque era y sigue siendo un mensaje que genera emotividad y es una forma de conquistar con alegría a mis consumidores. Y, hasta el momento, ningún publicista me ha traído algo que pueda sustituir ese mensaje. Quizás se han esforzado, lo cierto es que se volvió insustituible”, concluye.

Pedro Chang murió el 11 de mayo del 2001, a los 55 años, por causa de un infarto. Estaba trabajando en la novela ‘Los cuatro amigos’, que dejó inconclusa.

Periodista y escritor, entre sus publicaciones destaca el volumen de ensayos ‘Libro de las digresiones’. Reportero con experiencia en temas de cultura, ciencia y salud. Segundo lugar en los Premios Jorge Isaacs 2022, categoría de Ensayo.

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