Muerte en Tamaulipas

Agosto 30, 2010 - 12:00 a. m. 2010-08-30 Por:
Elpais.com.co

Este crimen ha conmocionado a la sociedad mexicana...

Gracias al aviso de un sobreviviente, la Marina de México pudo llegar al sitio en el que se encontraron con 72 cadáveres de indocumentados, masacrados por carteles de la droga, luego de ser torturados porque se negaron a acatar sus órdenes.Este crimen, que ha conmocionado a la sociedad mexicana, es muestra fehaciente del grado de descontrol a que ha llegado el país en sus intentos por controlar el narcotráfico. Y revela la conexión que las bandas delincuenciales han establecido con la migración ilegal.Y la corrupción rampante, que ha llegado a casos extremos. Una semana antes de la masacre, ocurrió otra en Torreón: hombres armados acribillaron a un grupo de asistentes a una fiesta de cumpleaños. Luego se supo que fue perpetrada por un grupo de reos de la cárcel de Durango, a los que se dejó salir para cometer el crimen y se les facilitaron carros oficiales para su movilización.La mezcla de impunidad y corrupción de las policías municipales ha vuelto arrogantes a los criminales. De hecho, luego de la masacre en Tamaulipas, una ciudad tomada por los narcotraficantes, el fiscal del caso desapareció y se teme por su vida. Asimismo, un carro bomba estalló frente a la estación de Televisa en ciudad Victoria y otra frente a la Secretaría de Tránsito. Como pasó en Colombia, ahora la intimidación en México incluye terrorismo.El asunto ya no parece un enfrentamiento tradicional entre los defensores de la ley y sus quebrantadores. Los narcotraficantes actúan a gran escala, como ejércitos y no es descabellado compararlos con los grupos paramilitares que asolaron el territorio colombiano. Por ejemplo, el cartel de los Zetas, responsable de la masacre en Tamaulipas, está conformado por ex soldados y ex oficiales del Ejército mexicano.Y las autoridades de ese país hacen esfuerzos por controlar la situación. Sin embargo, al involucrar a las Fuerzas Militares en el combate contra el narcotráfico, puede que estén tratando de superar el problema que significa la alianza de narcotraficantes y policías corruptos. Pero también es claro que el problema no se resuelve con medidas militares. Y que no podrán ganar el desafío del crimen sin una Policía confiable.La experiencia colombiana así lo demuestra. Las Fuerzas Militares son entrenadas para atender la soberanía y la seguridad nacional y no la delincuencia. Por eso es necesario contar con policías profesionales decididos a enfrentar a los delincuentes en campos y ciudades. En el caso mexicano, también se necesita actuar sobre las organizaciones que manejan los inmigrantes, personas desesperadas que son blanco fácil de los criminales, como ocurrió en Tamaulipas.Nada es sencillo en esta lucha y menos en un país que es tránsito obligado de la droga para llegar a los consumidores estadounidenses, que tienen gran responsabilidad en esta empresa criminal. La clave está en la reacción de la sociedad mexicana y de su opinión pública, para que se considere al narcotráfico como una lacra social intolerable. De allí depende todo. De lo contrario la autoridad no podrá librar con éxito la crucial batalla.

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