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Diego Armando Maradona fue uno de los más esperados para el sorteo. | Foto: EFE / El País

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¿Qué le pasa a Maradona? Perfil de una estrella que se apaga

Diego Maradona nunca está al margen del escándalo. Un diez en la cancha que fuera de ella siempre ha dado de qué hablar.

28 de octubre de 2018 Por: Redacción de El País y agencia EFE

Entonces Maradona dijo: “No podés hacer de un caudillo a un tipo como Messi, que antes de un partido va al baño 20 veces”, y después: “No lo endiosemos más. Messi es Messi jugando en Barcelona. Jugando con la camiseta argentina es uno más”, y el mundo estalló.

Y tal vez el mundo estalló por un par de razones esenciales: la primera indica que Maradona sigue siendo un mito, en decadencia, un mito que cada vez es más la caricatura de sí mismo, pero que no pierde su aura de legenda.

La segunda razón: hablaba de otro que también tiene aquel aire de quien pertenece a un plano superior, de quien ya es mucho más que un simple hombre, de quien se ha instalado en el terreno de lo fantástico sin abandonar su consistencia de carne: de Messi.

Aquello lo dijo Maradona el pasado 13 de octubre mientras conversaba con periodista de la cadena de televisión Fox, en México.

Y entonces en Facebook, Twitter, Instagram, Youtube, periódicos, revistas, canales de televisión y emisoras de radio se hizo fuente de debates, origen de rencores, principio de indignaciones, material de aplauso o vituperaciones, como lo ha sido siempre desde que Maradona es Maradona, que no sabemos muy bien si fue aquel 22 de junio de 1986, cuando hizo el gol del siglo contra Inglaterra, o aquel 30 de junio de 1994, cuando fue retirado del Mundial de Estados Unidos por dar positivo en una prueba antidopaje.

Porque ha sido así, desde siempre, desde que el mundo conoció al tipo bajo, pelo revuelto, altanero en la cancha, excéntrico fuera de ella: cada gol suyo, cada palabra suya, cada regate, cada gesto se hizo noticia.

Y para ser justos, desde que dejó de ser el hombre que jugaba a la pelota, eso no ha cambiado, aunque las noticias ahora no lo son por su zurda, sino más bien por cada uno de sus gestos o palabras o desatinos, que parece que siempre, siempre, pueden reinventarse.

Lo que dijo de Messi, en realidad, es casi un escándalo infantil comparado con su historial. Como se sabe, cuando el mundo entero ya conocía todos sus problemas con las drogas, con las que estuvo luchando desde principios de la década de los 90 hasta que las superó, en la mitad de la primera década de este siglo, Maradona volvió a figurar en los diarios por uno de sus tantos conflictos de agresión a las mujeres.

Era 2006 y, de vacaciones en la Polinesia, fue acusado de romperle un vaso en la cabeza a una mujer después de que ella tuviera un altercado con Gianinna, su hija. El problema fue solucionado, aparentemente, con el pago de dinero a la agredida.

Luego hubo un tiempo de relativa calma, entre 2006 y 2013, en el que Maradona se hizo el director técnico de Argentina y fracasó de un modo ruidoso en Sudáfrica 2010, cuando Alemania la goleó 4-0 en los cuartos de final.

La calma de sus desafueros sobrevivió incluso esa derrota con su selección, hasta que el 15 de mayo de 2013, cuando llegaba a Ezeiza, Argentina, fue acompañado por una gran multitud de fanáticos. Cuando logró zafarse y llegar a su auto, fue seguido por los periodistas.

Maradona no aguantó el acosó y los agredió con piedras. “Maradona recibe con piedras y patadas a los periodistas”, titularon varios medios argentinos.

Pasó poco más de un año y en septiembre de 2014, Dieguito le lanzó una cachetada a un periodista y le dijo: “Qué te pasa, bobo. ¿Por qué te metes con mi mujer si yo con vos no me meto?”. Aquello sucedió a la salida del Teatro Nacional de Buenos Aires, cuando iba junto a su ahora exesposa Verónica Ojeda y su hijo Diego Fernando.


Al parecer, el periodista le habría guiñado un ojo a Verónica y eso no le gustó al Diego.

Un mes después, cuando ya no salía con Verónica sino con quien ahora es su pareja, Rocío Oliva, se conoció un video en el que, en evidente estado de alicoramiento, Maradona la golpea mientras la dice en tono agresivo: “¿Sigues mirando el teléfono?”.

En el video filmado por su novia, se la escucha pidiéndole que se detenga: “Pará, Diego, dejá de pegar”.

