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La gran víctima del Covid-19

esa represión que en algunas regiones se ha suspendido la señal de internet y Facebook ha decidido detener la emisión de esos mensajes en la India.

25 de abril de 2021 Por: Editorial .

En medio de la escalada de la pandemia en todo el mundo, la India está inmersa en un proceso electoral y el esfuerzo de su Presidente para reelegirse. La mezcla de política y Covid-19 causa estragos, mientras la tragedia afecta a una de las naciones más grandes del planeta.

El pasado sábado se registraron 350.000 contagiados en 24 horas, confirmando la tendencia de la segunda oleada del virus que se inició hace tres semanas, coincidiendo con la apertura de unas elecciones que parecían favorecer al partido nacionalista hindú del primer ministro Narendra Modri. En ese momento, el país de 1350 millones de habitantes disfrutaba de una apertura total, ante la sensible disminución de los contagios producidos por el coronavirus, y por el hecho de que la India fuera uno de los grandes productores de la vacuna.

Pero nadie, empezando por el gobierno, quiso escuchar las alarmas que los científicos y observadores lanzaron sobre un nueva y peor embestida de la pandemia. Así fue como las cifras pasaron de los 100.000 contagios en la primera ola del 2020 a los más de 300.000 registrados en cada día de la última semana, el 28% del total en el mundo según la Organización Mundial de la Salud, y los muertos llegaron a los 2900 diarios.

Es una catástrofe de proporciones tales que ya no hay camas ni oxígeno ni capacidad para atender a los enfermos de covid, y los crematorios y cementerios están saturados. Por su parte, el gobierno de Modri parece superado por los hechos y sólo atina a expresar que nadie previó ese aumento ni les advirtió lo que ahora está sucediendo en todas partes. A tal punto han llegado las cosas que gobiernos como el de los Estados Unidos ya enviaron ayudas médicas, vacunas y suplementos para hacer frente a una situación que parece incontrolable.

Y en forma paralela avanza un proceso electoral largo y complejo que se desarrolla por regiones e irá hasta la primera semana de mayo. En ese escenario, el gobierno es objeto de la crítica despiadada tanto de sus opositores como de quienes ven en la precariedad de la respuesta a la pandemia una falta de liderazgo que está conduciendo a la India a una tragedia de proporciones incalculables.

Pero la política sigue y el gobierno se empeña en silenciar las redes sociales por las cuales se difunden la publicidad y los mensajes que lo critican y lo contradicen. A tal grado llega esa represión que en algunas regiones se ha suspendido la señal de internet y Facebook ha decidido detener la emisión de esos mensajes en la India.

Por supuesto, el suministro de vacunas al resto del planeta ha sido suspendido mientras se profundiza la campaña de vacunación en el país. Pero sus resultados no serán inmediatos y el desespero aumenta ante la impotencia para atender una emergencia que no tiene precedentes ni existe hasta ahora la manera de detenerla.

Así, la mezcla de pandemia y elecciones sigue su marcha en uno de los países más densamente poblados que hoy, con el más alto promedio de muertes y contagios de todo el planeta, puede considerarse como la gran víctima del Sars-Covid-19.

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