Este domingo están convocados más de 15 millones de chilenos para que se pronuncien sobre si aprueban o rechazan una nueva constitución política que plantea cambios estructurales en la conformación, el direccionamiento y las leyes del Estado.

Este proyecto presentado por el gobierno de Gabriel Boric planeta cambios sensibles en las 178 páginas que contiene y en la que están plasmados 388 artículos y 57 normas que determinan un “Estado social y democrático de derecho”, en contraste con la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que dejó la educación, salud y los temas sociales en manos del mercado.

De aprobarse el nuevo texto constitucional, que todas las encuestas dan como perdedor este domingo, los derechos y normas quedarán sujetos a la elaboración de leyes en el Congreso.

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El mismo es el resultado del estallido social de octubre de 2019, cuando una mayoría apoyó el reclamo por un cambio del modelo que favoreció políticas económicas hiperliberales amparadas en la Constitución de 1980.

Estos son los cambios más significativos y polémicos que establece la propuesta de la que podría ser la nueva Carta Política del país austral.

Democracia paritaria
De aprobarse, será la primera Carta Magna en el mundo que se redacta en una convención paritaria y que define a Chile como una “democracia paritaria”, donde las mujeres ocuparán al menos el 50% de los poderes y órganos que comprende el Estado.

No obstante la propuesta, el documento presentado a consideración de los chilenos por el constituyente no hace referencia alguna al manejo de temas con enfoque de género, excepto que todos los chilenos nacen libres e iguales en derechos.

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El sistema político
La Constitución vigente divide al Congreso entre la Cámara de Diputados y el Senado. Este último puede “perfeccionar” el trabajo de los diputados.

La propuesta elimina el Senado y crea dos Cámaras de poder asimétrico: un Congreso de Diputados para la formación de leyes y una Cámara de las Regiones sólo para aquellas “de acuerdo regional”. Sus detractores creen que constituye un peligro de veto sobre la oposición y que traerá inestabilidad. Este nuevo modelo también establece la reelección presidencial.

Interrupción del embarazo
La Constitución de 1980 protege “la vida del que está por nacer”, aunque en 2017 Chile despenalizó el aborto en tres causales. La influyente ola feminista logró que se incluyera el derecho a una “interrupción voluntaria del embarazo”, que de ser aprobada ubicaría a Chile a la vanguardia mundial.

La ley fundamental propuesta reconoce el ejercicio libre, autónomo y no discriminatorio de los derechos sexuales y reproductivos, y plantea que el Estado debe asegurar las condiciones para un embarazo, parto, y maternidad voluntarios y protegidos, y para una interrupción voluntaria del embarazo.

Plurinacionalidad
La Constitución de 1980 no hace referencia alguna a los pueblos originarios, que representan el 12,8% de la población chilena. El nuevo texto propone autonomía para los indígenas reconociendo 11 pueblos y naciones, por lo que los detractores aseguran que se pone en riesgo la cohesión del Estado. Entre los puntos más polémicos está el reconocimiento de los sistemas jurídicos indígenas, aunque precisa que debe respetar la Constitución.

Pensiones y salud
El proyecto de Constitución propone un Sistema Nacional de Salud Universal, un tema central en la sociedad, donde la mayoría de la clase media paga altos costos por los servicios sanitarios porque la ley vigente permite que las personas destinen todos sus aportes al sector privado.
El nuevo texto plantea que las cotizaciones obligatorias en salud vayan al sistema público y que se permita contratar seguros privados. Sus detractores, consideran que esta propuesta terminará por colapsar al sistema público de salud.

Vivienda
La propuesta de Constitución establece el derecho a una vivienda digna y plantea que el Estado deberá asegurar que esta incluya servicios básicos, un ubicación apropiada y un espacio suficiente, un aspecto que apunta a regular las viviendas sociales y la construcciones de los llamados guetos verticales, edificios con cientos de apartamentos, estrechos y donde se convive en hacinamiento.