A esos asuntos podrían sumarse el hecho de que en 1992 y 1996 enfrentó demandas de paternidad y las autoridades dictaminaron que Maradona sí era el padre de Diego Junio Maradona, producto de una relación que tuvo con una italiana mientras jugaba para el Nápoles, y Jana Maradona, producto de su relación con Valeria Sabalaín.

Y otros tantos. Entre los últimos figuran sus apariciones como hincha de Argentina en el Mundial de Rusia. Quizás lo que más se recuerda fue aquel partido contra Nigeria, en el que Argentina se peleaba su clasificación a segunda ronda y que ganó 2-1.

Desde su tribuna, el Diego estuvo gritando durante todo el tiempo, haciendo sus gestos habituales, el rostro de impaciencia, de exaltada desesperanza, de grotescas conmociones, mientras el partido iba 1-1.

Después, cuando Marcos Rojo en los límites del partido firmó la victoria para Argentina, lo vimos de nuevo: ahí estaba el Diego, El Pelusa, la mano de Dios, el barrilete cósmico, Maradona, insultando a los hinchas nigerianos desde la altura de su tribuna, diciéndoles ‘fuck you’ con sus dedos, gritando “ahora sí chúpenla”, según se pudo saber, al borde de un colapso de exaltación grotesca que terminó por requerir atención médica.

Ese es Diego, ese también es Maradona.

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La enfermedad

Maradona no se rinde. Está aquí, allá, figura en la prensa, en las conferencias de prensa de la Fifa, atiende programas de televisión. No hay razones para el cansancio, si se piensa en su edad, 58 años.

Ahora mismo es el director técnico de Los Dorados, un equipo de segunda división de México que, desde que está bajo su batuta, ha ganado cuatro partidos de cinco disputados. Números alentadores, sin contar con que Maradona grita desde el banco, besa a sus jugadores, los palmotea en las mejillas, baila cuando ganan, y se ha convertido en el invitado preferido de los programas deportivos de los Aztecas.
Es Maradona, después de todo.

Sin embargo, cada vez que se le escucha hablar, cada vez que se le ve correr, incluso cuando se le ve caminar, es imposible no tener una sensación de fragilidad, de desgaste, de un hombre que ha apurado tantos excesos que a su cuerpo solo le queda padecer los efectos.
Y es una preocupación que no está mal fundada.

La semana pasada se conoció un video en el que se veía al Diego incapaz de caminar fluidamente por sí solo, lo que empezó a despertar la preocupación de muchos.

Las imágenes mostraban a Maradona caminando casi encorvado al lado de su asistente técnico, Luis Islas, y su paso cansino pareció ser más consecuencia de alguna dolencia que de los kilos de más en su anatomía, por lo que han aparecido versiones de un posible padecimiento de artrosis en ambas rodillas.

Desde que dirigió su primer entrenamiento con Los Dorados, Maradona mostró dificultades en su movimiento de cadera.

Además de las lesiones sufridas como futbolista profesional y de los abusos de drogas y alcohol por años, algo reconocido por él mismo, Maradona sufrió infiltraciones de manera regular cuando fue el mejor jugador del mundo y hace más de 20 años fue tratado con cortisona para aliviar dolores, lo cual suele dejar secuelas, según los médicos.

Los antecedentes de Maradona delatan la mala salud del ahora entrenador, con un historial plagado de padecimientos: hipertensión en 1997, fallas del corazón en el 2000, infección pulmonar en el 2004; obesidad, en una etapa de su vida, e insomnio.

Aunque en el año 2005 se sometió a una operación de bypass gástrico, luego aumentó de peso y volvió a practicarse una operación.

En el pasado Mundial de Rusia 2018, el argentino estuvo a punto de un desmayo durante un partido de la selección Albiceleste, después de lo que había mantenido un semblante aceptable en México, donde fue contratado el mes pasado para dirigir a Los Dorados, con los que lleva tres victorias y una derrota en la Liga de Ascenso.

Y para parar las especulaciones por su salud, el colombiano Germán Ochoa, uno de sus médicos de cabecera, debió confirmar que el Diego sufre una artrosis severa y que debería operarse las rodillas.

“Le hicimos un tratamiento antes del Mundial para que pudiera atravesar sus actividades en Rusia de la mejor manera. Tiene una artrosis severa en sus dos rodillas. Ya no tiene cartílagos. Los huesos se tocan entre sí, el fémur con la tibia y el peroné. Es un problema grave porque le provoca mucho dolor, inflamación y dificultad para desplazarse”, dijo Ochoa al canal Todo Noticias.

