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Juan Fernando Cristo hizo parte del equipo de negociadores del Gobierno, al tiempo que era ministro del Interior. | Foto: Archivo de El País

JUAN FERNANDO CRISTO

¿Podrá el centro tener un candidato único? Juan Fernando Cristo habla sobre encuentro clave con Gaviria

Juan Fernando Cristo, precandidato presidencial, explica por qué quieren reunirse con Alejandro Gaviria. “No todo el que diga que no quiere estar con Uribe ni con Petro cabe en el centro”.

21 de noviembre de 2021 Por:  Olga Lucía Criollo, editora de Poder

El principal desafío que tiene hoy Colombia es parar la pelotera en la que estamos, frenar la peleadera, y eso lo podemos hacer nosotros desde la Coalición de la Esperanza, no lo pueden hacer los extremos”, dice el exministro Juan Fernando Cristo.

Él, creador intelectual del cónclave que terminó enfrentando al candidato presidencial Alejandro Gaviria con el jefe del liberalismo, César Gaviria, dice que sueña con instaurar en el país “una especie de modelo de concertación a la chilena después de la dictadura de Pinochet”.

Pero Cristo, precandidato presidencial por el movimiento En Marcha, también advierte: “No podemos juntar peras con manzanas, aquí no todo se vale, no se trata de que todo el que diga que no quiere estar con Uribe ni con Petro cabe en el centro”.

¿Cómo surge la idea del cónclave que se hará el próximo domingo?

Estuve reflexionando sobre la necesidad que tiene Colombia de no repetir las equivocaciones que se cometieron en el 2018 ni el escenario de la segunda vuelta presidencial de ese año, sino de construir alternativas políticas distintas a las que se enfrentaron entonces, y es fundamental que quienes creemos que se pueden construir proyectos de liderazgo colectivo alejados de los extremos, que le apuesten al cambio, pero con certezas, serenidad y para unir a los colombianos, tenemos que empezar por dar ejemplo y llegué a la conclusión de que debemos partir de la base de que el centro en Colombia va mucho más allá de la Coalición de la Esperanza, que hay que convocar a otros sectores afines de centroizquierda y que para eso, en lugar de estar mandándonos declaraciones, trinos, videos, rumores, es importante que nos juntáramos en un cónclave para hablar con tiempo, sin los afanes de una agenda concreta, a ver si somos capaces de llegar a acuerdos en cuatro puntos esenciales. Celebro con mucho entusiasmo que todos los destinatarios de la invitación hayan aceptado suspender la campaña y reunirnos para buscar esos cuatro acuerdos.

¿Cuáles son los errores que se cometieron en el 2018?

Que esperamos a muy tarde para buscar acuerdos entre quienes teníamos coincidencias frente al futuro del país y dejamos que avanzara el tiempo y ya cuando Sergio Fajardo y Humberto de la Calle intentaron ponerse de acuerdo entre las elecciones de Congreso de marzo y la primera vuelta presidencial ya había tantos obstáculos y dificultades que se hizo imposible llegar a esos acuerdos. Por eso creo que desde temprano debemos empezar a construir esa posibilidad.

¿Y hasta dónde puede estirarse ese centro del que usted habla?

Lo que debemos tener claro es que esa Coalición de la Esperanza no se construyó ni para atajar a Petro ni para sacar del poder al uribismo. Sería una visión muy chiquita y muy mezquina de la política. Sino para construir un proyecto con vocación de permanencia, que le apueste a una transformación del país, a una visión de medio y largo plazo de unos cambios esenciales que necesita la sociedad colombiana. Por eso el centro no puede terminar limitándose a que todo el que no esté con Petro o con Uribe está en el centro, pero tampoco se puede limitar a la Coalición de la Esperanza. Allí es donde tenemos que explorar hasta dónde podemos llegar y es parte del propósito del cónclave que haremos el domingo.

¿O sea, que ningún miembro de la llamada Coalición de la Experiencia podría caber allí?

Son proyectos políticos distintos. Lo que se está conformando en la derecha colombiana es una coalición que pretenden armar de la derecha sin el jefe natural de la derecha en Colombia, que es Álvaro Uribe, lo cual es un propósito bien complejo, pero será la coalición del continuismo, del estatus quo, del uribismo y del Gobierno de Duque y la de la Esperanza es una coalición de oposición al Gobierno Duque y de cambio frente a lo que ha significado el uribismo en el poder estos tres años.

¿La idea del cónclave es ponerse de acuerdo para una consulta interpartidista?

