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David Millán y Juanita Cataño hablan sobre los retos que enfrentan al aspirar a la Alcaldía de Cali

El arquitecto David Millán y la comunicadora social Juanita Cataño están recogiendo firmas para validar su candidatura a la Alcaldía. “La seguridad es un problema multicausal”, dice él. “Hay que poner en uso el Código de Policía”, afirma ella.

20 de febrero de 2023 Por: Olga Lucía Criollo, editora de Poder

El arquitecto David Millán y la comunicadora social Juanita Cataño están recogiendo firmas para validar su candidatura a la Alcaldía. “La seguridad es un problema multicausal”, dice él. “Hay que poner en uso el Código de Policía”, afirma ella. Ambos hacen parte del ramillete de aspirantes que están seguros en su decisión de suceder en el cargo a Jorge Iván Ospina.

El País: ¿Cómo combatir la delincuencia en Cali?

David Millán (D.M.): La seguridad es un problema multicausal, que requiere que lo enfrentemos con soluciones múltiples y hemos planteado tres aspectos en los cuales debemos trabajar. Primero, hay una legitimación del discurso del delito en algunos sectores de la población y tenemos que invitar, con diferentes, estrategias al desmonte de ese discurso. Segundo: la educación es la base de las mejores realizaciones que hay en la vida. Nuestros niños y jóvenes tienen que aprender que el camino correcto por el que debemos transitar es el camino de la legitimidad y de la legalidad, siguiendo el principio constitucional de la educación pública como un factor determinante en la formación y nuevas estructuras de valores. Y, tercero, para enfrentar a aquellas organizaciones que se dedicaron definitivamente al delito, seguir también el principio constitucional de apoyo incondicional a las autoridades para hacer frente al delito con todos los medios técnicos e institucionales y con toda la capacidad financiera que el Distrito de Cali pueda apoyar a las autoridades.

Juanita Cataño (J.C.): La mejor forma de combatirla es prevenirla, y hay que abordar dos frentes: primero, el del bienestar social, que tiene múltiples funciones y ofertas institucionales. Hoy tenemos muchos proyectos, como los comedores comunitarios, que deben ser articulados con la Secretaría de Educación y la Ruta de Protección contra la Mujer. Adicional, el segundo delito por el que más se registran denuncias es violencia intrafamiliar. Hay que articular toda esa oferta institucional, desde el Bienestar Social, para atender las rutas y reaccionar contra esa violencia y para que la deserción escolar no siga creciendo. Y está la seguridad: Cali debe tener $100 mil millones para invertir en seguridad y tiene $50 mil millones. Debe liderarse para traer recursos del Gobierno Nacional, hacer gestión económica para garantizar todo el trabajo de la Fuerza Pública.

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El País: ¿Qué hacer para recuperar la cultura ciudadana en los caleños?

D.M.: Sin dejar de lado el civismo y la cultura ciudadana, que son importantes, nosotros tenemos un problema de relaciones sociales estructural de cómo es que los integrados a esta sociedad construyen su ciudad. Nosotros no separamos la ciudad de la sociedad, porque la ciudad se parece a la sociedad que la construye. Necesitamos procesos de cualificación de la sociedad para poder tener una mejor ciudad y resulta que no estamos siendo la mejor sociedad y no podemos construir la mejor ciudad. A lo que estamos invitando es a una recomposición de las relaciones sociales, que tengan como referente un gobierno transparente, porque si no se va a creer que en la ciudad se puede hacer lo que nos venga en gana y eso no puede seguir de esa manera.

J.C.: Hay que poner en uso el Código de Policía: se debe impartir autoridad y orden. ¿Y cómo se logra que un caleño respete su ciudad? Teniendo una legitimación de la institucionalidad. Hoy se ha perdido el respeto por las instituciones a raíz de los escándalos de corrupción. El primer paso es aceptar el problema en el que estamos y vincularnos todos a la solución. Crear campañas de cultura ciudadana que premien las buenas conductas, pero que castiguen y, a través del Código de Policía, sean multadas y, en otros casos, sometidas a la justicia.

El País: La gente también dice que la ciudad toda está vuelta un hueco. ¿Qué hacer?

D.M.: 
Ese es el otro gran problema del que nos habla en la calle: es que es a la gente a la que duele la columna cuando se va a un hueco, se fractura la muñeca o se raspa el codo. Y eso, en una ciudad que se pretenda del Siglo XXI, no tiene presentación. Jorge Iván Ospina: déjanos recursos para, el próximo año, empezar con un plan de contingencia que ataque los dos problemas fundamentales de los que nos está hablando la gente en la calle, que son la seguridad y la deficiencia en la malla vial. A partir de esa contingencia, empezar un proceso de planeación de la ciudad, que requiere la revisión de los principales instrumentos de la planeación, compaginar el Plan de Distrital de Desarrollo que vamos a formular para el 2024-2027 con el Plan Nacional de Desarrollo y empezar con el proceso de revisión y ajuste del Plan de Ordenamiento Territorial.

