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Otro paso hacia el final

Con la solicitud enviada ayer al Secretario General de la ONU y al Consejo de Seguridad de esa entidad, el presidente Santos empezó a concretar uno de los últimos y más importantes aspectos de los diálogos para terminar el conflicto. Se trata de involucrar a la comunidad internacional como garante de la desmovilización.

21 de enero de 2016 Por:

Con la solicitud enviada ayer al Secretario General de la ONU y al Consejo de Seguridad de esa entidad, el presidente Santos empezó a concretar uno de los últimos y más importantes aspectos de los diálogos para terminar el conflicto. Se trata de involucrar a la comunidad internacional como garante de la desmovilización.

El anuncio del presidente Juan Manuel Santos sobre un convenio con las Farc para definir a la Organización de las Naciones Unidas como posible garante de la verificación sobre el cese el fuego bilateral, indica que las negociaciones caminan en firme hacia su final. Si bien falta un trayecto importante para su culminación, la decisión significa un avance notorio en la concreción del acuerdo final que será consultado a los colombianos.Con la solicitud enviada ayer al Secretario General de la ONU y al Consejo de Seguridad de esa entidad, el presidente Santos empezó a concretar uno de los últimos y más importantes aspectos de los diálogos para terminar el conflicto. Se trata de involucrar a la comunidad internacional como garante de la desmovilización. Y, por supuesto, del desarme de las Farc, que debe producirse si los negociadores logran construir la confianza suficiente como para dar el trascendental paso.En forma casi simultánea, el secretario Ban Ki-moon expresó su complacencia y la disposición de la ONU a atender la solicitud. Según se ha conocido, se trata de una misión especial de observadores no armados, compuesta por personal de los países que integran la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe que no sean limítrofes con Colombia. Con lo cual se evitan trámites complejos que como la traída de los cascos azules tendrían consecuencias como el tener que reconocer que el nuestro es un Estado Fallido.Hay pues una celeridad importante en el proceso. Sin embargo, falta por tramitar la reforma a la Ley de Orden Público que prohíbe los despejes, o sea, el retiro de la Fuerza Pública de cualquier parte del territorio nacional. Ahora debe hacerse la excepción como requisito necesario para concentrar a las Farc. Qué tantos despejes, qué áreas, qué atribuciones tendrán las autoridades legítimas en ellas y cuáles prorrogativas tendrán los guerrilleros y sus jefes en las zonas, es lo que debe dilucidarse en la propuesta que se presente al Congreso.Es pues un despeje, aunque con fines distintos a experiencias anteriores y, ojalá, en condiciones en las cuales se permita la presencia de las instituciones del Estado como representantes del Estado de derecho que acata la inmensa mayoría de los colombianos. Junto con la definición de la dejación y entrega de las armas de las Farc, tiene como propósito el acabar de construir el clima de confianza necesario para dar la puntada final, convencer a la Nación para que proceda a la ‘refrendación’ de que habla el acuerdo firmado en agosto de 2012.La noticia se produce en momentos en que el Centro de Recursos para Análisis del Conflicto, Cerac, afirma que el semestre pasado ha sido “el de menor intensidad del conflicto armado en sus 51 años de historia, en número de víctimas, combatientes muertos y heridos y acciones del conflicto”. Sin conocerse si tal resultado incluye la reducción de hechos vinculados al narcotráfico y a sus delitos conexos, no hay razones para negar que la negociación está produciendo beneficios importantes para la paz y la tranquilidad de los colombianos.

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