La Coalición de la Esperanza ya tiene un acuerdo programático y un acuerdo ético y la esencia es discutir esas agendas con las personas del centro que no han participado en la Coalición, a ver si logramos salir con una propuesta muy clara para el país. Me impresiona que para varios sectores del Gobierno y la derecha la única propuesta es derrotar a Petro, y eso no es lo que esperan los colombianos: tenemos que salir con propuestas e ideas. Y el candidato del centro lo van a escoger los colombianos yendo a las urnas en marzo en la consulta popular que se convoque por parte de la Coalición de la Esperanza y los otros sectores del centro. El tercer propósito es explorar la posibilidad de tener una lista única del centro al Senado, porque se tiene que lograr avanzar tanto en cambiar el Gobierno de Duque, como en cambiar el Congreso, porque se ha convertido en el principal obstáculo para las reformas y el progreso del país y el cuarto es hablar de cómo sería la conformación de un gobierno de coalición en Colombia, cuál sería su propósito, su agenda y el liderazgo colectivo, por que la crisis que vive el país es la más profunda en muchas décadas y no va a ser con un mesías o caudillo como vamos a solucionarla, sino con equipo y liderazgo colectivo.

Usted también dijo que aún hay tiempo para la grandeza y que se deben buscar consensos por encima de los egos y las vanidades personales. ¿Cómo lograrlo?

En política los egos son naturales y normales, nadie está exento de ellos. La invitación es a manejar y a limitar esos egos, a pensar en el país, a entender que si estamos convocando a la unión de los colombianos por fuera de los extremos tenemos que dar ejemplo, demostrar que, a pesar de las diferencias de liderazgos, de orígenes y trayectorias, somos capaces de ponernos de acuerdo en torno a una agenda, unos procedimientos y una visión de país de largo plazo. Pero el problema no es solo de egos, también es de que no podemos juntar peras con manzanas, de que aquí no todo se vale, de que no se trata, como lo dije antes, de que todo el que diga que no quiere estar con Uribe ni con Petro hoy cabe en el centro. Por eso hay que conversar y explorar acuerdos y buscar hasta dónde las coincidencias son superiores a las diferencias.

¿Cómo toma la respuesta de Alejandro Gaviria de que sí va a ir al cónclave, pero sin vetos?

Yo celebro la respuesta positiva de Alejandro Gaviria, como la de todos los convocados de los sectores del Partido Verde y todos los compañeros de la Coalición de la Esperanza, porque es una oportunidad para sentarnos con tranquilidad a discutir los problemas del país, sus soluciones y acuerdos. Esta Coalición quiere tener una vocación de permanencia más allá de la elección del 2022, en las elecciones territoriales del 23, hacia el futuro. Yo sueño con una especie de modelo de concertación a la chilena después de la dictadura de Pinochet. El principal desafío que tiene hoy Colombia, para mí, es parar la pelotera en la que estamos, frenar la peleadera, y eso lo podemos hacer nosotros desde la Coalición de la Esperanza, no lo pueden hacer los extremos y creo que eso es fundamental cuando pensamos en unir el centro y en que seamos capaces todos de sentarnos a conversar. Por eso la respuesta de Alejandro Gaviria es muy positiva y tendremos tiempo para discutir qué quiere decir sin vetos y hasta dónde podemos llegar a acuerdos y con qué sectores, cómo podemos construir un centro amplio e incluyente, pero que sea coherente y consistente.

Ya en frío, ¿cómo analiza el agarrón que tuvieron los dos Gaviria, el expresidente y el candidato?

Insisto en que el país está cansado de tanta peleadera, por eso no me quiero meter en la controversia que tienen César Gaviria y Alejandro Gaviria. Es un asunto del Partido Liberal, que espero resuelvan de manera tranquila y no es un tema que sea de interés o afecte la Coalición de la Esperanza.

¿Pero cree que ese distanciamiento facilita el camino para el cónclave?

Sin lugar a dudas ese distanciamiento, que no sabemos qué tan profundo es y si sea definitivo o no, plantea un escenario político diferente para las discusiones del cónclave. Insisto en que queremos construir una coalición amplia e incluyente, pero que también sea una coalición de oposición a lo que significa hoy el Gobierno Duque y de cambio frente a lo que está sucediendo en el país. Son criterios fundamentales sobre los cuales tenemos que discutir el próximo domingo todos los que nos encontremos en el cónclave.

Justo usted había dicho: ‘bienvenido Gaviria, pero sin Gaviria’...

El Partido Liberal ayudó a elegir a Duque en la segunda vuelta, en un acto supremo de inconsistencia y de incoherencia, y ha acompañado la agenda de Duque durante estos tres años, igual que el Partido de la U y Cambio Radical. Esta es una coalición de oposición, que busca un cambio en las formas políticas y en el ejercicio de la política. De hecho, uno de sus principales propósitos será avanzar en la reforma política que varias veces nos hundieron en el Congreso de la República y desde ese punto de vista hay que mantener también coherencia y eso es lo que queremos discutir con Alejandro Gaviria en el cónclave, que no tuvimos oportunidad de hacerlo en una reunión de solo una hora que tuvimos.

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