BANCO DE ALIMENTOS
Banco de Alimentos cumple 20 años, la 'despensa' que le da comida a casi 67 mil caleños
El Banco de Alimentos, que impulsó monseñor Duarte Cancino, cumple 20 años. Beneficia a 268 fundaciones.
Siga a EL PAÍS en Google Discover y no se pierda las últimas noticias

4 de mar de 2020, 11:30 p. m.
Actualizado el 28 de abr de 2023, 02:23 p. m.
Nazaria Mena no sabía leer ni escribir. A sus 102 años tampoco sabía cuáles eran los colores. Increíble, pero cierto. Sin embargo, de las tantas enseñanzas que le dejaron sus largas sesiones pegada a las transmisiones de Todelar, una fue determinante para borrar las lágrimas del rostro de Sandra Corredor.
Sandra, quien hace cuatro años decidió abrir la fundación Casa de Reposo Nuevo Otoño, apenas alcanzaba a mercar un par de cosas para darle de comer a los adultos mayores que vivían en su casa en Montebello. No dormía.
Por esos días, los abuelos sugerían ir a pedir comida en las galerías. Otro más avezado animó, sin tener suerte, a robar zapayos a una finca vecina. Sandra lloraba.
Entonces, Nazaria recordó que había escuchado de un sitio donde podían conseguir frutas, verduras, sal, azúcar, pollo, carne. Todo, casi gratis. Un banco. El de Alimentos.
Lea también: Economía del Valle seguirá creciendo por encima de 3% en 2020, estima estudio
Eso fue hace ya dos años, comenta Sandra, quien advierte que sin la memoria y el consejo de la abuela de registrar la Fundación en ese Banco, probablemente, los 30 abuelos que le esperan en la zona rural de Cali no tendrían qué comer. Las lágrimas, como Nazaria, se fueron para siempre de la vida de Sandra.
Un Banco para todos
En Cali, al día, se generan alrededor de 1800 toneladas de residuos sólidos, de los cuales el 70 %, es decir 1260 toneladas, equivalen a comida procesada y sin procesar que serviría para alimentar las bocas que se acuestan sin probar bocado.
No obstante, en tres bodegas en la Calle 24, en el corazón del barrio San Nicolás, nada se pierde. Allí, en el Banco de Alimentos, se recogen a diario 10 toneladas de frutas, verduras, spaghettis, gaseosas, atún, café, pollo, galletas, pescado, prácticamente cualquier cosa que esté en buen estado y se pueda comer.
Actualmente, 268 fundaciones y organizaciones sociales se alimentan con las cosas que distribuye el Banco de Alimentos. Son instituciones que trabajan con niños, adultos mayores, personas en proceso de rehabilitación por adicciones, centros de salud, comedores y acciones comunitarias. Todos los días, 66.800 personas comen lo que sale desde las bodegas de San Nicolás.
Allí, literalmente, nada se pierde. De hecho, cuando hay demasiadas frutas y están muy maduras se meten en una máquina que termina deshaciéndolas hasta sacarles la última gota. El resultado: pulpas que se distribuyen entre las fundaciones beneficiadas. Incluso, cuando los frutos ven sus últimos días, hay quien los recoge para hacer abono.
El 23 de marzo el Banco de Alimentos de Cali cumplirá 20 años de servicio. Nació por iniciativa de monseñor Isaías Duarte Cancino, quien vio cómo funcionaba un proyecto similar en México y decidió replicar el modelo en la ciudad.
Cuenta el padre Óscar De La Vega, director del Banco hace ocho años, que todo empezó con una donación que nunca falla: las galletas navideñas que no se vendieron en diciembre de 1999. Por esos días las donaciones eran pocas, por lo que las galletas se acompañaban con jugo. Un refrigerio.
Las cosas han cambiado mucho en 20 años. El Banco ya no está en un pequeño recoveco ni las donaciones que reciben solo alcanzan para armar tentempiés. No.
Dentro de sus 3740 metros cuadrados de bodegas hay anaqueles y estanterías metálicas llenas de cajas con té, arroz, avena, cereales, panela, papas fritas. Las canastas de plástico también atiborran los salones del sitio con repollo, zanahoria, pollo, carnes frías, cebollas, manzanas, sandías, tomates, bananos. Un banquete que, por poco, roza el tejado.
A diario, entre 20 y 25 fundaciones que están registradas en el Banco, acuden por el mercado de la semana. La comida se distribuye teniendo en cuenta el número de beneficiarios que atiende la organización y las necesidades nutricionales de esa población.
No obstante, el mercado no es gratis. Para hacerse con lo suficiente para alimentar a sus beneficiarios, las fundaciones deben hacer un aporte solidario que varía dependiendo de la comida y la cantidad que se lleven. Es decir, por un kilo de fruta pueden pagar $300; mientras por un kilo de productos de panadería (12 o 15 donas) el precio a pagar son $450.
Sumas prácticamente simbólicas
Entre los principales donantes están los Almacenes La 14, donde diariamente los camiones hacen recorridos para recoger los productos que no se venden, aquellos que están muy maduros pero pueden consumirse o uno que otro que, por estándares de calidad, tiene alguna avería y no se puede comercializar. En total, todos los días se reciben, en promedio, de 10 a 12 toneladas de alimentos.
Sin embargo, para ampliar la red de donantes se empezó a trabajar con los agricultores del norte del Valle para que entregaran los excedentes de sus cosechas, en lugar de dejarlos perder. Para esto, una vez a la semana, un camión del Banco viaja por La Unión, Roldanillo, Zarzal y La Victoria en búsqueda de naranjas, piñas, maíz, banano, papaya, aguacate Hass, uvas.
Uno de los encargados de recoger los frutos es Alfonso Pino, un auxiliar de bodega que lleva siete años trabajando aquí, y quien dice que de las 205 canastillas vacías con las que arranca el viaje a las 6:00 de la mañana, hay ocasiones en las que puede retornar con 150 o 180 llenas de frutas y verduras para ampliar la despensa.
Dice que los campesinos de Roldanillo y La Unión son quienes suelen aportar más frutos. Eso sí, todos en buen estado porque, advierte, en el Norte son conscientes de que el viaje hasta lejanas tierras no puede ser a costa de una recompensa magullada o a punto de podrirse. Así, en el 2019 se recogieron en el campo 296.980 kilos de alimentos orgánicos.
Sin embargo, el Banco de Alimentos de Cali ya no solo recibe comida. En las blancas bodegas de la Calle 24 marcadas con el 6-103 también son usuales las donaciones de artículos de aseo personal y de hogar, ropa y muebles. Todo, una vez más, termina donándose a las fundaciones.
Para De La Vega aún falta mucho camino por recorrer. Según sus cálculos, hay 160.000 personas que pasan hambre en Cali, por lo que dice que uno de los retos que afronta todos los días es combatir la indolencia en todas sus formas: la de los almacenes y supermercados que todavía no donan y dejan perder la comida, la de las plazas de mercado que desperdician las frutas y verduras en los andenes; y la de las casas, donde se botan platos completos sin pensar que en el tacho de basura de la cuadra hay alguien que rebusca entre esos restos un manjar.
Bancos de Alimentos en Colombia
6024455000






