La comunidad Liceísta de Cali conmemorará , a partir del 5 de octubre, 85 años de historia formando mujeres ciudadanas del mundo.

El Liceo Benalcázar, primero en graduar bachilleres en la ciudad, ha dedicado todos sus esfuerzos a forjar espacios de formación y oportunidad para la mujer colombiana, desde el cálido Valle del Cauca, en el que se han alentado importantes proyectos y realidades para el país.

Con una variedad de actividades culturales y académicas, para diferentes públicos, se hará la celebración, en lo que resta del año. “Estamos muy felices de cumplir este tiempo de vida activa y de presencia en nuestra ciudad, en nuestra región, en el país y en el mundo, porque como lo plantea nuestro lema, formamos ciudadanas del mundo a través de la educación, de la formación que damos a nuestros estudiantes estamos haciendo presencia en diferentes lugares y esferas del quehacer humano donde nuestras egresadas despliegan todo su liderazgo y sabiduría, su capacidad de servicio para la humanidad”, dice María Isabel Leroy, directora general del Liceo Benalcázar.

Han sido ocho décadas y un quinquenio de servicio, tesón, disciplina, apostándole a as nuevas generaciones y a mirar la vida con esperanza. El Liceo marca la diferencia en muchos aspectos, especialmente en uno, desde su creación: sus fundadoras, María Perlaza y Ana Lucía Domínguezcon la colaboración de Betsabé Zapata, mujeres visionarias y osadas, tuvieron claro los retos que afrontaría la mujer vallecaucana, caleña, colombiana en el contexto mundial. Plantearse la educación para la mujer hoy puede resultar para la sociedad algo necesario, pero pensarlo hace 85 años era algo sui géneris, que solamente se podía permitir un pensamiento de avanzada.

Lea además: Tatiana Calderón cuenta cómo es competir y ganar en el mundo masculino del automovilismo

Es un instituto de educación diferenciada para la mujer con una formación integral, que involucra todos los quehaceres humanos: el arte, el deporte, el aprendizaje y aprecio por las ciencias naturales y sociales, la reflexión filosófica. “Dentro de nuestra jornada nuestras estudiantes asisten, desde preescolar hasta grado once, a una línea de formación en artes a cargo de artistas plásticas, personas formadas en diseño y tienen la posibilidad de acceder al coro, al teatro, a la danza, aspectos fundamentales en la construcción del ser”, agrega María Isabel Leroy.

En deporte se centran en el desarrollo psicomotriz desde la primera infancia; sus estudiantes sobresalen en el baloncesto, el voleibol y el porrismo. Se respalda también a estudiantes que practican otros deportes, “hacemos algunos ajustes en su programa escolar, permitiéndoles asistir a sus entrenamientos, eventos deportivos y campeonatos, y apoyándolas para que alcancen sus metas académicas”, afirma la directora. Es así como tienen egresadas que han podido acceder a estudios en el exterior, dado su alto desempeño deportivo y distinción académica.

Para conectar a la mujer, de manera profunda y delicada, con su propio ser, hay un énfasis en la educación artística. “El arte está vinculado a propósitos que buscan que la niña vaya construyendo una imagen de sí misma, de su cuerpo, de su entorno, de las relaciones, que pueda construirlo, comunicarlo y expresarlo. Luego viene un proceso de aproximación a las técnicas, al conocimiento de materiales, al disfrute de las texturas, al reconocimiento del color y sus matices. Después avanzan hacia el conocimiento de contextos, de exponentes, de periodos del arte y finalmente, al saber histórico y a la apreciación de obras, al reconocimiento de los elementos distintivos de un exponente frente a otro y de distintas técnicas”, explica Leroy.

El Liceo Benalcázar inició labores el 5 de octubre de 1936, convirtiéndose en el primer colegio femenino que les otorgó el grado de bachiller a las niñas vallecaucanas.

En 85 años, el colegio se ha ido adaptando a los cambios, manteniendo la visión promocional sobre el ser, la vida y el quehacer de la mujer.

Se han hecho transformaciones que han surgido de un análisis e interpretación de los contextos de los cambios que ha vivido el país. Desde los inicios, en el pensum se contempló un componente importante en arte, ciencias, humanidades, y poco a poco se incorporaron en el plan de estudios espacios para la formación en debate, para el análisis sobre la participación de la mujer con la inclusión de las ciencias políticas como cátedra, así como materias de tecnología, informática y sistemas.

Frente a la pandemia y a la situación social de los últimos años en el país, el Liceo fortaleció su presencia en la cotidianidad de las familias, con un acompañamiento psicológico, pedagógico y económico, para sortear las vicisitudes que trajo esta realidad, a las estudiantes, frente a los efectos del confinamiento, y a los maestros, para tramitar los procesos de aprendizaje y sus cambios.

Cabe destacar que la trayectoria del coro ha sido muy reconocida, desde Florencia Rengifo, maestra que dejó todo un legado que inspiró a muchas egresadas, hoy en día cantautoras e intérpretes reconocidísimas.

Muchas liceístas obtuvieron los primeros lugares en el concurso Abeja de Oro. En ciencias, también se han destacado en ferias departamentales con iniciativas como el cultivo de mariposas en cielo abierto. Además, equipos de estudiantes se han vinculado a obras de servicio social de la ciudad.

Agenda

5 de octubre:

Durante la izada de bandera, en el caso de bachillerato se contemplará la posición del consejo estudiantil con representantes de todos los grados, así como la posición del equipo de personería. Gustavo Upegui hará un discurso en reconocimiento al papel de la mujer en los diferentes campos del quehacer humano y en el país.

En la noche, webinar dirigido a egresadas de diferentes promociones, que han enviado sus aportes desde su quehacer.

El 8 de octubre, a las 5:00 p.m., reconocimiento a empleados por su trayectoria en el Liceo, su quehacer como educadores y formadores y su colaboración en el logro de los objetivos y metas de la institución.