Tiempos de reconciliación

Pasados ocho días de los comicios regionales y ratificados los nombres de los alcaldes, gobernadores, diputados, concejales y ediles elegidos por voluntad popular, se empieza a vislumbrar cómo será el manejo de los asuntos públicos en los futuros gobiernos que arrancan el próximo 1 de enero.

Para Cali, polarizada y con múltiples problemas por resolver, significan un alivio los mensajes de reconciliación, al menos en lo político, que se han dado en esta semana y en los que se ha empeñado el alcalde electo, Alejandro Eder. Así mismo, las reuniones sostenidas por la nueva gobernadora, Dilian Francisca Toro, con los alcaldes de todos los municipios vallecaucanos habla de la unidad regional, tan necesaria para potenciar y sacar adelante al departamento.

Se debe reconocer la disposición de los diferentes involucrados para adelantar estos procesos. En el caso de la capital vallecaucana saber que el excandidato Roberto Ortiz, segundo en las votaciones locales, aceptó su curul en el Concejo, desde donde sin duda ejercerá el control necesario frente a la administración municipal, es una señal positiva, como lo fue su encuentro con el alcalde Eder, en el que se comprometieron a trabajar por la ciudad, a pesar de sus diferencias que se hicieron evidentes en campaña y que por el bien de Cali parecen superadas.

La cita a la que acudieron la nueva Gobernadora y el próximo Alcalde también despeja dudas sobre la relación que podrían mantener por los próximos cuatro años los dos mandatarios, que se espera esté basada en la cordialidad, el respeto y en la unidad por los propósitos comunes. El distanciamiento entre los actuales gobernantes de Cali y el Valle, como es bien sabido, se convirtió en un escollo para los avances de obras prioritarias así como de proyectos esenciales para la capital departamental.

Definida la conformación del Concejo caleño, que tuvo una renovación importante y en el que estarán representados 10 partidos políticos, el llamado es a que se ejerza con juicio y responsabilidad el control sobre la entrante administración local así como sobre el uso que haga de los recursos públicos, a la vez que se le den trámite a los proyectos de acuerdo que sean para beneficio de la ciudad. El cabildo saliente, con contadas excepciones, queda en deuda con Cali por su laxitud con el gobierno de Jorge Iván Ospina.

Los empalmes, tanto en la Gobernación del Valle como en la Alcaldía de Cali, ya empezaron. En las próximas semanas los mandatarios conocerán a profundidad cómo están el departamento y la ciudad y afinarán sus estrategias y prioridades, así como los nombres de quienes estarán en los equipos que los acompañarán durante sus administraciones-

Que la cordialidad que han mostrado hasta ahora más sus deseos de promover una reconciliación social y política, hoy tan necesaria, sea el punto de partida que marque el camino que seguirán en el próximo cuatrienio. Caleños y vallecaucanos, sin duda, acompañarán ese propósito, mientras tendrán sus miradas puestas en el trabajo y el cumplimiento de los compromisos adquiridos por sus próximos gobernantes.