Editorial

Responsabilidad con las finanzas

El Estado deberá pagar tasas de interés más altas para financiar su deuda, lo que a su vez encarece el crédito interno para empresas y ciudadanos.

ChatGPT predijo algunos de los hechos más importantes que le esperan a Colombia.
ChatGPT predijo algunos de los hechos más importantes que le esperan a Colombia. | Foto: Getty Images

13 de jun de 2025, 03:13 a. m.

Actualizado el 13 de jun de 2025, 03:13 a. m.

Lo que se juega por estos días Colombia, en materia fiscal, no es poco. La estabilidad financiera es clave para tener una economía saludable, credibilidad en los mercados internacionales, y que esto se refleje en crecimiento y en oportunidades para los colombianos.

Pero lo que el país está viviendo genera mucha preocupación y ha sido advertido desde diversos sectores. La suspensión de la regla fiscal (herramienta para controlar el gasto y evitar sobre endeudamiento) eleva la percepción de riesgo país. Esto implica que el Estado deberá pagar tasas de interés más altas para financiar su deuda, lo que a su vez encarece el crédito interno para empresas y ciudadanos.

Esto ya se evidenció ayer cuando el Gobierno se volvió a endeudar a largo plazo, colocando TES (Títulos de Tesorería) a tasas superiores al 13%, más altas que el promedio.

La regla fiscal no es un capricho técnico. Es un compromiso de sostenibilidad a largo plazo. Fue diseñada precisamente para evitar que los gobiernos cedan ante la tentación de gastar más de lo que tienen, comprometiendo el futuro de la Nación por beneficios políticos de corto plazo.

La situación que enfrenta Colombia es resultado de una gestión fiscal que ha priorizado el gasto expansivo sin hacer los ajustes estructurales necesarios. En lugar de reducir la burocracia, reordenar subsidios o replantear prioridades del gasto, el Gobierno ha optado por ampliar el margen de deuda.

El déficit fiscal cerró en 6,7 % del PIB en 2024, y aunque se proyectaba una reducción al 5,1 % en 2025, la suspensión de la regla fiscal anticipa un panorama aún más sombrío. Colombia podría cerrar este año con un déficit superior al 7 %, y la deuda pública ya ronda el 62 % del PIB. Esta trayectoria no es sostenible. Como han advertido diversos analistas y exministros de Hacienda, esto podría llevar al país al peor escenario fiscal de la historia reciente con la posibilidad de perder el grado de inversión que ha venido deteriorándose.

 La decisión del Gobierno pone en entredicho la confianza de los inversionistas, tanto locales como extranjeros. Colombia ha mantenido durante años una reputación de responsabilidad fiscal en la región y romper ese principio por razones coyunturales puede tener efectos devastadores sobre la inversión, la tasa de cambio, y la estabilidad económica general.

Es momento de que el Estado y sobre todo el Ministro de Hacienda, que presentará este viernes el Marco Fiscal de Mediano Plazo, haga un alto en el camino y tome decisiones responsables que pueden ir en contra de lo que quiere el Presidente de la República.

 ¿Quién terminará pagando la factura de un mayor déficit? Seguramente todos los colombianos, vía mayores impuestos porque ya se habla de otra reforma tributaria, inflación o menor inversión pública futura.

Hoy más que nunca, Colombia necesita liderazgo con visión de largo plazo. Necesita una ciudadanía vigilante, un Congreso con carácter y una opinión pública que no se deje confundir. La sostenibilidad fiscal no es un lujo, es una necesidad para garantizar el buen desarrollo del gobierno y oportunidades para todos.

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Gonzalo Gallo

Columnista

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