El Gobierno Nacional anunció ayer que el Conpes para la cofinanciación del Tren de Cercanías que unirá a Cali con los municipios de Jamundí, Palmira y Yumbo, se firmará en octubre próximo. Luego del retraso que sufrió el aval técnico y financiero que debe entregar la Nación, es momento de exigir que se cumpla con los términos y no se dilate más la continuación de uno de los proyectos más importantes para la transformación de la conectividad y el desarrollo de la región.
En una primera etapa, el Tren de Cercanías conectará a la capital del Valle y Jamundí, precisamente el corredor con el mayor número de usuarios y el más impactado por los problemas de movilidad. Con un sistema 100% eléctrico, en sintonía con la sostenibilidad que se pretende, el tramo inicial será de 23 kilómetros, contará con 21 estaciones y por él se transportarían cerca de 168.000 pasajeros cada día. Se calcula una reducción del 33% en tiempos de viaje, así como una disminución anual de 37.000 toneladas de emisiones de CO2.
Se trata de beneficios que tendrán un impacto directo en los usuarios, mejorarán su calidad de vida y ayudarán a dinamizar la economía del sur del departamento. Su importancia nunca ha estado en duda, como tampoco han sido pocos los esfuerzos adelantados desde la comarca en los últimos años para impulsar su realización.
Ese entusiasmo regional no ha sido, hasta ahora, el mismo que se ha mostrado desde el Gobierno Nacional, donde son evidentes las demoras en los trámites que se deben surtir desde carteras como la de Transporte y Hacienda.
Es necesario recordar que de acuerdo con la Ley 86 de 1989, conocida como la Ley de Metros, el Estado central es responsable de financiar hasta el 70% de los costos de iniciativas relacionadas con los Sistemas de Transporte Masivo de Pasajeros, mientras los municipios o departamentos deben aforar el 30% de los recursos restantes-. En ese espectro entra el Tren de Cercanías del Valle, que costará en su primera etapa alrededor de $12 billones.
De ahí la importancia que tiene el anuncio de la aprobación del Conpes, que dará paso a la firma del convenio de la cofinanciación en octubre próximo. Si se cumple con ese plazo, empezarían a correr los tiempos previstos para la construcción del trayecto inicial del proyecto, que se calcula demorará unos cinco años antes de que entre en funcionamiento.
Queda aún en el aire qué pasará con los demás tramos del Tren de Cercanías, es decir los que unirán a través de ese medio de transporte sostenible a Cali con Yumbo y Palmira. Para que esta iniciativa de conectividad cumpla con su objetivo de mejorar la movilidad pero también de impulsar el desarrollo económico de la región, es necesario que desde ya se establezcan los plazos para los estudios de factibilidad, que permitan adelantar los trámites necesarios con la Nación y garanticen su financiación.
Esa deberá ser una de las tareas que emprendan el Departamento, Cali y los municipios cercanos una vez se instale el Gobierno que reemplazará al de Gustavo Petro en agosto de 2026. El Valle del Cauca necesita el Tren de Cercanías, con todas sus fases completas.