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El ‘hueco’ pensional

Aunque los analistas destacan el hecho que se le retire el subsidio estatal a las pensiones más altas, advierten que la reforma no resuelve el principal problema del sistema pensional colombiano: su déficit, que en la actualidad asciende a unos $80 billones, que debe ser asumido por el Estado.

25 de marzo de 2023 Por: Editorial .

Como todas las iniciativas promovidas por el Gobierno del cambio, como denomina el presidente Gustavo Petro a su administración, el proyecto de reforma pensional, radicado a mediados de la semana que concluye, genera inquietud y preocupación.

La propuesta, según la ministra de Trabajo Gloria Inés Ramírez, busca la creación de un sistema mixto entre lo público y privado que tendría como pilares los regímenes subsidiado, semicontributivo, contributivo y ahorro individual. La idea es que todos los colombianos en edad de pensionarse tengan acceso a alguna protección. Por su parte, el presidente Petro destacó que “el proyecto pensional tiene un objetivo social: que paulatinamente todo colombiano adulto mayor, que cumpla sus tiempos de trabajo y su edad, tenga una pensión”.

Los analistas han coincidido en señalar que el proyecto tiene aspectos positivos. Uno de ellos precisamente es el otorgamiento de una mesada, que en principio sería de $223.000, a los adultos mayores que no hayan podido acceder a una pensión y que de acuerdo a los cálculos del Gobierno son 2,5 millones de personas, cifra que irá creciendo debido al envejecimiento de la población colombiana. Sin duda esa es una noticia positiva en un país en el que seis de cada diez adultos mayores no tienen acceso a remuneración alguna.

El primer aspecto polémico de la reforma es que establece que las pensiones de hasta tres salarios mínimos serán asumidas por Colpensiones. En el caso de las personas que devenguen más de tres salarios mínimos, el excedente lo cubrirán los fondos privados de pensiones. En la práctica, ello significa que el grueso del dinero destinado a las pensiones se quedará en la entidad estatal, pues el 80% de los trabajadores colombianos ganan tres salarios mínimos o menos.

Ello llevó a centros de pensamiento como Anif a manifestar que la reforma daría un fuerte golpe al ahorro, a la sostenibilidad fiscal y pondría en riesgo la posibilidad de pagar las pensiones futuras. Según la entidad, tras analizar cada uno de los pilares propuestos, se encontró que con la reforma se duplicaría el pasivo pensional y pasaría del 110% actual a representar el 249% del PIB estimado para el 2023.

Esa entidad propone “mantener en un salario mínimo el límite del pilar contributivo que iría a Colpensiones, de esta forma se pondría un límite estructural a los subsidios, sin darle un golpe al ahorro privado”.

Aunque los analistas destacan el hecho que se le retire el subsidio
estatal a las pensiones más altas, advierten que la reforma no resuelve el principal problema del sistema pensional colombiano: su déficit, que en la actualidad asciende a unos $80 billones, que debe ser asumido por el Estado.

Es destacable que el Gobierno busque que todos los adultos mayores reciban algún tipo de compensación económica. Pero tan importante como eso, es que la reforma pensional se ajuste a la realidad y a las posibilidades fiscales del país. De no ser así, serán las futuras generaciones las que lo padecerán.

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