Para muchos caleños, el cierre de diciembre llega con una sensación de tranquilidad: cuentas al día, regalos comprados, viajes planeados y compromisos aparentemente resueltos. Sin embargo, esa calma suele ser engañosa.
En la práctica, los problemas financieros que golpean en enero no aparecen de un momento a otro, sino que empiezan a gestarse en las últimas semanas del año, cuando el optimismo de la temporada lleva a relajar decisiones clave sobre gasto, ahorro y endeudamiento.
El contexto económico hace que estos descuidos resulten aún más costosos. La inflación anual se mantiene cerca del 5 %, por encima del objetivo del 3 % del Banco de la República, mientras que el crédito de consumo sigue siendo costoso, con tasas que rondan el 25 % efectivo anual, según la Superintendencia Financiera. En ese escenario, cualquier error termina pagándose con intereses.
Para Wilmar Alzate, socio de auditoría de Crowe Co, el problema de fondo es la forma como muchas personas evalúan su situación financiera. “El error más común es creer que estar al día a 31 de diciembre equivale a estar bien financieramente. En realidad, lo determinante es si el flujo de ingresos de enero y febrero alcanza para cubrir obligaciones sin endeudarse”, explica.
El informe de la firma identificó siete descuidos frecuentes que suelen pasar inadvertidos en Cali al cierre del año y que ayudan a explicar por qué enero se convierte, para muchos hogares, en uno de los meses más difíciles.
Presupuestos que dependen de pagos puntuales
Uno de los errores más comunes es asumir que el salario, los honorarios o los pagos llegarán exactamente en la fecha prevista. Cuando se presenta un retraso de 15 o 30 días, la alternativa inmediata suele ser la tarjeta de crédito o un avance en efectivo.
“Cuando una persona necesita crédito para cubrir una demora de un pago, el problema no es el retraso, sino que el presupuesto ya estaba operando al límite”, afirma Alzate.
Gastar más por la llegada de ingresos extra
La prima y otros ingresos adicionales de diciembre suelen generar una sensación de liquidez que no siempre es real. En lugar de reforzar el ahorro o anticipar gastos del inicio del año, muchas personas incrementan su consumo sin un plan claro, dejando enero sin un colchón financiero.
“Cuando llega un ingreso extra, muchas personas lo tratan como plata libre. En realidad, es una oportunidad para ponerse al día, aliviar deudas y darle aire al bolsillo en los primeros meses del año que tradicionalmente son los más difíciles por las malas dediciones financieras que se toman al cierre de año”, señala el experto.
Compras grandes financiadas sin medir el impacto
Electrodomésticos, celulares o viajes que se compran a cuotas que parecen manejables se convierten luego en obligaciones fijas que coinciden con arriendo, servicios públicos, matrículas escolares, útiles o impuestos.
Depender de una sola fuente de ingreso
Hogares que dependen exclusivamente de un salario o de un único contrato quedan expuestos ante cualquier retraso o gasto inesperado. Sin un ingreso adicional o un fondo de respaldo, cualquier imprevisto se traduce rápidamente en deuda.
“Incluso familias con ingresos altos pueden estar financieramente vulnerables si no cuentan con reservas o fuentes alternativas. La estabilidad no la da cuánto se gana, sino qué tan preparado se está para una interrupción”, sostiene Alzate.
Subestimar las obligaciones del primer trimestre
Pagos como el impuesto predial, el vehicular, el Soat y los costos asociados al regreso a clases suelen postergarse para los primeros meses del año. El problema es que estas obligaciones coinciden con un periodo de menor liquidez y con otros gastos fijos que ya están comprometidos.
Usar crédito para cubrir gastos básicos
Cuando la tarjeta de crédito empieza a usarse para mercar, pagar servicios públicos o arriendo, la deuda deja de ser ocasional y se vuelve recurrente. Con tasas elevadas, los intereses crecen rápidamente y terminan absorbiendo una parte importante del ingreso mensual, dificultando cualquier recuperación financiera.
Aplazar ajustes financieros clave
El informe advierte que aplazar decisiones clave, como ajustar gastos fijos, renegociar deudas o fortalecer el ahorro, suele salir caro.
El cierre financiero del año, concluye el análisis, no es un simple trámite contable, sino una decisión que define cómo se enfrenta enero, un mes que resulta complejo no tanto por lo que se gasta en ese periodo, sino por lo que no se anticipó en diciembre.
Ajustar a tiempo, según el documento, puede marcar la diferencia entre comenzar 2026 con mayor control financiero o hacerlo con deudas y un margen cada vez más estrecho para reaccionar.