Política
¿Tiene futuro el reconocimiento de Palestina? El gesto de varios países tiene precedentes en la conflictiva historia de esta región
Expertos aseguran que la decisión es un intento simbólico de presionar al Gobierno israelí para detener su ofensiva militar.
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29 de sept de 2025, 01:59 a. m.
Actualizado el 29 de sept de 2025, 01:59 a. m.
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Más de 150 países, el 80% de los que conforman la Organización de Naciones Unidas, han hecho un reconocimiento público de Palestina como un Estado.
Esta semana sorprendieron Francia, Reino Unido, Canadá, Australia, Portugal y Bélgica, que argumentaron que lo hacían para detener la guerra.
Desde hace más de 20 meses, el Gobierno de Israel, con Benjamín Netanyahu a la cabeza, inició una escalada militar en el enclave palestino -como consecuencia del ataque perpetrado por el grupo armado Hamás, en el que murieron cerca de 1200 israelíes.
Pero la guerra ha dejado más de 65.000 víctimas palestinas, según cálculos internacionales. De ahí, el creciente pedido de muchos países de frenar el genocidio y reconocer el Estado Palestino.
Este escenario no es, sin embargo, algo nuevo, pues en ocasiones anteriores al pueblo de Palestina se le ha abierto la oportunidad de convertirse en un Estado, sin que esta opción se haya llegado a concretar.

Según Enrique Serrano, profesor de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario, el periodo en el que casi se llegó a hacer realidad esa invitación fue durante el gobierno de Yasser Arafat, el expresidente de la Autoridad Nacional Palestina.
“En el año 2000 Arafat estuvo a punto de firmar un pacto con Ehud Barak, en ese momento el primer ministro israelí, pero Ehud se echó para atrás y decidió no firmarlo”, cuenta, y añade que la posterior llegada al poder, por parte de Hamás, ha dificultado este tipo de negociaciones en los años recientes.
Aquel proceso, que se dio como consecuencia de los avances en los acuerdos de paz en Oslo, Noruega, tuvo como epicentro la Cumbre de Camp David, patrocinada por el entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton.
“El Estado Palestino ha sido reconocido en diversas ocasiones. Sin embargo, los mismos palestinos son los que no han querido tener su propio Estado. En 1947, cuando la ONU se los dio, lo rechazaron porque no quieren un Estado al lado de Israel”, opina Marcos Peckel, profesor de la misma facultad en la Universidad del Rosario.
En ese escenario, crecen las teorías que declaran que, detrás del reconocimiento de algunos países, ocurrido en vísperas de la Asamblea General de la ONU de la semana pasada, hay un intento más -esta vez simbólico- que respalda la causa palestina y ejerce presión al Gobierno israelí de cara a un hipotético cese al fuego.
Según Mario Urueña, profesor de Derecho Internacional de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario, esta es “una disuasión suave, no una militar o económica. Es, simplemente, una toma de postura”.
Para él, el peso de este acto simbólico radica en que el Reino Unido y Francia son “aliados casi incondicionales” de los Estados Unidos, uno de los países que más apoyo, a nivel militar y económico, le ha brindado a Israel durante la ofensiva en la franja de Gaza.
“Esto habla de un desprendimiento de las políticas de Washington, sobre todo lo que tiene que ver con el Estado de Israel”, apunta.
El carácter simbólico tras esos anuncios es algo en lo que concuerda Marcos Peckel, quien asegura que, para que sea una realidad la conformación de un Estado en Palestina, hace falta, además de un acuerdo entre las partes (que, como se ha visto, ha fracasado en anteriores ocasiones), otras cuestiones que hasta ahora no están claras.

