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Los operadores de telefonía celular también asistieron a la jornada.
La Registraduría General de la Nación es la institución encargada de garantizar la seguridad y transparencia en las elecciones. | Foto: Tomado del X de la Registraduría Nacional

Columnistas

La ‘tormenta perfecta’

El fantasma de la compra masiva de votos ha aparecido con más fuerza en las últimas horas creando anticipadamente un clima general de desconfianza e incertidumbre.

26 de octubre de 2023 Por: Editorial .

En menos de 72 horas los colombianos irán a las urnas para definir quienes manejarán los destinos de las regiones durante los próximos cuatro años. La magnitud de ese desafío es enorme: se elegirán 32 gobernadores, 1.102 alcaldes, 418 diputados, 12.072 concejales y 6.513 ediles en todo el país.

Se trata de unas elecciones trascendentales, no solo por ese relevo natural de poderes que debe darse en los territorios, sino también por ser las primeras que se harán después del giro político que le permitió a la izquierda alcanzar la Presidencia de la República. Este escrutinio nos dirá cómo han asimilado los ciudadanos el ajuste que vino después del triunfo de Gustavo Petro y las múltiples tensiones que se han generado desde entonces. Pero, sobre todo, abrirá una nueva etapa de relaciones entre el poder central y los poderes regionales, que son los que perciben de primera mano el sentir de la gente frente a las decisiones que se toman en Bogotá.

Por todo ello es tan importante que las elecciones del domingo se cumplan de forma impecable y no exista ninguna mancha que genere dudas sobre la legitimidad de los resultados. Lastimosamente, a solo tres días de que se abran las urnas, parece estar configurándose una ‘tormenta perfecta’ que puede arruinar el logro de ese objetivo.

Por un lado, es muy preocupante el ambiente de confusión que reina hoy en muchas regiones del país, entre ellas el Valle del Cauca, debido a la revocatoria de más de 1.800 candidaturas a cargos públicos. Las fotografías de esos candidatos revocados aparecerán en los tarjetones, lo que muy seguramente inducirá a muchos ciudadanos al error a la hora de votar.

Esos resultados pueden llegar a ser contabilizados de forma errónea. Y podrían incluso generarse alteraciones de orden público, debido a la inconformidad de los afectados. Que la Registraduría haya dicho ayer que los votos para los candidatos revocados sí serán contados, pero que su validez dependerá de la decisión que tomen las comisiones escrutadoras, no arrojó ninguna tranquilidad. Porque la posibilidad de que un candidato revocado salga electo, dependerá entonces de una interpretación de las normas electorales. Y esto evidencia la imprevisión de las autoridades electorales frente a un problema que pudo corregirse solo cumpliendo cabalmente con los tiempos establecidos por la ley para surtir la revisión de candidaturas.

Por otro lado, el fantasma de la compra masiva de votos ha aparecido con más fuerza en las últimas horas creando anticipadamente un clima general de desconfianza e incertidumbre. Y resulta lamentable que, en vez de actuar coordinadamente para prevenir que ese detestable fenómeno ocurra, la Presidencia de la República y la Fiscalía General de la Nación se hayan trenzado en un nuevo ‘choque de trenes’ que no le aporta nada al país.

Como si todo lo anterior fuera poco, está el clima de violencia política exacerbada que hoy afecta a casi 250 municipios de todo el país y que en esta campaña ha dejado el triste récord de 179 candidatos agredidos.

Así las cosas, existe hoy un peligroso coctel de factores de riesgo sobre las elecciones del domingo. Razón por la cual todas las autoridades están obligadas a recuperar la sensatez, deponer los intereses individuales y trabajar unidas para que esta cita con la democracia no se convierta en una pesadilla.

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