La proteína que sirve para potenciar la memoria y rejuvenecer el cerebro

Una proteína podría mejorar la memoria y rejuvenecer el cerebro, así lo demostró una investigación realizada con primates mayores y publicada en el medio de comunicación Nature Aging. El equipo de científicos decidió inyectar la proteína denominada Klotho y observar los resultados.

La familia de proteínas Klotho fue bautizada así en homenaje a la parca griega que cortaba el hilo del destino de los mortales cuando les llegaba la hora. Esta es considerada como un factor de longevidad esencial, al promover la liberación de hormonas con efecto rejuvenecedor en el organismo.

Esta proteína disminuye con la edad y aumenta la capacidad de comunicación entre las neuronas. Según el estudio, este descubrimiento podría dar paso a nuevos tratamientos para enfermedades neurodegenerativas en humanos.

En la investigación fueron utilizados macacos de 22 años de edad y el estudio se basó en su memoria previa y luego en observar cómo funcionaba tras recibir la inyección de dicha proteína. Para comprobar su efecto en el cerebro, los científicos hicieron uso de los juegos de memoria espacial, en el que los monos debían recordar el lugar donde se había escondido una golosina.

Los resultados indicaron que en el 60 % de los intentos, los primates recordaban dónde se encontraba la golosina, si se les había inyectado la proteína. Pero si no la habían recibido, el porcentaje se reducía al 45 %.

Más investigaciones sobre el Klotho

La hormona llamada Klotho la produce sobre todo el riñón, según un estudio publicado por la revista de la Sociedad Americana de Nefrología. Los investigadores sospechan que las posibilidades futuras son enormes.

Esta hormona o proteína es la encargada de retrasar el envejecimiento, y su producción se ve mermada en aquellos pacientes que están enfermos de los riñones, así como en quienes se someten a tratamientos de diálisis.

El estudio, coordinado desde la Fundación Jiménez Díaz, cuenta con la colaboración del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), y con el servicio de inmunología. El reto para la investigación es convertir a Klotho en un biomarcador, es decir un chivato analítico que les permita poner en guardia sobre posibles problemas renales, incluso antes de que tengan que ser tratados de manera clínica.

Envejecimiento acelerado

Con el envejecimiento de la población mundial, los defectos cognitivos se han convertido en un reto para los investigadores que requiere intervenciones eficaces.

“Los déficits cognitivos están afectados por el envejecimiento y por enfermedades relacionadas con la edad, como la enfermedad de Alzheimer. El estudio parece tener un enfoque sólido al utilizar modelos animales relevantes como el ratón y primates no humanos de edad avanzada”, explicó Nabil Djouder, jefe del Grupo de Factores de Crecimiento, Nutrientes y Cáncer del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).

La investigación en la que ha intervenido el hospital asturiano partía de una evidencia que señalaba que los enfermos con insuficiencia renal crónica sufren de un envejecimiento acelerado con signos externos que lo evidencian.

La red española de investigación renal (REDinREN), la cual depende del Instituto de Salud Carlos III, empezó a investigar, a buscar detalles y fue así como concluyó que todo se produce en el riñón afectado, el cual es la principal fuente de producción de Klotho.

Ducha producción se frena, según las investigaciones, en un momento dado y con una disminución que puede llegar al 90 %.

En cambio, en circunstancias normales, las células renales secretan Klotho en cantidades suficientes para que, por medio de la circulación sanguínea, otros órganos logren beneficiarse de ella.

Cabe señalar que esta es una hormona que el ser humano comparte con otras especies animales, por ejemplo, en los estudios desarrollados donde participaron ratones, se logró constatar un descenso acusado de la producción de Klotho en las primeras horas del fracaso renal.

Es de mencionar que dicha producción no vuelve a sus niveles normales hasta después de que el riñón ha podido recuperar todas y cada una de sus funciones.