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La histórica caída del PIB

Para entender mejor qué significa la caída del PIB de 15,7% que acaba de confirmar el Dane para el segundo trimestre del año es conveniente analizar el desempeño de cada uno de sus componentes

16 de agosto de 2020 Por: Mauricio Cabrera Galvis

Para entender mejor qué significa la caída del PIB de 15,7% que acaba de confirmar el Dane para el segundo trimestre del año es conveniente analizar el desempeño de cada uno de sus componentes y compararlo tanto con nuestra propia historia como con el resultado de otros países.

En lo internacional, podría dar cierto consuelo saber que el PIB de Estados Unidos registró una caída de 32,9% en el mismo período. Pero es una comparación equivocada, porque lo que allá se registra es la tasa anual de la variación trimestral, es decir el cambio en un trimestre multiplicado por 4. Con esa forma de medir, la caída del PIB que registraría Colombia sería cerca del 60%, es decir que el supuesto consuelo se convertiría en angustia.

Si vemos los datos comparables del comportamiento trimestral del PIB en los países de la Ocde, a Colombia le va mal. Solo México y España tienen una caída superior a la del país (18,5% y 17,3% respectivamente), mientras que en los otros 15 países de la lista la contracción es menor. Se destacan los casos de Chile y Corea con una caída trimestral de ‘solo’ 5,8% y 3,3%; Chile más afectado que Colombia por el Covid-19, mientras que Corea si lo controló con gran rapidez.

Respecto de nuestra propia historia, el único antecedente que tenemos es la gran recesión durante el gobierno de Pastrana: en el segundo trimestre de 1999 se registró una caída de 6,8%, es decir menos de la mitad de la de ahora, pero con componentes diferentes. En ese entonces lo que más se redujo fue la inversión (caída del 48%), mientras que el consumo privado solo bajó 6,8% y las exportaciones continuaron creciendo a un ritmo del 6,1%.

En la recesión actual la inversión ha caído un poco menos (-32%), pero el consumo privado ha sido mucho más afectado (-18%) y, como es una crisis internacional, las exportaciones también han sufrido una reducción del 25%. En ambas coyunturas lo único que ha repuntado un poco y atemperado la crisis es el consumo del gobierno: en 1999 creció 3% y ahora 1,6%. Eso sí sorprende que con todos los anuncios de ayudas oficiales el crecimiento del gasto público haya sido tan pequeño.

Dado que el consumo de los hogares representa el 70% del PIB, se puede afirmar que su reducción es la principal causa de la actual recesión, lo que plantea un serio interrogante sobre la forma y la velocidad con la que puede darse la recuperación del crecimiento, porque esa caída no se puede atribuir solo a la falta de ingresos o al cierre de la economía, también está el miedo al virus, y entonces los que tienen recursos no consumen porque les da susto salir a gastar, y los que no tienen porque no pueden comprar.

En Estados Unidos las cuantiosas transferencias a los desempleados, y las ayudas a la nómina de las empresas aumentaron el ingreso disponible de las familias en un asombroso 42% en el trimestre, pero aún así el consumo de los hogares cayó 10,5%. La gente prefirió guardarse la platica, y la tasa de ahorro subió del 9,5% al 25,7%. En Colombia las ayudas oficiales han sido mucho menores y, aunque no hay datos todavía, es de suponer que el ingreso disponible de las familias se ha reducido, lo que complica más las posibilidades de la reactivación.

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