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La joya de Venezuela

A partir de ahora empieza el proceso en el cual se sabrá si Álex Saab cuenta sus secretos sobre la corrupción y la forma en que explotan a Venezuela o el colombiano destapa las confidencias de sus hasta ahora socios y protectores

17 de octubre de 2021 Por: Vicky Perea García

En una prisión federal de Miami y a la espera de la audiencia en la cual un tribunal le notificará los cargos, terminó el periplo de Álex Saab, el barranquillero que se convirtió en la joya de Nicolás Maduro y la dictadura venezolana. A partir de ahora empieza el proceso en el cual se sabrá si cuenta sus secretos sobre la corrupción y la forma en que explotan a Venezuela o el colombiano destapa las confidencias de sus hasta ahora socios y protectores.

Y que no se diga que Saab estuvo con el régimen chavista por identidad ideológica. Según se conoce en decenas de libros y documentos, llegó a Caracas acosado por deudas y acusaciones de evasión de impuestos en Colombia y fue recomendado ante Hugo Chávez y su entonces canciller Maduro por la exsenadora Piedad Córdoba. Rápidamente, se convirtió en próspero contratista que recibió grandes beneficios en dólares por negocios que favorecieron ante todo a los integrantes del régimen, entre los cuales se destaca la primera dama, doña Cilia Flórez y la familia presidencial.

Saab fue escalando su importancia, llegando a manejar el infame programa de las Clap, las cajas de alimentos con los cuales extorsionan a los ciudadanos para que se plieguen al chavismo a cambio de comida en mal estado comprada por el barranquillero en Colombia y otros países, lo cual le generó acusaciones de haberse enriquecido con el hambre de los venezolanos.

Luego se convirtió en el negociador de la dictadura chavista con Irán y Rusia, en el hombre que cambiaba petróleo y armas por el oro, las riquezas venezolanas y la creciente presencia de esos países en América, lo que está cambiando la geopolítica mundial. De ahí la reacción que se ha producido por su captura en Cabo Verde y su deportación a los Estados Unidos, donde en principio será juzgado por lavar US$350 millones producto del narcotráfico y la corrupción de quienes mandan en el país vecino.

Pero su valor para el régimen trasciende esas acusaciones, como lo demuestran los intentos de Maduro y su séquito de cobijarlo con la protección diplomática como representante de su gobierno, lo que no sirvió para impedir su extradición. Luego, lo incluyeron como miembro en la mesa negociadora con la oposición venezolana que se instaló en México. Ahora, Rusia amenaza con sanciones, Irán protesta de manera airada y, además de recapturar a ocho ciudadanos estadounidenses acusados de corrupción en Citgo, la dictadura que manda en el país vecino anuncia la suspensión de los diálogos a causa de la deportación de Saab, lo que desnuda la farsa de esos diálogos y la importancia de Saab como depositario de sus secretos más profundos.

Falta que el general Hugo Carvajal, exjefe de inteligencia, contacto directo de Chávez con las Farc y jefe del cartel de los Soles como se conoció la más poderosa organización de narcotráfico en Venezuela, llegue también a los Estados Unidos. Entonces, junto con Saab que tiene además grandes secretos sobre la política colombiana, la justicia de ese país tendrá en su mano a posibilidad de desnudar la verdad sobre lo que ha sucedido en Venezuela en los últimos 25 años.

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