El día de la Democracia
Hoy Colombia elige su futuro y quienes participan en ese proceso están llamados a dar ejemplo y a acatar el mandato de una democracia respetable que representa la voluntad de sus ciudadanos.
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18 de jun de 2022, 11:55 p. m.
Actualizado el 17 de may de 2023, 12:46 p. m.
Luego de dos años de intensa y desgastadora campaña, los colombianos escogen hoy el presidente de la República a partir del 7 de agosto
próximo. Será el momento en el cual quienes acudan a las urnas de votación escogerán entre un curtido político y un ingeniero civil.
Será uno de los momentos más cruciales para las instituciones que deben interpretar la voluntad popular. Por un lado, está Gustavo Petro, exguerrillero a quien la democracia colombiana le ha asegurado siempre su participación en los certámenes electorales en los cuales ha participado, entre los cuales se incluye la aspiración a la presidencia durante los últimos doce años. Hoy, el señor Petro es miembro del Senado de la República, cargo al cual llegó por ministerio de la ley.
No obstante, sus continuas denuncias, el senador Petro ha gozado siempre de las garantías necesarias para ejercer sus funciones y realizar el proselitismo que a bien tenga. Así lo hizo como alcalde de Bogotá, donde muchas de sus ejecutorias produjeron polémicas y están aún a disposición de las autoridades judiciales. O en todas y cada una de las curules y escenarios en los cuales conoció muchos de los que hoy son sus asesores, a pesar de arrastrar trayectorias cuestionadas por su cercanía con el clientelismo, la corrupción y la violencia.
Ese es el gran valor de la democracia colombiana donde el respeto a las libertades y la garantía para ejercerlas sigue siendo un atributo que se reconoce en el mundo. Incluso las protervas maniobras de la campaña que realizó el candidato del Pacto Histórico le han sido respetadas, dejándole a los ciudadanos la decisión libre y espontánea sobre si la política electoral debe ser ejercida de manera ruin para descalificar a los contrarios y tratar de ganar el favor electoral.
Al otro lado se encuentra el ingeniero Rodolfo Hernández, quien representa una nueva forma de hacer la política. Empresario exitoso y reconocido por sus logros en su paso por la alcaldía de Bucaramanga, el único cargo público que ha desempeñado, su llegada al mundo político ha significado un gran viraje para la política colombiana y para los electores que buscan un cambio real en la manera de responder a las necesidades de nuestra Nación.
Es claro que el candidato Hernández no representa la política tradicional. El interpreta la voz de quienes lo han escogido para renovar la política y la dirección del Estado sin que ello signifique hacer tabla rasa de las instituciones y del orden que garantiza el respeto por la Constitución Nacional como la base de la convivencia, la paz y el progreso del país.
Esas son las dos opciones sobre las cuales se escogerá el próximo presidente de los colombianos. Será un proceso vigilado que debe ser respetado por los participantes y protegido por las autoridades ante las amenazas de violencia que se han venido descubriendo, en especial de sectores vinculados al Pacto Histórico, tendientes a sembrar el caos y desconocer la voluntad de los electores.
Hoy Colombia elige su futuro y quienes participan en ese proceso están llamados a dar ejemplo y a acatar el mandato de una democracia respetable que representa la voluntad de sus ciudadanos.
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