“Maradona sabe que la solución es operarlo y ponerle prótesis en las dos rodillas. A corto o mediano plazo hay que tomar la decisión del reemplazo articular, pero el problema es que Diego es un paciente joven (57 años), pero sus rodillas no tienen otra solución”, añadió.

Maradona, sin embargo, es dueño de una exaltación que no puede extinguirse.

Su presencia en la segunda división del fútbol mexicano ha sido un revulsivo que ha aumentado la asistencia a los estadios y las ventas televisivas.

Es Maradona, el mito o la caricatura del mito, no lo sabemos, pero en todo caso, el Diego.

Sus romances 

Se llama Rocío Oliva, tiene 28 años —‘solo’ treinta menos que él— y ahora es su prometida. Que se sepa, se comprometieron en 2015, cuando Maradona le dio un anillo de diamantes, un años después de que ella hiciera público un video en que él, pasado de tragos, la golpeaba.
Rocío es, sin embargo, su relación más estable después de las turbulencias anteriores.

Su esposa primera, Claudia Villafañe, fue su novia de toda la vida con la que se casó en 1984 y se divorció en 2003, para iniciar una pelea judicial por la repartición de los bienes económicos que aún perdura.
El divorcio, se dijo, tuvo muchas razones, entre las cuales una de las más importantes fueron las infidelidades de Diego.

Como se supo mucho tiempo después, cuando Maradona tuvo su primera hija en 1987, Dalma, estaba a punto de tener a otro hijo con otra mujer, Diego Junio, a quien reconoció solo 30 años después.
En noviembre de 2005 Diego conoció a Verónica Ojeda.

Una relación que nunca tuvo paz. Por un lado, tanto Dalma como Gianinna, hijas que tuvo con su anterior esposa, nunca la aceptaron en la familia y mucho menos cuando se confirmó la llegada de Dieguito Fernando, hijo de Verónica y por entonces el único heredero más allá de ellas dos.

Mientras Diego estuvo con Ojeda fue internado en el Sanatorio Güemes de Rosario, Argentina, al borde de la muerte por una hepatitis aguda producto del consumo de drogas.

Diego y Verónica tuvieron una relación de casi ocho años, además de Dieguito perdieron otro embarazo, pero la relación siempre navegó en aguas complicadas.

Uno de los temas que siempre rodeó la relación tuvo que ver con las infidelidades.

Diego siempre sospechó que Verónica le había sido infiel y en más de una oportunidad se desató un escándalo por eso, sin contar todas las infidelidades propias cometidas por él, que también tuvo con Claudia.
En 2013, en pleno embarazo de Verónica, Diego la dejó por la llegada de Rocío.

¿Quién es ella, de dónde salió la nueva mujer del clan Maradona?

Rocío es una jugadora de fútbol que, irónicamente, creció jugando para el River Plate, el eterno enemigo del amado Boca Juniors de Maradona.
Conoció a Maradona en 2010, cuando éste todavía era pareja de Verónica Ojeda. Desde que comenzaron su relación, la polémica ha estado siempre presente. Incluso en alguna ocasión han dado por finalizada la relación, aunque luego la han retomado.

Alrededor de ese romance ha habido, además de los escándalos de violencia, los escándalos por el pasado de Oliva.

Varios medios sensacionalistas indicaron que Oliva solía trabajar para el club ‘Cocodrilos’, un reconocido bar nudista de Argentina.

Por otro lado, las hijas mayores de Maradona, llamadas Dalma y Gianinna, no han aceptado el romance con Olivia y eso ha hecho que su relación con el padre empiece a erosionarse.

Al margen de eso, ambos parecen estar concentrados completamente no solo en la carrera de Maradona como técnico deportivo en México, sino en todo lo que tiene que ver con Los Dorados.

Hace pocos días se supo que Oliva llegará al equipo femenino del club mexicano próximamente y se sumará en un partido amistoso donde se espera que el rival sea Zacatepec.

Aún se ignora cuándo sería la fecha de la boda entre ambos y, en caso de que se dé, Oliva sería la segunda esposa oficial de Maradona, quien a pesar de sus numerosas historias de amor, hasta ahora solo tiene una de matrimonio.

Seguirá caminando

Su médico "No va a suceder que Diego no pueda caminar, no va a llegar a eso. Los avances en tecnología permiten una solución, pero la manera más prudente e inteligente de llegar a una solución es operar las dos rodillas", aseveró el médico Germán Ochoa, quien ya operó a Maradona de la rodilla izquierda en 2004.

Maradona estuvo de visita en Cali en junio de este año, para que Ochoa le practicara varios exámenes en sus rodillas y determinara si era necesaria la intervención quirúrgica que ya parece irrevocable. Aún no se ha determinado cuándo se realizaría la intervención.

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