Qué tal la doble moral de esos empresarios que en casa odian a los gais pero como clientes de su negocio los adoran.

No sé qué es más preocupante, si la desaparición de ‘Santrich’ o la aparición del cura Hoyos.

Si uno defiende el proceso de paz lo gradúan de guerrillero, si apoya la causa feminista lo tildan de afeminado, si respalda la causa de la comunidad Lgtbi lo señalan de homosexual, si está a favor de la dosis mínima lo bautizan de drogadicto.., y así.

El país va por buen camino hasta que las encuestas y los derrumbes en las carreteras demuestran lo contrario.

El gobierno no debe creer en todo lo que dice la oposición pero sería saludable que escuchara casi todo lo que dicen las encuestas.

Que Cali disminuyó su población de 2’075.380 habitantes en el 2005 a 1’822.871 en 2018. Del censo al descenso.

Que el marcapasos no fue idea de Jorge Reynolds, que todo fue un invento.

País de bomberos que no se pisan las mangueras, pedos diciéndole a los otros fo, de paja en el ojo ajeno, de cada lora en su estaca y burros llamando al otro orejón.

Da grima ese periodismo tan bueno e inteligente para analizar, tan tímido para denunciar y tan olímpico para ignorar la realidad.

¡No se enamoren, es un entrampamiento!

“Uno ha de ser como el lápiz que cuando le saquen punta por última vez haya dejado trazos importantes”. @Tuiterodactilo.

Nada más peligroso que un panfleto con amenaza y ni tan inofensivo como una indignación en Twitter.

Casa por cárcel es a lo que están condenadas tantas mujeres a quienes sus parejas les prohíben trabajar o ejercer su profesión para que se dediquen a criar los hijos y atender las labores del hogar.

Sigue en Twitter @_carlosduque