La pandemia del Covid-19 en Cali ha dejado hasta el momento 8.600 víctimas y 380.000 personas se han contagiado de este virus que aún ronda el mundo.
La capital del Valle, entre las grandes capitales del país, ha registrado el menor número de fallecidos por 100 mil habitantes y ya alcanzó el 72% de ciudadanos vacunados con dos dosis.
Para la secretaria de Salud del Distrito, Miyerlandi Torres, la ciudad respondió: “hemos hecho la tarea y los resultados se pueden ver, no es solamente el trabajo de uno solo sino que esto requiere el compromiso de toda la comunidad”.
La funcionaria, que estuvo al frente del manejo de la pandemia desde su inicio, dice que la desigualdad en el servicio de salud se evidenció en la pandemia y mientras unos pacientes fueron bien atendidos por las EPS, otros no tuvieron la misma suerte.
¿Usted cree que Cali pasó el examen, luego de dos años de enfrentar el Covid-19?
Por las opiniones que conozco, por las redes sociales de la Secretaría de Salud y por los conceptos de las agremiaciones, porque no hay un estudio concreto de percepción ni cuantitativo, pienso que Cali pasó el examen, tuvo un buen manejo de la pandemia y no solo por la labor de la Secretaría, fue porque todos logramos participar y articularnos. La academia, los medios de comunicación, la Alcaldía, los empresarios, las agremiaciones de salud, trabajamos unidos y eso ha hecho que Cali pase el examen desde el punto de vista cualitativo.
En lo cuantitativo, Cali sigue siendo la ciudad con menos muertes acumuladas por cien mil habitantes, durante la pandemia, entre las grandes capitales. Por ejemplo, Barranquilla está con un promedio de 450 muertes por 100 mil habitantes, luego está Medellín con 350 por 100 mil; Bogotá tiene 300 y Cali registra un promedio de 290 víctimas por 100 mil habitantes.
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¿El sistema de salud de la ciudad salió fortalecido con esta situación?
El sistema de salud sigue igual, no ha cambiado, ¿qué nos queda como Secretaría de Salud? Una unidad de Defensoría del Paciente fortalecida, resolvemos todo, se nos han triplicado las llamadas y quejas, como dimos tanta respuesta alrededor del covid, nos posicionamos y la Secretaría tiene un reconocimiento por esto, se posicionaron muchos canales de comunicación frente a la operación de la Secretaría como tal.
Como sistema de salud tenemos debilidades y fortalezas. Necesitamos fortalecer los canales de comunicación con la población general, mejorar las oportunidades de respuesta ante cualquier situación. Con el covid tuvimos una central de comunicaciones que fue la única que funcionó al primer mes de la pandemia y fue un ‘hit’, también la tuvimos en vacunación, pero igual seguimos con esa debilidad y hay que apostarle a un sistema de comunicaciones en salud, con una central que permita dar respuesta a la comunidad.
¿Y cuáles fueron las fortalezas?
Que logramos salir a los territorios, resalto las intervenciones articuladas por barrio, por comuna, eso fue lo que dio resultado para evitar una alta derivación a las entidades de salud.
Ya desde la prestación del servicio creo que estos se fortalecieron mucho, el aprendizaje fue alto, a manejar redes, articular la mediana, baja y alta complejidad, logramos trabajar de manera conjunta con instituciones como la Fundación Valle del Lili, Imbanaco que nos apadrinaron. Demostramos que sí se pueden implementar las redes integradas de atención siempre y cuando haya una entidad articuladora como las Secretarías de Salud de Cali y el Valle. Ese proceso de aprendizaje fue muy valioso en la prestación del servicio.
Otra reflexión es que vemos tantas entidades aseguradoras, pero unas buenas otras y no tanto. Esto hizo que una parte de la población tuviera muy buena atención en covid, desde visitas domiciliarias, teleconsultas, pero para otros la atención fue débil, lo cual no permite una equidad o igualdad en la prestación del servicio, porque todos deberíamos tener la misma posibilidad de acceder a iguales servicios de calidad. Y eso no está pasando.
Pese a lo que ha contado, del trabajo conjunto, se han perdido hasta el momento 8600 vidas, ¿imaginó la magnitud de esta pandemia?
Siempre me preguntaban eso y decía que unos mil podrían morir, nunca pensé que esto fuera afectar a tantas personas. Han sido 8600 fallecidos, la mayoría entre el primer año y este último pico en el que también tuvimos alta mortalidad.
¿Ya superamos lo peor, podemos despedir la pandemia?
