Si uno escribe sobre los temas que debate almorzando con periodistas, podría montar novelones ruidosos. Escuché a una colega del curubito decir que “el expresidente César Gaviria, ahora muy anti-Duque, terminar de socio con Petro porque ama el poder, lleva 37 años como gran dueño del Partido Liberal y no lo entregará a sus enemigos”. Eso circula tras s reportaje a Yamid Amat en El Tiempo en el que estuvo muy vibrante.

Cálculo de colega columnista: “El expresidente Uribe, a pesar del acoso judicial, sacará dos y medio millones de votos que serán valiosos para el bloque anti-petrista”. Como soy un frívolo señorero que aparte de mis trabajos en televisión y escritos, gozo almorzando con mujeres mayores de 44 años y de excitante biografía, les he preguntado por sus ocios y gozaron la película ‘El caso Gucci’. No se la pierdan.

Cada rato protesto contra la peste de los insultos y pasó en el estadio de Barranquilla donde una minoría de guaches lanzó madrazos y guijarros a Falcao, James, Cuadrado & Cia., por perder con el Perú. Injusto, los colombianos jugaron bien y pusieron coraje. Ojo criticones: ayer el aristocrático equipo Liverpool pagó 55 millones de dólares por nuestro futbolero Luis Díaz y me sonó como un coscorrón a los criticones.

Y llegué donde quería, a madame Íngrid Betancourt que volteó la mesa política y con su renuncia a la banca política donde la recibieron con venias, creó un problemón al curubito electoral, a los Galán, Cristo, De La Calle, Robledo, Alejo Gaviria y Sergio Fajardo. Para hacer política hay que tener mucha vanidad (aclaro, fui parlamentario y edil de Bogotá) y a Íngrid le sobra. Íngrid Betancourt tiene mucha vanidad, es aguerrida y sacará miles de votos y en segunda quizá sea aliada de Petro. ¿Por dos ministerios? Quizás, quizás. Íngrid no ha traicionado, escogió no bailar con muchos manzanillos que rondaban.

Chisme político en Bogotá: que Gustavo Petro ofrecería la vicepresidencia a la excanciller María Emma Mejía. Si la escoge, acierta, ella nombraría a Clara López embajadora en USA y a Francia Márquez embajadora en Francia. Con esos toques de ‘glamour político’ Petro quitaría sustos.

No crean ciegamente en las encuestas, monten grupo amiguero para el día electoral, no cometan la idiotez de no votar, si no vota no se queje y colorín colorao.