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Claridad para la economía

Ante las reacciones que se han presentado y por el comportamiento preocupante de la economía colombiana durante la última semana, es necesario el pronunciamiento del presidente electo.

25 de junio de 2022 Por: Vicky Perea García

Hace ocho días, la mayoría de los votantes eligieron a Gustavo Petro como presidente de Colombia. Y por razones obvias, la economía ha recibido algunos impactos que demandan mensajes claros para devolverle la estabilidad y empezar a fijar un derrotero sobre lo que será el futuro de una actividad que requiere mantener una senda de crecimiento con la cual enfrentar los enormes desafíos que tiene ante sí.

Lo primero que debe reconocerse es que el país, como el resto del mundo, debe tomar medidas para hacerle frente las consecuencias de la pandemia del Covid-19, traducida en un aumento del déficit y en el crecimiento de la inflación. Para ello, el presente gobierno ha actuado con serenidad y certeza, a lo cual los sectores económicos han reaccionado generando un crecimiento del 11,5% del PIB durante el 2021 y de cifras cercanas al 8% en los primeros cinco meses del 2022.

De igual manera, el petróleo ha sido factor fundamental para impulsar la reactivación, y el manejo de Ecopetrol ha permitido generar un ingreso de vital importancia al Estado para equilibrar sus finanzas y generar confianza en la economía nacional. Todo lo cual ha permitido también bajar los índices de desempleo y de pobreza a los niveles anteriores a la pandemia. Queda como gran desafío reducir la inflación, para lo cual está actuando la autoridad monetaria, logrando detener en gran parte la tendencia de un indicador que por sí solo es el peor impuesto a los ingresos de las familias de medios y bajos ingresos.

Ahora bien, la llegada del nuevo gobierno viene acompañada de una campaña en la cual el entonces candidato hizo anuncios y propuestas que en su momento causaron inquietud y ahora empiezan a gravitar en los indicadores. Es el caso de la devaluación que se ha acelerado de manera importante, aumentando el costo de elementos claves como los alimentos, y, ante todo, la caída en el valor de la acción de Ecopetrol y de las petroleras que realizan labores de exploración y explotación en el territorio nacional.

Ante esas reacciones que tendrán impacto en el bolsillo de todos los colombianos, parece necesario el pronunciamiento del nuevo gobierno sobre lo que será su política en esas materias, así como quiénes serán los encargados de dirigir la economía y el sector minero y energético. No se trata de exponer lo que serán las políticas fiscales, reformas como la tributaria o la pensional si no y en principio, despejar las inquietudes sobre factores que pueden causar graves consecuencias en el futuro inmediato.

Y no es un asunto de exigirle que se continúe un manejo que, sin duda, ha beneficiado la economía nacional. Es ante todo la necesidad de mostrarle al país y al mundo lo que será la dirección de lo que es tal vez el área más sensible de cualquier nación, y de las finanzas públicas, para que se sepa a qué atenerse en adelante.

Por todo ello, ante las reacciones que se han presentado y por el comportamiento preocupante de la economía colombiana durante la última semana, luego de 18 meses de crecimiento sostenido, es necesario el pronunciamiento del presidente electo.

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