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Este año, en Cali se han registrado 46 accidentes de tránsito en los que estuvieron involucrados conductores que habían ingerido bebidas alcohólicas. | Foto: Jorge Orozco - El País

PABLO ARMERO

Caleños siguen conduciendo alicorados: van 76 sancionados en lo que va del 2020

De acuerdo con la Secretaría de Movilidad de Cali, de los conductores que dieron positivo durante los controles, el 60 % estuvieron inmersos en accidentes de tránsito. A diario se realizan operativos móviles por toda la ciudad.

24 de febrero de 2020 Por: Redacción de El País

Aunque la Ley 1696, que sanciona drásticamente a quienes deciden manejar habiendo tomado licor, ya cumple siete años en vigencia, la combinación de licor y combustible sigue siendo un dolor de cabeza en Cali.

El más reciente caso que demuestra que muchos caleños aún se aventuran a manejar con tragos encima es el del futbolista Pablo Armero, quien el pasado domingo habría ‘gambeteado’ un puesto de control en Pance y, supuestamente, se rehusó a la prueba de alcoholemia. La ‘jugada’ del exjugador del América de Cali terminó costándole la inmovilización de la camioneta que conducía -que deberá estar en los patios por 20 días- y una multa que, solo por negarse a soplar en la boquilla del alcoholímetro, podría superar los $47 millones.

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De hecho, en lo corrido de este año los guardas de tránsito han realizado 4052 pruebas de alcoholemia, de las cuales 76 resultaron positivas.

De acuerdo con el subsecretario de Servicios de Movilidad de Cali, Edwing Candelo, de dichos 76 conductores que dieron positivo durante los controles, 46 estuvieron inmersos en accidentes de tránsito. Es decir que el 60 % de los conductores que fueron detectados manejando en estado de embriaguez terminaron chocando contra otros vehículos o personas.

Además, en 22 accidentes en los que estuvieron involucrados conductores ebrios se generaron lesiones a terceros y en tres casos hubo muertes (dos motociclistas y un peatón).

“Es muy común que este comportamiento se dé entre los motociclistas, quienes terminan colisionando con otras motos o con peatones. Esto se está dando, más que todo, entre personas que tienen entre 26 y 45 años. Durante el 2019 se hicieron 37.583 pruebas de alcoholemia, de las cuales 762 fueron positivas; es decir que ya vamos en el 10 % y de esa cifra en solo dos meses. Esto es grave, porque ni los indicadores de mortalidad ni de accidentalidad están haciendo concientizar a las personas para evitar manejar cuando han tomado”, señaló Candelo.

Y aunque este es un fenómeno que se presenta en toda la ciudad, el Subsecretario de Servicios de Movilidad señaló que la mayor cantidad de comparendos se han impuesto en un polígono que comprende desde la Calle 25 hasta la Autopista entre carreras 66 y 125, es decir entre el Centro y el Sur.

Según explicó el subcomandante de agentes de tránsito, William Bermúdez, los operativos que se realizan para ‘cazar’ borrachos al volante se realizan a diario y son móviles, por lo que se instalan tres puestos de control durante tres horas y se van rotando durante la jornada.

“Algunos son en las entradas de la ciudad o en puntos como la Avenida Sexta, el Parque del Perro, Granada. En la madrugada de los fines de semana, entre las 3:00 a.m. y 6:00 a.m., los ubicamos en la Autopista Sur, la Carrera 8 y la Calle 5, que son los corredores viales por donde más hay tránsito”, señaló Bermúdez.

El funcionario señaló que en muchos las personas se niegan a hacer el procedimiento o lo realizan de forma irregular para que la prueba no arroje resultados, es decir que en vez de expulsar la bocanada de aliento a través de la boquilla del alcoholímetro, exhalan por la nariz. “Cuando esto pasa, nosotros solo elaboramos la orden de comparendo evidenciando las pruebas, pero la sanción se da en audiencia pública y son los inspectores quienes determinan el monto de la multa”, dijo el Subcomandante de agentes de tránsito, quien añadió que se requiere mayor promoción por parte de los establecimientos nocturnos de servicios de transporte para los clientes o conductor elegido.

En ese sentido, la aseguradora Sura, por ejemplo, indicó que entre los 604.170 clientes asegurados que tienen en sus registros recibieron un total de 62.381 solicitudes de conductor elegido durante 2019 en todo Colombia. En el Valle del Cauca, por otro lado, se reportaron el año pasado 7082 requisiciones por parte de los 78.196 asegurados de esta compañía.

Cabe recordar que las sanciones para quienes conduzcan vehículos con alcohol en su organismo varían en costo y severidad, teniendo en cuenta el grado de alcoholemia. Las multas oscilan entre $2.941.920 y $47.070.720 y contemplan desde la suspensión temporal hasta la cancelación definitiva de la licencia de conducción.

En el 2019 se presentaron en Colombia 2138 choques por culpa de un conductor borracho, lo que significó la muerte de 94 personas y lesiones graves a 1390 más.

José Jiménez, del área de Prevención del Centro de Experimentación y Seguridad Vial de Colombia, Cesvi, explicó que los impactos del alcohol en el cuerpo pueden variar entre visión borrosa y pérdida de reflejos, requisitos claves a la hora de manejar.

“A esto hay que sumar que en circunstancias normales el cuerpo tiende a reaccionar entre 0,4 y 0,8 milésimas de segundo al identificar una señal de riesgo y frenar, pero bajo los efectos del alcohol una persona tiende a reaccionar hasta en 2 segundos, lo que hace que la distancia de frenado se duplique; entonces, si normalmente se frena en 15 metros, alcoholizado se puede frenar en 30 metros, lo que incrementa el riesgo de accidentalidad”, dijo Jiménez.

Según comentó el representante de Cesvi, el alcohol puede tardar entre cuatro y treinta horas en salir del organismo, dependiendo de la cantidad que se ingiera, por lo que se debe evitar maniobrar cualquier automotor durante este espacio de tiempo.

Jiménez hizo hincapié en que también se requiere intensificar los controles focalizados en el consumo de alucinógenos, pues estas sustancias también tienen efectos que podrían representar riesgo a la hora de manejar. “La Ley 1696 del 2013, a pesar de ser fuerte, tiende a controlar más el fenómeno en ciudades principales, pero en las ciudades intermedias son mínimos y es allí donde la accidentalidad se ve mucho más, esto es algo a revisar”.

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