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El muro de la discordia

La construcción del muro en la frontera con México se ha convertido en un punto de honor en la política de Estados Unidos. Ni el presidente Donald Trump da su brazo a torcer ni sus opositores del partido demócrata ceden ante sus pretensiones.

24 de febrero de 2019 Por: Editorial .

La construcción del muro en la frontera con México se ha convertido en un punto de honor en la política de Estados Unidos. Ni el presidente Donald Trump da su brazo a torcer ni sus opositores del partido demócrata ceden ante sus pretensiones.

Trump pretende ahora utilizar su poder ejecutivo para desviar fondos hacia la construcción de lo que parece una obsesión luego de que los recursos para ejecutar le fueran negados una y otra vez por el Congreso. Después de que el mandatario declarara la emergencia nacional para lograr su propósito, la batalla pasó a los estrados judiciales. 16 Estados liderados por California y Nueva York interpusieron ante un tribunal federal la demanda para frenar la medida.

El gobierno espera disponer de 8.000 millones de dólares para reforzar la seguridad en una frontera que se ha convertido en la excusa para afianzar el discurso nacionalista y de mano dura contra los migrantes. Hacer esa barrera fue una de sus principales promesas de campaña, pero ha sido rechazada tanto por los demócratas como por muchos de sus copartidarios republicanos, que la consideran inconveniente y divisionista.

La declaratoria de emergencia fue la reacción del presidente a la Ley presupuestaria que firmó a regañadientes para evitar un nuevo cierre de gobierno por falta de financiación. En la misma solo se incluyó una asignación de 1375 millones de dólares para cercas y otras barreras pero no para financiar lo que parece ser su objetivo único.

El pulso legal será la nueva batalla después de la vivida entre diciembre y enero cuando se produjo el cierre parcial del gobierno más largo de la historia luego de que el Congreso no cediera a las presiones para disponer una partida para la construcción del muro. Ahora el excéntrico presidente dice estar mejor preparado y desde su cuenta en Twitter advierte que está listo para enfrentar a los “demócratas de frontera abierta y la izquierda radical” que han presentado la demanda contra su declaratoria.

Los demócratas mueven sus fichas y mañana está previsto que se vote la llamada ‘resolución de desaprobación’, a través de la cual se busca impedir que el Mandatario se salte al Congreso para acceder a fondos federales. Aunque se da por descontado que pase en la Cámara Baja, su destino en incierto en el Senado donde los republicanos son mayoría.

Lo que sí será inevitable es que suba aún más el tono del debate político-legal. La líder demócrata Nancy Pelosi recordó que “no tenemos un monarca, tenemos una separación de poderes en nuestro país” e instó a los republicanos a sumarse a la iniciativa de bloquear la declaratoria de emergencia.

Ante el riesgo de ceder terreno a los demócratas y con las próximas elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina, Trump sabe que necesita un impulso para su nueva campaña. Por ello optó por la salida más radical, que si bien le puede dar un segundo aire, significa la discriminación con América Latina y aumentará la polarización.

Todo por la terquedad de un presidente que insiste en acusar al sur de todos los males que acosan a los Estados Unidos.

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