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Cali: Intolerancia, peleas callejera, agresión, maltrato. foto José L Guzmán. El País. julio 11-23
En Cali se volvieron frecuentes los actos de intolerancia, las peleas callejeras, las agresiones y los maltratos. foto José L. Guzmán. El País. | Foto: José Luis Guzmán. El País

Editorial

Convivencia ciudadana

En lo que va de este 2023, en la capital del Valle se han registrado 190 casos de muertes violentas ocurridas en medio de actos de intolerancia.

13 de octubre de 2023 Por: Editorial .

La intolerancia en Cali ha llegado a extremos inconcebibles para una sociedad. Imágenes como las del conductor que golpeó a otro hasta dejarlo inconsciente o la guarda de tránsito atropellada por un motociclista infractor cuando pretendió detenerlo, son apenas dos de los ejemplos más recientes. Los datos locales son preocupantes y reflejan a una ciudad donde la violencia se convirtió en el modo de solucionar los problemas de convivencia.

Entre el 1 de enero y lo que va corrido del mes de octubre de este año, la Policía ha recibido cerca de 27.000 llamadas por hechos de intolerancia. Como lo aseguró el Comandante de la Policía Metropolitana a El País, son en su mayoría casos donde está involucrado el consumo de alcohol o de sustancias estupefacientes, que provocan exaltación, llevan a actuar de manera impulsiva y a cometer imprudencias.

En lo que va de este 2023, en la capital del Valle se han registrado 190 casos de muertes violentas ocurridas en medio de actos de intolerancia. Una cifra vergonzosa, que refleja la Cali que se ha construido en las últimas décadas, donde se extravió su esencia, se perdieron los principios básicos de la convivencia ciudadana, se infiltró el crimen, la polarización está a la orden del día y los ánimos se exacerban hasta llegar a la brutalidad.

Es la urbe que creció de manera desorganizada, sin una identidad propia, desigual, donde las estigmatizaciones son cada vez más sensibles y visibles, y no parece haber una dirigencia que sepa enderezar su rumbo.

Si a ello se suman la falta de autoridad más el descontrol que se tomaron a Cali en los años recientes, así como los evidentes prob lemas de formación en los valores que permiten a una sociedad vivir en paz y armonía, se obtiene el peligroso coctel que hoy padece la ciudad. Por ello la solución comienza por educar a los caleños en los principios más básicos para la convivencia, en el respeto por el otro aún en las diferencias, por enseñar que la vida y la integridad humana son sagradas.

Para la metrópoli con los mayores índices de violencia de Colombia, en la que confluyen los más diversos problemas sociales y de seguridad, debe ser una prioridad trabajar para que sus ciudadanos aprendan a solventar sus dificultades entre sí de forma pacífica, a que sus contrariedades no se resuelvan con enfrentamientos que terminen en muertes o tragedias, a que no se imponga la ira sobre la razón.

Las soluciones a la intolerancia comienzan por cumplir las reglas elementales que permiten vivir en una comunidad, como la observancia de las normas y de las leyes, el acatamiento del principio de autoridad y la consideración hacia los demás

Es la cultura ciudadana que se impone para garantizar la convivencia y propender por la reconciliación de los caleños. En ello deberán trabajar con dedicación y premura quienes obtengan la responsabilidad de conducir en el futuro inmediato los destinos de la capital del Valle.

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