De acuerdo con las cifras, el cuarto pico que tuvimos, lo que aprendimos que tenemos inmunidad natural y adquirida con vacunas, creo que podemos ir evolucionando hacia ya no hablar ya de pandemia sino de una enfermedad endémica, porque el virus sigue circulando. Lo que esperaríamos es que no se presentan picos abruptos como los que hemos tenido y que sean picos que se puedan manejar o que el virus circule de manera prolongada como es el dengue, que es la enfermedad más conocida en Cali.
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Con la vacunación llegamos a un tope, ¿se puede avanzar más de lo que se ha logrado?
Hoy estamos con el 86 % de la población vacunada con una dosis y 71,8 % con esquema completo y seguimos avanzando. El mensaje para las IPS es que debemos persistir y buscar la población, ser reincidente, ir a colegios, vacunar a los niños, cumplir con las segundas dosis de adolescentes. Debemos de salir de la comodidad, les insisto en que hay que buscar la población extramural, no esperar en un sitio, la vacunación debe estar en los territorios y buscando a la comunidad. Este domingo, por ejemplo, vamos a tener vacunación en los puntos de votación, vamos a ver cómo nos va en las jornadas.
¿Usted se siente satisfecha con el trabajo realizado?
Yo soy exigente conmigo misma y con lo que hago, hice y hago lo que más puedo, con mayor responsabilidad, disciplina y ganas, con amor por lo que hago. En vacunación, hemos llegado casi que a la casa de la gente, ¿qué más se puede hacer? Hemos hecho la tarea y los resultados se pueden ver, no es solamente el trabajo de uno solo sino que esto requiere el compromiso de toda la comunidad.
Ahora que el covid da un respiro, después de dos años, ¿cuál será el enfoque de la Secretaría?
Con los análisis epidemiológicos que tenemos con las ESES (Empresas Sociales del Estado) nos damos cuenta que nos atrasamos frente a muchos indicadores de salud, por ejemplo, no hubo diagnósticos oportunos frente al VIH, la tuberculosis, la mortalidad materna, nos atrasamos muchos años, lo cual fue lógico porque por casi dos años muchas personas tuvieron miedo de ir a las EPS.
Igual nos sucede con las enfermedades crónicas como el cáncer, la hipertensión, se están diagnosticando en estadios muy avanzados, lo cual no pasaba en 2018 y 2019.
Con este panorama el objetivo es el fortalecimiento en la oportunidad del diagnóstico y de los programas como la detección temprana de cáncer. Debemos ponernos al día y recuperar esto. Teníamos EPS haciendo citas virtuales y estábamos pasando cosas que no podían hacerse de esa forma como la atención a las embarazadas. Hoy esto no puede pasar, los controles tienen que ser presenciales.
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Cali y Valle se han visto afectadas por la situación de las EPS que cerraron sus puertas, ¿ya se normalizó la atención a los usuarios?
Medimás, que fue liquidada esta semana, ya se había ido del Valle en noviembre y por ello el actual proceso no nos afecta. Con respecto a Coomeva EPS, la población ya fue distribuida y esperábamos más traumatismos, pero tuvimos la colaboración de las EPS receptoras de afiliados y de la Defensoría del Paciente. Con Emssanar, que está intervenida, seguimos con situaciones complejas, no logramos disminuir el número de quejas, ni normalizar la atención, tenemos reuniones permanentes con el nuevo gerente y esperamos que este mes la cosas se normalicen.
Sin embargo, hay problemas por la falta de continuidad en la atención, cambios de medicamentos, cambian los prestadores y la comunidad se desubica. También tenemos el riesgo financiero con las ESES ante una posible liquidación de Emssanar por las deudas que no han pagado.
Una de las consecuencias que dejó el covid es el impacto en la salud mental, ¿qué estrategia se está diseñando para enfrentar esta situación?
Además del estrés, la angustia del covid, el estallido social, nos dimos cuenta que los caleños estamos pasando una faceta de resentimiento, odio, dolor, falta de resiliencia y aumento del consumo de sustancias sicoactivas. Por ello creamos una estrategia para recuperar la salud mental y priorizamos dos temas: La línea 106 de consultorio Rosa, en el tema de violencia, y la atención al consumo de sustancias sicoactivas.
Vamos a tener un modelo de atención que está referenciado a nivel nacional, nos han visitado del Ministerio de Salud y tenemos el lanzamiento esta semana de cómo será el abordaje de sustancias sicoactivas con 5 unidades funcionales de salud mental. Otro reto que tenemos, como mencioné antes es mejorar las comunicaciones, los sistemas de información, dar respuesta a la comunidad y para ello me sueño con tener una central de comunicaciones donde tengamos telemedicina, teleasistencia, agenda de citas médicas, consultorio virtual para aquellas cosas que puede aplicar, lectura de imagenología, tanta cosas que se pueden hacer.