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Cali también es turismo

En Cali hay que creer, y reconocerle sus atractivos tal como lo han hecho 141.818 visitantes llegados entre enero y septiembre para disfrutar de su variada oferta, además de los miles que se espera para fin de año.

21 de octubre de 2019 Por: Editorial .

En Cali hay que creer, y reconocerle sus atractivos tal como lo han hecho 141.818 visitantes llegados entre enero y septiembre para disfrutar de su variada oferta, además de los miles que se espera para fin de año. No por azar la ciudad fue escogida como la Capital Cultural de Suramérica, es candidata a obtener el mismo título mundial y es una de las 20 ciudades que serán tendencia turística en el 2020, según portales especializados.

Este año ha sido de buenas noticias para la capital del Valle, tanto por los reconocimientos que ha obtenido del sector turístico internacional como por el incremento en el número de personas que la visitan: un 6,9% más que en el año anterior y un 20% más que en el 2017. No es extraño que así sea cuando a su amplia oferta cultural se le suma una buena infraestructura hotelera, se distingue por la variedad de su gastronomía, tiene un clima acogedor y está rodeada de paisajes, de climas y variedades sorprendentes.

En la Salsa está uno de sus fuertes. Aquí se baila en cualquier esquina, se enseña en la calle a quien quiera aprender, se disfruta cuando se escucha en alguno de los locales especializados o si se asiste a los espectáculos únicos en su género que brinda la ciudad. También atrae la multiculturalidad que ha hecho de Cali un crisol del arte, de la música, del teatro, de los libros y del deporte. Aquí es donde mejor se entiende la riqueza que conforma esa fusión entre la herencia del Pacífico con el legado de la cultura andina.

Para entender por qué gusta tanto Cali, hay que caminarla a las cinco de la tarde para que la brisa abrace el cuerpo y mientras tanto hay que comerse un chontaduro, degustar un cholado, tomarse un champús o una lulada y deleitarse con un buen pandebono. Hay que asistir a alguno de los 365 eventos que se programan en el año, para todos los gustos como Ajazzgo, la Bienal de Danza o el Festival Internacional de Ballet, la Feria Internacional del Libro o el Oiga Mire Lea, el Petronio Álvarez y por supuesto la Feria de Cali en diciembre, la más alegre e incluyente.

Esta es la casa deportiva de Colombia, donde se hacen los mundiales de ciclismo, se acogen competencias de patinaje, natación y atletismo, se corren varias maratones al año y el fútbol es pasión. El Museo de Arte Moderno La Tertulia tiene exposiciones permanentes y otras itinerantes por las que han pasado Da Vinci y Rembrandt, o ahora las magistrales fotografías de Jesús Abad Colorado.

La capital del Valle tiene problemas, como todas las ciudades, pero lo mejor es más que lo malo, como lo demuestra el número creciente de visitantes que arriban para disfrutar de esa amplia oferta o para hacer negocios, otra razón por la cual es atractiva. La clave está en su gente, en cómo Cali ha construido su diversidad, ha edificado su identidad y la ha convertido en su mayor patrimonio. En la esencia de todo ello está el caleño con su hospitalidad, su amabilidad, su alegría y ese don de gentes que lo hace único.

Ahí están las razones para que Cali reciba reconocimientos como el de ser nombrada Capital Suramericana de la Cultura 2019 o se proyecte según el portal de alojamientos Airbnb como una de las 10 ciudades que serán destino tendencia y tendrá un crecimiento del 137% en reservas hoteleras para el 2020. Buenas noticias que llenan de orgullo.

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