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Por ahora, se desconocen los móviles de la que fue calificada como una masacre y tampoco hay personas detenidas, pero las autoridades adelantan una investigación. | Foto: Foto: Jorge Orozco / El País

CALI

Un año después, familias de menores asesinados en Llano Verde aún no reciben justicia

Este miércoles se cumple un año de la masacre de cinco menores en el oriente de Cali. Todavía no hay una condena para las tres personas que hasta el momento hay capturadas por los hechos. Familias piden que haya verdad.

10 de agosto de 2021 Por: Anderson Zapata, editor de Orden

Ya han pasado 365 días desde que Álvaro José Caicedo, Jair Cortés, Josmar Jean Paul Cruz, Luis Fernando Montaño y Léider Cárdenas, cuyas edades estaban entre 14 y 16 años, fueron asesinados cuando jugaban en un predio conocido como ‘Las Flores’, en el barrio Llano Verde, oriente de Cali.

El dolor, a pesar del paso del tiempo, no se ha ido y los recuerdos en fechas como esta se hacen más fuertes y arrugan el corazón, no solo de las familias de los menores, sino de toda una ciudad.

Por la masacre se encuentran presos Yefferson Marcial Angulo, Juan Carlos Loaiza y Gabriel Alejandro Bejarano, alias ‘El mono’, quien es acusado de ser el presunto autor material por haber ejecutado con tiros de gracia a los menores.

Los detenidos, en especial Bejarano, afirmaron que buscarán preacuerdos con la Fiscalía para lograr una rebaja de pena.

Los abogados defensores y familiares de las víctimas se han opuesto a cualquier preacuerdo porque los jóvenes habrían sido torturados antes de ser asesinados, por lo que exigen un castigo de hasta 60 años de prisión para los homicidas.

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El País habló con una madre y un padre de los menores, ambos recordaron a sus hijos y piden justicia.

“Estamos solos y abandonados”

Para Rubi Cortés, madre de Jair Andrés Cortés, no es fácil saber que hoy se cumple un año del asesinato de su hijo en un cañaduzal a solo una cuadra de su casa, “parece que fuera el primer día de semejante locura y dolor tan grande que le ha tocado vivir a mí y a mi familia”, aseguró.

Rubi sigue trabajando vendiendo arroz con leche y pescado en las calles del barrio Llano Verde, donde vive desde hace siete años y en el que su hijo solía salir a jugar, pero admite que lo más difícil de la jornada es cuando regresa a casa y tiene que ver de frente los cañaduzales donde fue asesinado Jair.

“Cuando voy llegando a mi casa y miro ese cañaduzal prefiero mirar hacia otro lado. Inclusive, quisiera tener un poder para desaparecerlo. En otras oportunidades me paro en silencio, lo miro y solo lloro. Es muy triste saber que ese es el cementerio de nuestros hijos y que allá le quitan la vida a muchos seres humanos”, relató esta madre soltera de 7 hijos.

¿Cómo fue este año sin su hijo?

Ha sido algo muy difícil. Uno llega a estar acostumbrado a su familia y ver y sentir que ya no está un hijo es algo muy difícil y más ahora cuando veo que los niños ya regresaron al colegio. Algunas veces me siento a esperarlo llegar a la casa, pero saber que eso nunca va a ocurrir es algo muy duro.

Jair tenía solo 14 años cuando lo mataron y lo que más extraño de él es su sonrisa, su forma de ser y la calidad humana que tenía. Además recuerdo que algunas veces bailaba frente a mí.

¿Cómo fue el apoyo de la familia?

Nos tocó refugiarnos entre nosotros. Inclusive, dormíamos juntos y hacíamos pijamadas pero solamente por acompañarnos debido al temor y al trauma que sentíamos.

¿Cómo ha sido el acompañamiento de las autoridades este año?

No nos han vuelto a llamar para nada. Solo se aparecieron los días después de la masacre y jamás volvieron donde nosotros. Estamos solos y abandonados.

¿Qué mensaje le envía al Gobierno?

Que investiguen bien qué es lo que está sucediendo realmente. Nosotros pedimos claridad, verdad y justicia. También les digo que no se dejen guiar por alguien que tiene dinero y que podría estar en medio de la investigación. Espero que las autoridades sean siempre transparentes.

¿Qué opina sobre el preacuerdo entre la Fiscalía y uno de los victimarios?

Creo que en la Fiscalía no les duele lo que le pasa a la sociedad, a las personas afro y a los desplazados. No les interesa mucho la vida de los niños porque cómo pretenden lograr llegar a un preacuerdo con un asesino que tuvo la osadía de matar a 5 adolescentes.

¿Qué le diría al presunto autor material de los hechos?

No sé qué le diría porque una cosa es hablar en una entrevista y otra es tenerlo frente a mí. No sé cómo reaccionaría si tuviese a esa persona cara a cara.

Yo vivo a un minuto del cañaduzal donde ocurrió la masacre, pero ingresar al lugar donde ocurrió todo no he sido capaz y no hay corazón para llegar hasta allá donde encontramos a nuestros niños muertos. No hay fuerza para visitar ese lugar.

“Queremos que todos los culpables sean condenados”

Al escuchar a Álvaro Caicedo se nota en su voz la tristeza e impotencia por la pérdida de su hijo que llevaba su mismo nombre. “Esta partida es algo que yo no puedo explicar con palabras y lo único que le digo es que no me gustaría que alguien lo viviera porque es algo muy difícil”, lamentó.

Don Álvaro no se explica por qué, a pesar de que hace un año se anunció una intervención del barrio por parte del gobierno local, hoy según él las cosas siguen igual. “Parece que fuera un barrio sin ley. Incluso, el CAI está solo y no sé por qué, pareciera que vienen por momentos a conversar y nada más”, explicó.

Este miércoles se cumple un año sin su hijo...

Va un año desde que nuestros niños fueron masacrados y asesinados vilmente, siento un poquito de rabia con el Gobierno porque ellos dijeron que nos iban a ayudar con los capturados y no ha pasado nada, antes les han dado beneficios.

¿Por qué dice que siente rabia con las autoridades?

Porque el Presidente vino a Llano Verde y nos dijo que se responsabilizaba a capturar a los homicidas y que les iba a caer todo el peso de la ley. Pero ahora nos salen con que no han sido condenados y que tendrán posiblemente rebaja de penas. Nosotros simplemente queremos que ellos sean condenados como se lo merecen.

¿Qué cree que pasó ese día?

Yo ya no pienso en qué habría podido pasar el día de la masacre. Yo lo que quiero es escuchar la verdad y que esas personas hablen. No sé por qué el Gobierno no los ha hecho hablar ni decir la verdad.

Los tres capturados son asesinos y todos tienen que pagar, inclusive los que fueron los autores intelectuales. Quiero que el proceso avance porque a los que mataron fueron cinco niños, no cinco animales ni cinco perros.

¿Qué le diría a los asesinos?

Si algún día tendré la oportunidad de verlos cara a cara me saldrán algunas palabras, por ahora solo puedo decir que ya los perdoné, pero que tienen que pagar por sus actos ante la justicia.

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