Argentina, campeón

El Mundial de Qatar 2022 se merecía una final como la de ayer, con dos selecciones grandes en la cancha, con los mejores jugadores del fútbol internacional y en un partido que emocionó a los aficionados de principio a fin. Nada de ello oculta, sin embargo, los escándalos ni los debates que rodearon al país anfitrión.

La Copa del Mundo tiene nombres propios: Argentina y Lionel Messi. Treinta y seis años después de su último campeonato, conseguido en México 86, el equipo suramericano se reencontró con la victoria y sumó tres estrellas a su palmarés. La figura indiscutible fue el jugador del París Saint-Germain, ganador del balón de oro, y quien obtuvo el único título que le faltaba en su carrera deportiva.

Francia falló en los penaltis, pero demostró en el tiempo reglamentario por qué se merecía estar en la final por segunda vez consecutiva. En sus filas cuenta con Kylian Mbappé, máximo goleador del torneo con ocho anotaciones, y quien se perfila como el digno sucesor de Messi, para quien a sus 35 años éste sería el último Mundial como jugador.

En lo futbolístico, Qatar estuvo lleno de sorpresas, como tener a la selección de Marruecos entre los cuatro finalistas, primer equipo africano en llegar a esa instancia. También por primera vez en la historia del Mundial una terna arbitral de mujeres pitó un partido, el de Alemania contra Costa Rica. Para muchos fue una auténtica gesta en un país árabe como el anfitrión, criticado por las restricciones que impone a los derechos femeninos.

Desde antes de iniciar la Copa del Mundo 2022 los escándalos y debates estuvieron a la orden del día, entre ellos el de los tratos inhumanos que se habrían cometido contra trabajadores extranjeros contratados para la construcción de los estadios y de la infraestructura del campeonato. Las críticas llevaron a que artistas invitados, entre ellos la colombiana Shakira, renunciaran a su participación en los eventos de inauguración o de clausura.

Las acusaciones sobre sobornos y actos de corrupción que circularon desde que se le otorgó a Qatar la sede del máximo evento del fútbol internacional, se revivieron en los días finales del Mundial. Mientras se disputaban los cuartos de final y la semifinal, varios diputados, exdiputados, políticos y asesores del Parlamento Europeo fueron detenidos o renunciaron por recibir sobornos a cambio de mejorar la imagen del país anfitrión e incluso de influir en decisiones políticas de la Eurocámara.

Todo ello quedó por un momento relegado al segundo plano, aunque difícilmente en el olvido, durante la final disputada este domingo en el estadio catarí de Lusail entre Argentina y Francia. Ahí, en la cancha y entre los millones de aficionados alrededor del planeta, se impusieron las emociones, el espíritu deportivo y el buen espectáculo, nada diferente a lo que se espera cada cuatro años en una Copa del Mundo de Fútbol.