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¿Y la salud?

Pasó otro año con evidentes problemas e innegables dificultades para el servicio de salud en Colombia. Y aunque su cubrimiento se mantiene para más del 90% de los colombianos, las quejas de los usuarios se deben sumar a las cifras que hablan de un creciente bache en las finanzas que aún no ha sido resuelto.

18 de diciembre de 2017 Por: Editorial .

Pasó otro año con evidentes problemas e innegables dificultades para el servicio de salud en Colombia. Y aunque su cubrimiento se mantiene para más del 90% de los colombianos, las quejas de los usuarios se deben sumar a las cifras que hablan de un creciente bache en las finanzas que aún no ha sido resuelto.

El Gobierno Nacional se ha negado a aplicar una reforma radical al sistema, a pesar del desbalance que según las Instituciones Prestadoras de Salud, IPS, presenta entre sus ingresos y sus egresos. Según los voceros de esas entidades, el sistema arrastra unas deudas de 8,2 billones de pesos, un crecimiento de cerca de un billón en doce meses, el 62% de los cuales están en mora. Y un 11% de esa cifra pertenece a las deudas del Estado y sus entes territoriales.

En contraste, el Gobierno afirma que las IPS arrojaron una utilidad en sus balances de cerca de dos billones de pesos a agosto del presente año. A lo cual esas entidades responden que ello se debe a registros contables pero no refleja la situación real de tesorería. Lo cierto del caso es que ha crecido la construcción y ampliación de los centros hospitalarios, lo que llevó al Ministro de Salud a afirmar que existe una “revolución silenciosa” donde las IPS están logrando una integración vertical al revés.

El 2017 fue marcado por la selección de un consorcio para reemplazar muchas de las funciones de la EPS Cafesalud, que a su vez sustituyó a Saludcoop, la más grande empresa prestadora de salud y uno de los peores escándalos de corrupción de los últimos años. A Medimás le correspondió heredar más de cinco millones de usuarios, con todo y los problemas de mala atención que llevaron a entablar miles de tutelas reclamando atención. Y además de que aún está en tela de juicio su constitución y la relación entre sus socios, su inicio de operación ha sido marcado por el aumento en las quejas, las sanciones de la Superintendencia de Salud y las alarmas que emiten tanto la Procuraduría como la Contraloría.

Hay pues un ambiente no muy claro en uno de los servicios públicos más importantes para la Nación. Mientras los operadores se quejan de los problemas financieros que padecen, varias de las EPS atraviesan serias dificultades que en varios casos amenazan su continuidad. Y en tanto se producen ampliaciones en los servicios y en las construcciones del sector, la constante es siempre la queja sobre las dificultades financieras de un servicio en el cual la Nación invierte cuarenta y cinco billones de pesos cada año.

Cómo aclarar el panorama financiero del Sistema de Salud; cómo despejar las dudas que deja Medimás en su corta existencia; cómo evitar que se siga ampliando el déficit de $8,2 billones de que habla la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas; y cómo lograr que se haga un corte de cuentas que permita saber a ciencia cierta lo que ocurre con ese servicio y cómo resolver el problema. Esos son, entre otros muchos los interrogantes que deberían ser despejados antes de que se inicie el nuevo Gobierno, para evitar que la salud siga siendo un dolor de cabeza.

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