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La recuperación de Cali

La sociedad caleña está golpeada por la incertidumbre sobre cuál será el futuro de su ciudad por lo cual necesita que sus gobernantes se sintonicen con ella y se comprometan con la solución a sus problemas en lugar de insistir en polémicos gastos y proyectos que, como las megaobras, caen en el olvido de quien las promovió.

17 de septiembre de 2022 Por: Editorial .

La situación de Cali es más que preocupante. Así lo expresan los caleños, agobiados por los problemas y la falta de respuesta para guiar a la comunidad en momentos de crisis.

Lo que está viviendo la ciudad se expresa en reclamos tan frecuentes como el mal estado de las vías en todos los barrios, el ruido insoportable, el caos en la circulación o la mala situación del sistema de transporte masivo que crece a diario. Y frente a esos hechos que golpean al ciudadano, está la falta de coherencia en las decisiones del gobierno municipal.

Es difícil de explicar que mientras esos y muchos problemas más no encuentran la solución que reclama la ciudadanía, el Municipio se endeuda para embarcarse en iniciativas que demandan cuantiosos recursos y no se sintonizan con las quejas de quienes pagan impuestos para que sean atendidos los servicios y necesidades de la ciudad. Y con frecuencia se presentan proyectos como Cali Inteligente que demandará cuantiosas inversiones sin que temas de gobierno tan fundamentales como la seguridad, la educación, o la convivencia ciudadana reciban los recursos que requieren para su atención.

Mientras tanto, programas como las megaobras impulsadas por el actual alcalde en su primer período hace doce años están paralizadas o abandonadas, no obstante que se han recaudado las contribuciones de valorización y se siguen procesos de cobro. Por ejemplo, se anuncia la imposibilidad de culminar la circunvalación, vía fundamental para descongestionar la comunicación entre el norte y el sur de la ciudad, pero se insiste en gastar enormes recursos en la construcción de parques que, como el que se planea en el lote del antiguo club San
Fernando, no son prioritarios ni contribuyen al bienestar ciudadano.

De otra parte, es innegable que a Cali le causaron grandes destrozos con
las jornadas de violencia que desde el 28 de abril del 2021 y durante dos meses golpearon a sus habitantes. No obstante, la ciudadanía siente que los esfuerzos del Gobierno Municipal no se sintonizan con la realidad de la capital vallecaucana ni existe el liderazgo dirigido a recuperar la autoestima de los caleños y la credibilidad en sus instituciones de gobierno.

Ahí puede estar la explicación de los frecuentes hechos de indisciplina social que se presentan con la toma de las vías, el ataque a las autoridades de tránsito y la invasión de los carriles exclusivos para el sistema de transporte público. La sociedad caleña está golpeada por la incertidumbre sobre cuál será el futuro de su ciudad por lo cual necesita que sus gobernantes se sintonicen con ella y se comprometan con la solución a sus problemas en lugar de insistir en polémicos gastos y proyectos que, como las megaobras, caen en el olvido de quien las promovió.

Ante la situación que vive Cali, hoy es más necesario que nunca reclamar la autoridad que oriente la comunidad y resuelva los problemas que la afectan y destruyen la imagen de su ciudad y el respeto por las conductas que hacen posible la convivencia. Es el momento para recuperar la confianza y la credibilidad en sus instituciones.

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