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Llamado angustioso

Hoy, en nuestro país estamos rompiendo a diario el espantoso récord de vidas perdidas por causa del Covid- 19, que ya se acerca a las 600 diarias, y a los 25.000 contagiados.

15 de junio de 2021 Por: Editorial .

Pese a las alertas permanentes, y no obstante los avances en los programas de vacunación, la pandemia en Colombia está dejando cifras cada vez más alarmantes. Y mientras crecen el contagio y las muertes de personas menores de sesenta años, los centros de vacunación en Cali permanecen vacíos.

Los ejemplos sobre las bondades de la vacunación ya se ven en los países donde se han aplicado en forma masiva. Y sin ir muy lejos, aquí se han reducido los casos de personas mayores de setenta años pues ya han sido vacunadas, mientras los menores de sesenta son ya la inmensa mayoría de quienes fallecen o deben asistir a las UCI debido al coronavirus. Con ello se demuestra que el contagio no es un asunto de edades y que cualquier persona está expuesta a sufrir las consecuencias de una enfermedad que puede ser mortal.

Hoy, en nuestro país estamos rompiendo a diario el espantoso récord de vidas perdidas por causa del Covid- 19, que ya se acerca a las 600 diarias, y a los 25.000 contagiados. En ciudades como Cali tenemos una ocupación del 100% en las unidades de cuidados intensivos y hacen cola más de un centenar de personas contagiadas y en la parte crítica de la enfermedad.

Esa es la consecuencia del descuido en el que hemos caído ante un enemigo que no da tregua. Y si bien se debe a la explicable necesidad de abrir la sociedad para detener las catastróficas consecuencias sociales y económicas que dejan tantos meses de limitaciones, en el crecimiento de las últimas semanas está la huella de la irresponsabilidad cometida al promover aglomeraciones y marchas masivas en las cuales el contagio recibió un gran impulso.

En contraste, la Secretaria de Salud de Cali publicó una foto del centro de vacunación ubicado en el Estadio Pascual Guerrero, en la cual no había una sola persona a la espera de la vacuna. Algo inexplicable si se tiene en cuenta que esa es la única y mejor manera de protegerse contra el coronavirus y de detener su propagación. Es un esfuerzo enorme del Estado para ofrecer un servicio fundamental en la protección de la salud de los caleños, que no parece tener la respuesta de quienes serán los grandes beneficiados al protegerse ellos y sus familias de un flagelo mortal.

Desde ayer el Gobierno Nacional autorizó la vacuna para mayores de 45 años, y en Cali se informa que no se necesitará de citas previas para recibirla. Es un esfuerzo importante por responder al desborde que se ha presentado debido al incumplimiento de las medidas de protección y a la necesidad de recuperar la actividad social para detener el avance de la pobreza que golpea a cada vez más hogares colombianos.

Ante esas consideraciones, el llamado a la vacunación empieza a ser angustioso, así como se debe recordar la necesidad de aplicar las medidas de seguridad necesarias como los tapabocas y el aislamiento para impedir que las personas sean víctimas del covid-19, y de paso se conviertan en sus multiplicadores. Es el momento de tomar en serio un enemigo que crece de manera alarmante y causa estragos en los hogares caleños y de toda Colombia.

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