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Un diálogo necesario

Todo está dado para que la reunión entre Biden y Jing Pin, los mandatarios de las dos naciones más poderosas del mundo actual y que cada vez tienen más puntos en común, sea la oportunidad de encontrar acuerdos que beneficien a todo el mundo.

13 de noviembre de 2022 Por: Editorial .

En Bali, Indonesia, se producirá hoy la reunión que puede marcar el futuro del mundo y la superación de muchos de los problemas que padece la economía mundial, si existe un entendimiento. O la profundización de las incertidumbres y las tensiones, en caso de que los participantes se aferren a los puntos de conflicto.

Se trata de la reunión personal entre Joseph Biden, presidente de los Estados Unidos, y Xin Jing Pin, presidente y líder indiscutible de la República Popular China antes de la Cumbre de los 20. No más ni menos que el encuentro de las dos más grandes potencias militares y económicas del planeta, se producirá en medio de grandes tensiones que también están afectando ambas naciones.

Los temas que preocupan empiezan por los conflictos desencadenados a partir de la presencia de la líder del partido demócrata, Nanci Pelosi, en Taiwán, la reacción enérgica de China que reclama su soberanía en la isla y la respuesta de Estados Unidos ratificando su respaldo al gobierno aliado de la China Nacionalista. Y deben seguir por el delicado problema que significa Corea del Norte para la paz en Asia y para la tranquilidad del mundo si el régimen de Kim Jong Un se atreve a pasar de las demostraciones de poderío nuclear que pretenden aprovechar la nueva guerra fría, al ataque contra Corea del Sur o Japón.

Pero también es el momento para discutir los puntos que han venido uniendo a China con Estados Unidos y el resto de Occidente. El gigante asiático adquirió esa categoría ya no solo por su población y su extensión geográfica sino por la enorme riqueza, el desarrollo y el progreso que le ha significado su integración a la economía global a partir de su transformación en un capitalismo de Estado capaz de producir a bajo costo y de ofrecer garantías para la llegada de las industrias y empresas del resto del mundo.

Ahora, la recesión, la inflación y la caída en la demanda son los grandes enemigos de ese progreso, tanto para Occidente como para China. Cómo resolver esos inconvenientes, surgidos ante todo por la herencia que dejó la pandemia del Covid-19 e incrementados por la invasión inesperada de Rusia a Ucrania, debería ofrecer la oportunidad para encontrar puntos de acuerdo que permitan enfocar el interés en las soluciones que los deben unir antes que en las diferencias y las dificultades que los enfrentan.

Antes de salir hacia su gira por Asia, el presidente Biden dijo que tiene mucho que discutir con Xi, empezado por ‘las líneas rojas’ entre los dos países. Y, “entender lo que él cree que son los intereses nacionales críticos de China frente a los intereses críticos de Estados Unidos", para determinar "si entran o no en conflicto".

Todo está dado para que la reunión entre Biden y Jing Pin, los
mandatarios de las dos naciones más poderosas del mundo actual y que cada vez tienen más puntos en común, sea la oportunidad de encontrar acuerdos que beneficien a todo el mundo. Y para buscarle solución mediante el uso del sentido común a los conflictos que hoy amenazan la tranquilidad, elementos sustanciales para conseguir el progreso y la paz que reclaman la humanidad.

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