Coaliciones de la discordia: ¿cómo deberían resolver sus diferencias a días de las elecciones?

Quienes quieran votar por las coaliciones podrán escoger uno de estos tres tarjetones.

A18 días de la votación de las 3 consultas populares que dejarán a 13 aspirantes a la Presidencia por fuera de la contienda, los ánimos están crispados tanto en la Coalición Centro Esperanza como en Equipo por Colombia y el Pacto Histórico.

Y eso, según analistas, debe llevarlos a reflexionar sobre si lo procedente es ‘sacarse los trapitos al sol’, como están haciendo los integrantes de la alianza del centro político, ‘lavar la ropa sucia en casa’, como han procedido en los últimos días los miembros de la coalición de centro derecha.

El llamado ‘fuego amigo’ casi que ha sido una constante en la coalición del centro, siendo Alejandro Gaviria el ‘blanco’ frecuente de este, dado que ha recibido adhesiones de integrantes de los partidos Liberal y Cambio Radical, acusados de clientelismo.

Una posición contraria es la que ha asumido el Equipo por Colombia, cuyos miembros han cerrado filas en torno a Alejandro Char, que quedó en el ojo del huracán tras las denuncias hechas desde Venezuela en su contra por la excongresista Aida Merlano, acusándolo de compra de votos.

Y en el Pacto Histórico, aunque ha habido bastante cohesión, la semana pasada se registró un rifirrafe en Twitter entre los senadores Alexánder López y Roy Barreras, este último acusado de incumplir acuerdos para la escogencia de la fórmula vicepresidencial de esa alianza, con el fin “de dejar entrar el clientelismo a la coalición”.

¿Pero cuál es la mejor estrategia para dirimir las diferencias internas en cada consulta interpartidista?
“Si las diferencias son de propuestas, evidentemente es mejor que salgan a flote, que se debatan. Otra cosa son las acusaciones o enjuiciamientos en donde tienden a solidarizarse con las personas que están involucradas. Ahí el debate es para saber si efectivamente hay que respetar el debido proceso o no”, afirma el politólogo Alejo Vargas.

Según el analista, las discusiones programáticas entre precandidatos son pertinentes porque le permiten al elector definir con quién se siente más identificado para darle su voto.

“No hay una estrategia previamente definida en todos los casos. Siempre será mejor que las divisiones, las diferencias y las tensiones sean resueltas de manera interna entre los que participan, porque si bien son competidores, hay también unas reglas de juego generales, unos compromisos de trabajo a futuro y una aceptación voluntaria de haber entrado a la coalición”, destaca, entre tanto, la docente y analista política Patricia Muñoz.

Y refiriéndose al Equipo por Colombia, el analista Germán Prieto considera que la actitud asumida por los demás integrantes ante el caso Char se debe a que las acusaciones que se le están realizando vienen de una persona que es considerada una traidora.

“Para la coalición, Merlano es una prófuga y una enemiga política protegida por el Gobierno de Nicolás Maduro, entonces ellos cierran filas (en torno a Char). Muy distinto sería que fuera una persona que estuviera colaborando con la justicia en Colombia, que no fuera su enemiga política y que no estuviera diciendo esto en un momento previo a la votación de la consulta”, precisa.

Frente al mismo caso, la docente Muñoz asegura que la no asistencia a los debates de opinión y a entrevistas en los medios de comunicación podría reducir el apoyo al excalde de Barranquilla en la preferencia del voto.

“Esa actitud de buscar no referirse al tema y guardar silencio lo hacen con el propósito de no tomar partido ante una situación que podría afectar negativamente a la coalición en términos de aumentar los niveles de desfavorabilidad, la intención de voto por esa coalición o reducir el voto por Char en la región Caribe, que sabemos que es bastante alto”, puntualiza.

Respecto a la Centro Esperanza, Prieto considera que las diferencias entre sus integrantes “son lo suficientemente importantes para que sean públicas, pero que no son tan graves para dañar la imagen de ningún candidato. Si acá hubiera habido alguna eventualidad que dañara a alguno, ellos también se protegerían”.

Muñoz plantea que esas discusiones son normales ante la tensión electoral que hay en el país, sobre todo entre quienes aspiran a ser elegidos.

“Competir por ganar una candidatura por supuesto que genera dificultades y tensiones que no han podido ser decantadas de manera privada, luego salen al aire y se genera ese choque. Otra cosa es la manifestación expresa de esa discusión con el ánimo de generar algún clima de opinión o dar conocimiento público de la situación que pueda dar un beneficio a un candidato en particular”, añade.

Frente al Pacto Histórico, Prieto asegura que es importante que las fuerzas políticas no sean vistas como un ‘club’ donde la lealtad que sus miembros sintieron al comienzo deberá cumplirse toda la vida.

“La política se trata de ganar las elecciones y de gobernar cuando hay que hacerlo, para eso hay que hacer concesiones, alianzas, echarse para atrás, pero por esa razón no se convierten en malos políticos ni en mentirosos. La política se trata de negociar, y en el caso de la fórmula vicepresidencial, como aún no estamos en primera vuelta, ninguno está comprometido a tener esa fórmula”, dice.

Lo cierto es que los observadores sostienen que lo más probable es que las controversias internas en las coaliciones continúen aumentando a medida que se acerque el 13 de marzo.

Pero la pregunta de fondo es si el ganador de cada una de ellas seguirá contando con el apoyo de los que derrotará en esa contienda.