Produce dolor

Cuando recorremos Cali, nos llenamos de tristeza al ver y constatar el estado de postración en que se encuentra gran parte de la ciudad. Semáforos que no funcionan, invasión de los carriles del MÍO, plásticos verdes deteriorados por el tiempo, escondiendo la ineficiencia, construcciones abandonadas, fachadas semidestruidas, carros y motos que no respetan las señales de tránsito, habitantes de la calle en las esquinas, otros deambulando drogados sin rumbo, civiles dirigiendo el tránsito, gualas hechizas atiborradas pasajeros sustituyendo el transporte público, telarañas de cables colgando, árboles mutilados para darles paso a los manojos de cuerdas, calles destrozadas, huecos a tutiplén, peatones sin andenes, etc, etc.

Sin contar los que no vemos. Un MÍO inviable económicamente, prestando un servicio deficiente, unas Empresas Municipales que cortan la energía varias veces por semana, causando daños a los implementos eléctricos de los hogares, e interrumpiendo la producción a los microempresarios, los grandes usan otros proveedores o tienen suministro de energía alternativa, un servicio de internet intermitente, con la consiguiente pérdida de usuarios, ciudadanos atemorizados por la inseguridad, redes sociales anunciando como podemos evitar los robos, en fin una falta de autoridad evidente y una administración absolutamente incompetente.

Como si fuera poco, el Alcalde y el Concejo han autorizado un alto endeudamiento para ser pagado por quienes los sucedan, para hacer obras de uso muy cuestionado, como un camino peatonal desde el club San Fernando hasta Cristo Rey. Otra megaobra como las que prometió y cobró, en su primera administración, y nunca se construyeron.

Nos gobierna un alcalde desacreditado y cuestionado, acusado, en no pocas oportunidades. Unos órganos de control municipales y nacionales que no funcionan oportunamente. Varios han sido los sobreseimientos con origen en prescripciones.

Pedimos a gritos una autoridad competente, y honesta, con la misión y el deber de servir a la comunidad, y no de beneficiarse de un cargo.

Estamos próximos a una nueva elección. Ojalá seamos acertados en la escogencia. Podemos volvernos a equivocar.

Se debe tener en cuenta quienes eligieron al actual alcalde. Él tuvo y tiene el respaldo de la U, de los Verdes, parte de quienes actualmente constituyen al Pacto Histórico, además, de los politiqueros. Descarto, por lo tanto, los candidatos que reciban el respaldo de estas colectividades. No aguantamos más de lo mismo.

Existen tres candidatos con los mejores antecedentes e independencia. Wilson Ruiz quien fuera magistrado y ministro, Alejandro Eder quien tuvo un desempeño destacado cuando manejó el programa de los reinsertados y Diana Rojas que luchó valerosamente como concejal para evitar los desafueros del actual alcalde. Los tres son dignos de ser considerados como opciones por sus ejecutorias y su bagaje académico. Para desempeñar eficientemente un cargo con la complejidad administrativa de la alcaldía, se requiere conocimiento y preparación en el campo de lo público.

Omito mencionar a Roberto Ortiz. Desconfío de los candidatos que no participan en los debates, donde se dan a conocer y se juzgan sus ideas. Una estrategia de Trump. Además, está recibiendo el respaldo de la misma casta política que eligió al actual alcalde.