“Para que haya un Estado se requiere un gobierno, un territorio, una población, y se requiere vivir en paz con los vecinos”, explica.
Añade que, por otra parte, para que el Gobierno de Israel detenga las operaciones militares en territorio gazatí, se debe garantizar la liberación de los secuestrados que Hamás tiene hasta el momento.
“Hay 48 secuestrados de los 250 que, inicialmente, se llevó Hamás el 7 de octubre del 2023. De esos 48, todavía no sabemos cuántos están vivos. Hasta que no se liberen, no podemos hablar de que esta guerra vaya a terminar”, sostiene.
La noticia del creciente apoyo a Palestina no ha caído bien en Israel. Benjamin Netanyahu afirmó, en un comunicado, que el reconocimiento de ese Estado por parte de los países occidentales “no obliga a Israel a nada” y reiteró que “no habrá ningún Estado palestino”.
En caso de que se den pasos en esa dirección, miembros de extrema derecha del Gobierno de Israel amenazan con incorporar parte de Cisjordania.
Por su parte, el líder de la Autoridad Nacional Palestina, Madmud Abás, rechazó cualquier futuro papel de Hamás en su gobierno, una de las preocupaciones que han salido a la luz tras el reconocimiento.
Abás, que gobierna en Cisjordania, adoptó un tono moderado para dirigirse a Israel y Estados Unidos, y mostró su rechazo al grupo islamista armado, que controla la Franja de Gaza.
“Hamás no tendrá ningún papel que desempeñar en la gobernanza. Hamás y otras facciones tendrán que entregar sus armas a la Autoridad Nacional Palestina”, declaró en un vídeo dirigido a la Asamblea General de la ONU.
Asimismo, el líder palestino se distanció por completo del ataque perpetrado por Hamás contra Israel y rechazó las constantes acusaciones de que el pueblo palestino es antisemita.
También pidió la creación de un comité liderado por la Autoridad Palestina para que gobierne temporalmente en la Franja de Gaza.
El costo político de la ofensiva israelí
Las acciones llevadas a cabo por el gobierno de Netanyahu han tenido un sinnúmero de consecuencias en el ámbito político, que han ido aislando a esta población con respecto a gobiernos del resto del mundo.
Una de las consecuencias más representativas fue la orden de arresto en contra del primer ministro y su exministro de Defensa Yoav Gallant, proferida por la Corte Penal Internacional, por crímenes de guerra y de lesa humanidad.
“Son responsables penalmente de los siguientes crímenes como coautores, por haber cometido los actos conjuntamente con otros: el crimen de guerra de hacer morir de hambre, y los crímenes de lesa humanidad de asesinato, persecución y otros actos inhumanos”, declararon los jueces de dicho tribunal.
A esto se suma las posturas de gobiernos como el de España, cuyo Consejo de Ministros aprobó un decreto que da vía libre al embargo de armas a Israel, lo que supone revocar contratos vigentes y prohíbe licencias pendientes con la industria militar de ese país.

“Es un hecho que Israel está pagando un alto precio diplomático por la guerra en Gaza. La humanidad, en buena parte, ya olvidó lo que ocurrió el 7 de octubre de 2023, que es lo que llevó a la situación que estamos viviendo hoy”, aduce Peckel.
Para Enrique Serrano, la pérdida de credibilidad de Israel también ha encontrado una razón en lo que denomina “propaganda palestina”.
“Es una fuerza que arrastra a mucha gente a cambiar o a relativizar sus opiniones del pasado, o incluso a racionalizar el proceso mismo que se necesita para que la nación palestina se concrete. En eso Israel ha quedado abandonado, porque es el único que clama que no están dadas las condiciones”, explica.
Algunas de dichas razones son, añade, la condición de actor armado de Hamás, el apoyo de Irán y la situación de inestabilidad que se vive actualmente en Siria.
Pero en medio de todo, el presidente de EE. UU., Donald Trump, asegura que el alto al fuego en Gaza está “bastante cerca”.

Comunicador Social y Periodista con sensibilidad por las artes, las humanidades y la cultura. Con larga experiencia en la cobertura de la realidad social, tanto regional como nacional. Interesado en cubrir fenómenos de medioambiente, posconflicto y DD.HH.
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