Queda poco tiempo para que el Gobierno y el Congreso de la República lleguen a un acuerdo frente a la aprobación del Presupuesto General de la Nación, PGN, del 2026 por $ 556 billones, al que se le suma una propuesta de reforma tributaria por $ 26 billones.
Para el próximo 25 de septiembre el proyecto debe haber tenido su primer debate. Por ahora, el primer escenario es que la propuesta se mantiene con el monto inicial ($ 556 billones), ya que llegar a un acuerdo para una reducción no se ve viable.
De no concretarse esto antes de ese día, el siguiente escenario sería que se expida por decreto por parte del Gobierno Nacional, con el riesgo de que el Legislativo también niegue la ley de financiamiento.
La senadora Angélica Lozano, miembro de las Comisiones Económicas del Congreso, advirtió que solo cuentan con diez días para probar artículo por artículo, y resaltó que “hay unos donde se le da facultades al Presidente para hacer movimientos a su antojo en algunos rubros”.
Asimismo, expresó que hay siete proposiciones radicadas para modificar el monto. “La más leve, por así decirlo, es la de la representante Olga Lucía Velázquez, quien propone que el Presupuesto quede en $ 550 billones”, dijo.
Entre tanto, su colega Óscar Darío Pérez advirtió que, aunque hasta ahora el monto no ha sido negado, no quiere decir que vaya a ser aprobado, por lo que el Ejecutivo no puede dar por sentado que la cifra y la propuesta de reforma tributaria ya cuentan con el aval del las Comisiones Económicas.
“Nosotros vamos a seguir elaborando nuestra ponencia para primer debate, donde propondremos un monto inferior en $ 26,3 billones, restados de $556,9 billones del Presupuesto total”, expresó el representante.
Los analistas
Para Alejandro Useche, docente de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario, es altamente probable que el Congreso de la República no apruebe el Presupuesto presentado por el Gobierno para el año 2026.
Esto, en buena medida, según el docente, se debe a que en ese proyecto hay una problemática grande de falta de recursos, a la vez que se han encontrado dificultades del Gobierno en materia de ejecución.
“Por un lado, hay una baja ejecución del Presupuesto de la Nación en la vigencia del 2025. Esto tiene que ver con obras y con el trabajo de ciertos ministerios, pero, por otra parte, hay una sobreejecución en gastos de funcionamiento y administrativos”, dijo Useche.
Agregó que es importante recordar que el Gobierno Nacional decidió saltarse la regla fiscal, o sea, incumplir los topes máximos de gasto público y endeudamiento y esto ha generado problemas en sus propias finanzas.
Por su parte, Jaime Ahcar, director del programa de Economía de la Universidad Javeriana de Cali, explicó que si no hay un acuerdo sobre el Presupuesto, significa que el Gobierno no logra ceder en materia de reducción del gasto público ni los congresistas están dispuestos a incrementar más los impuestos. “El resultado: un presupuesto aplicado por decreto presidencial y así fragilidad institucional”.
Añadió que “sus efectos macroeconómicos inmediatos son mayor endeudamiento interno y externo y, por consiguiente, mayores tasas de interés. Pero ya las tasas de interés reales (descontando inflación) están en 4,4 %, son las más altas en décadas y ya llevan en niveles fuertemente contractivos demasiado tiempo”.