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La incertidumbre en Perú

La palabra exacta para describir lo que ocurre es entonces la incertidumbre. Incluso, en muchos sectores hace carrera la propuesta de anular esas elecciones y llamar a unas nuevas, lo que no está contemplado en su sistema constitucional ni se justifica en lo estrecho del resultado

27 de junio de 2021 Por: Editorial .

Luego de veintidós días de realizarse la segunda vuelta para elegir el presidente, y a doce de terminar el escrutinio realizado por la Oficina Nacional de Procesos Electorales, Onpe, Perú no tiene un resultado definitivo. Y la incertidumbre crece, producto de la impaciencia que despierta un proceso que se alarga de manera inexplicable.

Los resultados publicados por la Onpe arrojan el triunfo por 44.000 votos de Pedro Castillo, maestro de escuela y candidato de la izquierda, sobre su rival Keiko Fujimori, aspirante por el movimiento que agrupa la derecha y, ante todo, de la política tradicional peruana. Una diferencia que es impugnada por cientos de reclamaciones presentadas por ambos bandos ante el Jurado Nacional de Elecciones, JNE, los cuales no han sido resueltos por ese tribunal no obstante la importancia que tienen para el futuro de la democracia y para la tranquilidad de la nación.

El asunto parece alargarse de manera indefinida, mientras uno de los cuatro miembros del JNE renunció aduciendo fraude intentos de fraude de sus compañeros. En consecuencia, nada podrá saberse hasta tanto no se escoja su reemplazo, lo cual aumenta las inquietudes sobre el destino que tendrá la elección y crece el manto de dudas sobre lo que pueda pasar en el Perú.

Es quizás el momento más definitivo para el país vecino en su historia reciente. Entre un candidato desconocido con claras inclinaciones al socialismo siglo XXI que significó ante todo la protesta de los peruanos contra la política que gobierna su Estado y una candidata derrotada en dos ocasiones anteriores, que está al borde de la cárcel por acusaciones de corrupción y además es reflejo de esa dirigencia cuestionada, los electores ya dieron su veredicto. Pero el poder electoral no parece decidido a proclamar a Castillo como ganador, aunque sea por el 0,25% de los votos.

La palabra exacta para describir lo que ocurre es entonces la incertidumbre. Incluso, en muchos sectores hace carrera la propuesta de anular esas elecciones y llamar a unas nuevas, lo que no está contemplado en su sistema constitucional ni se justifica en lo estrecho del resultado. Entre tanto, Lima es epicentro de manifestaciones de uno y otro bando reclamando los unos el triunfo de Castillo y los otros el fraude que pretende arrebatarle la victoria a la hija del polémico y condenado expresidente Alberto Fujimori.

La situación en el Perú es confusa en medio de la indecisión del JNE que no proclama el nuevo presidente. Por ello, en su editorial de ayer, el diario el Comercio de Lima expresó: “En todo caso, lo que necesita el país está claro: certeza y conocer quién será el próximo presidente. Para ello, los candidatos tendrán que prepararse para guiar a sus seguidores por el camino del respeto escrupuloso al Estado de derecho y a los resultados electorales”.

Y culminó: “Al mismo tiempo, las maniobras para dilatar el proceso, en perjuicio del país, tienen que parar y ser denunciadas por lo que son (…). Y, por último, el JNE tiene que hacer su trabajo de manera transparente y permitirnos pasar la página. Ya estuvo bueno”.

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