​J.C.: Parte de los accidentes y los trancones se la malla vial destruida, pero, aparte de la destrucción natural que se ha venido generando y que no se ha atacado, tenemos otro problema y es que las personas están oponiéndose a la intervención de Emcali porque no hay una armonía con la Secretaría de Infraestructura Municipal y Emcali al generar esos trabajos de recuperación de redes, porque dejan la calle destapada, generando mucho más caos. Y lo otro es que no hay un desarrollo urbano pensado: esto se ha convertido en una colcha de retazos con la visión del Alcalde que llega cada cuatro años. No hay nada planificado, todo es a corto plazo. Entonces el compromiso es poder generar un plan de choque para que, junto a Emcali, se pueda reconstruir la malla vial con materiales que efectivamente duren y no esos reparcheos que terminan sirviendo para nada porque dejan aberturas y por ahí se entra el agua y terminan convirtiéndose en un hueco mucho peor.

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El País: ¿Qué responsabilidad le cabe al Concejo por la situación de Cali?

D.M.:
 Jorge Iván Ospina y el Concejo de Cali tienen una responsabilidad histórica compartida, y es la de no haber entendido lo que estaba pasando en la ciudad y su sociedad con dos eventos históricos determinantes: la pandemia y el estallido social. No lo quisieron entender y por eso hoy la ciudad tiene una imagen precarizada. El gobierno que va a llegar, que es el del Colectivo Urbano Regional, es un gobierno de la recomposición social, para la reconfiguración de esta ciudad.

​J.C.: La primera responsabilidad, que no han asumido, es salir a la calle a hablar con la gente. Creo que es parte fundamental que el Concejo lleve a las personas al recinto e invite a la academia a participar de las discusiones y puedan darle un valor agregado, porque los concejales se han dedicado a leer los proyectos desde el papel, pero no tienen conocimiento del sentir de la ciudadanía porque están totalmente desconectados. A ellos los eligen para velar por los intereses de los ciudadanos y no para que terminen sentados en una mesa del Concejo o de cualquier secretaría planeando para ellos y no para la ciudadanía.

El País: Usted es amigo del presidente Petro. De ser alcalde, ¿qué no aplicaría de su gobierno en Cali?

D.M.: 
Yo admiro al presidente Petro, pero no me gusta que el Ministerio de las TIC esté en manos del Partido de la U y que no estemos teniendo allí la revolución de las tecnologías de la información que necesita la juventud. No me gusta que el Ministerio de Vivienda esté en manos del Partido Liberal y que la revolución que necesitamos en términos de planeación y desarrollo territorial no se esté dando. De esa manera, en Cali seremos mejores que el Gobierno Nacional porque plantearemos ese tipo de reformas que no se están agenciando y que esperamos que tengan el mayor impacto positivo en nuestro territorio.

El País: Usted es percibida como cercana al expresidente Uribe. De ser alcaldesa, ¿cuáles de sus políticas no aplicaría en Cali?

J.C.: 
Yo no fui una de las más cercanas ni de las consentidas. A Uribe le reconozco que en su gobierno se tuvo la menor inflación desde los años del presidente Gaviria y que los colombianos se unieron en el propósito de combatir las fuerzas terroristas que tenían azotado el país, pero creo que esa concentración del poder en un partido o una persona es muy dañina. Creo que hay que darle paso a otras personas para que ejerzan liderazgo. Cali es una ciudad con múltiples liderazgos desde lo cultural hasta lo político, muchos jóvenes están ganando espacios en los espacios de poder, así que no repetiría eso. Milito en un partido y estoy haciendo mi proceso ciudadano de firmas, pero yo no tengo jefes y dicen que ese ha sido mi defecto, per creo que ha sido el éxito de mi vida.

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El País: ¿Un plan para fortalecer el MÍO?

​D.M.: 
No lo afirmo tajantemente porque no tengo todos los datos, pero debería poder plantearse la posibilidad de liquidar Metrocali y empezar a buscar otra empresa pública, posiblemente mixta, que involucre una cantidad de oferta importante del servicio público de transporte colectivo y masivo en la ciudad, para poder subsanar aquello que está demandando la ciudadanía, que es un servicio de calidad, que no lo tenemos en este momento.

J.C.: Debe hacerse un análisis profundo para tomar decisiones financieras y de liquidación o continuar con Metrocali, pero no me quiero quedar en esa discusión: aquí tenemos una situación mucho más grave, que es la movilidad de los caleños a través del MÍO, porque no se está cumpliendo la demanda que se proyectó para poder tener una estabilidad financiera.

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