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La cumbre del Pacífico

Por eso es tan importante que en la cumbre se hiciera presente el presidente del Ecuador, y la solicitud de su país de formar parte como socio de la Alianza.

27 de enero de 2022 Por: Editorial .

Con la presencia en la base naval de Bahía Málaga de los presidentes de Perú, Chile y Colombia además del Secretario de Relaciones Exteriores de México se llevó a cabo la XVI Cumbre de la Alianza del Pacífico. Diez años después de fundado, el bloque comercial sigue su avance en el camino hacia la constitución efectiva del octavo mercado más importante del mundo compuesto por 230 millones de habitantes con un Producto Interno Bruto de US$2138 millones en el 2021.

Sus avances se reflejan en la llegada de Singapur, que se convertirá en Estado asociado mediante el tratado de libre comercio que se firmó el pasado miércoles, señal inequívoca de que la Alianza es una iniciativa con gran futuro. Debe advertirse que cuenta con 59 países observadores y en lista para adquirir la categoría de asociado están Canadá, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda. Si se produce su llegada, puede fácilmente ser el cuarto mercado del mundo, que trabaja con mecanismos más expeditos y menos burocráticos para el impulso al comercio entre sus integrantes.

En términos de avances, se puede mostrar la desgravación del 92% del comercio intrarregional y desgravación del 8% restante de 3 a 17 años a partir de 2016. Ocho sedes de embajadas compartidas (Argelia, Vietnam, Azerbaiyán, Ghana, Hungría, Irlanda, Marruecos y Singapur; y una oficina comercial conjunta en Estambul). Además realizan actividades conjuntas de promoción comercial, de inversiones y turismo y empiezan a integrar las bolsas de valores en el Mercado Integrado Latinoamericano (Mila), el brazo financiero de la Alianza y cuenta con el Consejo Empresarial de la Alianza del Pacífico (Ceap), iniciativa del sector privado que da recomendaciones a los gobiernos para construir una agenda de trabajo útil para la facilitación de negocios.

Todo ello es resultado de una paciente labor que empezó en abril de 2011 y ha ido construyendo su espacio en medio del mundo cambiante y cada vez más influenciado por la existencia de grandes potencias y asociaciones como la Unión Europea. Y deja atrás los modelos tradicionales basados en la constitución de integraciones aduaneras a partir de tratados para dar paso a una mayor flexibilidad que no necesariamente implica la identidad ideológica o política de sus integrantes.

Por eso es tan importante que en la cumbre se hiciera presente el presidente del Ecuador, y la solicitud de su país de formar parte como socio de la Alianza. Eso significa dejar atrás los prejuicios ideológicos que en su momento impidieron unir a todo el Pacífico suramericano en una iniciativa que debe basarse en las realidades económicas y en la atención a los intereses de los ciudadanos que en las inclinaciones políticas de los gobiernos.

En la Cumbre, Colombia hizo entrega a México de la presidencia pro tempore de la Alianza que ejerció durante el último año. Debe reconocerse que si bien los resultados no tienen las grandes dimensiones que podrían producirse si existiera una mayor dinámica, el camino de la Alianza se está construyendo sobre bases sólidas para convertirse en la alternativa que inspiró a sus fundadores.

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