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Abono a la deuda

Sin duda, la firma del contrato es una buena noticia para el Valle y Colombia y un abono a la larga lista de deudas que la Nación tiene con la región Pacífica, con Buenaventura y la competitividad de nuestro país.

30 de agosto de 2022 Por: Editorial .

Con la firma del contrato de concesión de la vía Buga a Buenaventura, el gobierno nacional, representado por el Ministro de Transporte, aspira a terminar la que es una de las carreteras más estratégicas para Colombia, la que comunica al centro del país con el Pacífico. Es un abono a la larga deuda que tiene la Nación con el departamento en materia de infraestructura.

La ceremonia en la cual se protocolizó el contrato Sacyr se realizó en medio de una sesión del ahora llamado Bloque Regional que reúne a los congresistas del Valle y algunos de la región, a las autoridades del Departamento y a dirigentes empresariales. Y fue producto de los estudios, diseños y licitaciones realizadas durante los cuatro años anteriores por el gobierno Duque, que, a su vez, trató de completar lo adelantado durante los ocho años del gobierno Santos y otro tanto de la administración Uribe.

Es pues una larga historia que se remonta a 60 años atrás, cuando el Valle se empeñó en conseguir que el centralismo asumiera su obligación de construir una vía adecuada que comunicara a la capital de la República y al resto del país con la ciudad más importante sobre el mar Pacífico y la conexión con el mundo. Una historia llena de incumplimientos, demoras y dilaciones, sobre una vía que no es solo un empeño regional o un capricho vallecaucano.

En esa ceremonia se protocolizó el contrato adjudicado el pasado 4 de agosto a la firma Sacyr Concesiones Colombia S.A.S., por valor de $4 billones, $2,2 billones para construir los 35 kilómetros que faltan y $1,8 para operación y mantenimiento de una vía con 128 kilómetros de extensión y 116 en doble calzada. En él están incluidas la construcción de una ciclorruta entre Mediacanoa y Buga, el mejoramiento de 33,7 km y la rehabilitación de 15 km de la vía Simón Bolívar de acceso a Buenaventura.

Por supuesto, hay que celebrar que el Ministro de Transporte viniera a Cali a mostrar el compromiso del gobierno nacional con un propósito que no puede considerarse como de orden local, en la medida en que por ahí circula más del 50 % de las exportaciones e importaciones de Colombia. Y si bien su terminación se realiza en la región, debe tomarse como de importancia vital para todo el país, lo que destaca la extrañeza por la demora que ha padecido.

Y debe ser el punto de partida para recordar que idéntico proceso ha padecido la decisión de profundizar el canal de acceso a la bahía de Buenaventura, razón por la cual Colombia ha perdido competitividad, debiendo presenciar el traslado de la carga hacia puertos ecuatorianos. Así mismo, para recordar el azaroso camino que ha debido transitar la Asociación Público Privada que se firmó hace siete años para construir la vía Mulaló-Loboguerrero, clave para mejorar la comunicación con Buenaventura y que hoy parece fracasada por exigencias que la hicieron inviable.

Sin duda, la firma del contrato es una buena noticia para el Valle y Colombia y un abono a la larga lista de deudas que la Nación tiene con la región Pacífica, con Buenaventura y la competitividad de nuestro país.

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