Recibí carta del Niño Dios. Querido Carlos: qué pena pero la paciencia que me pediste se me agotó, a cambio te llevo mucha resignación.

Para las nuevas generaciones de la sociedad de consumo lo que celebramos la noche de Navidad es el nacimiento de Papá Noel.

¡El Niño Dios son los papás Noel!

Dios mío, en tus manos encomendamos este año que ya pasó, y las réplicas que llegan.

Siguen las réplicas del sismo y de los asesinatos de líderes sociales.

Toda impunidad empieza con una investigación exhaustiva.

No es injusticia, es impunidad. Podemos usar los eufemismos que queramos para nombrar la violencia y sus protagonistas pero el gran criminal es un Estado que solo garantiza impunidad.

Políticos, abogados, jueces, magistrados, funcionarios, autoridades policiales y militares corruptos al servicio de los poderes mafiosos conforman el cartel de la impunidad.

La impunidad es la madre de todos los crímenes.

Y los Duque de peluche que los vendedores ambulantes no lograron vender en Navidad ahora los ofrecen como años viejo.

Aprovechen las fiestas de fin de año para relajarse y disfrutar la familia. En el nuevo año tendrán 365 para las discusiones, la rabia y la amargura, ver las noticias y disfrutar el masoquismo de las redes sociales.

La protesta ciudadana del 2019 empezó con el acoso a los vendedores de empanadas, siguió con las papas bomba y terminó con las cacerolas. Qué olla.

Confirmen si ustedes también pasan más tiempo en Netflix buscando en la cartelera que viendo las películas.

Recuerden que la lista de buenos propósitos para el nuevo año es la misma que no cumplieron en el 2019. ¡Feliz Año Nuevo!

Sigue en Twitter @_carlosduque