¿Cuándo dejar quebrar un banco?
Una, que la subida de las tasas de interés de los bancos centrales no solo afecta el crecimiento económico, sino que también puede generar inestabilidad y crisis financieras.
La quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) -el banco en el puesto 16 por tamaño en Estados Unidos- seguido dos días más tarde por el colapso del Signature Bank -en el puesto 29- ha revivido los fantasmas de la crisis financiera del 2008. Y también en Europa donde colapsó el Credit Suisse y está en estado crítico el Deustsche Bank de Alemania.
Sin embargo la situación es muy diferente. La crisis de 2008 se originó en la desinflada de la burbuja de precios de la vivienda -que habían crecido 120% en 6 años- lo que generó un gran deterioro de los créditos hipotecarios y la quiebra de las entidades bancarias y no bancarias que los habían adquirido.
En esta ocasión el origen estuvo en la subida de las tasas de interés del banco central, que llevó a que perdieran valor todos los bonos y papeles de tasa fija. El SVB tenía el 40% de sus activos invertidos en este tipo de bonos, de manera que iba a presentar cuantiosas pérdidas. Cuando el mercado conoció estas pérdidas se produjo una corrida de depósitos, porque los ahorradores retiraron depósitos por US$42.000 millones, que eran el 25% del total de los depósitos del banco.
Ante la inminencia de una cesación de pagos por parte del banco, es decir que no tuviera efectivo para entregar a quienes pedían de vuelta su depósitos, y la posibilidad de que hubiera contagio y a otros bancos les sucediera lo mismo, como ya le estaba sucediendo al Signature Bank, las autoridades monetarias intervinieron a los dos y los cerraron, pero tomaron medidas extraordinarias para mantener la confianza del público en el sistema bancario.
La primera fue extender el seguro de depósito a todos los depositantes.
La Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC), garantiza los depósitos hasta por US$250.000 (en Colombia el Fogafin garantiza hasta $50 millones por depositante), pero en el caso del SVB el 90% de los depósitos pertenecían a los grandes inversionistas tecnológicos y su valor individual era mucho mayor al tope asegurado. Para evitarles pérdidas, la Fdic decidió responder por la totalidad de los depósitos, lo cual le representa un costo estimado en US$20.000 millones. Los que sí pierden todo su capital son los accionistas del banco.
La segunda fue adoptada por la FED para evitar que todos los bancos tuvieran que registrar pérdidas por la desvalorización de sus inversiones en bonos y, a la vez, tuvieran suficiente efectivo para responder ante una corrida de depósitos. Para ello la FED abrió una ventanilla especial para comprar (con pacto de recompra) a todos los bancos los bonos al valor nominal, y no al precio de mercado que es inferior.
Varias lecciones quedan de este episodio. Una, que la subida de las tasas de interés de los bancos centrales no solo afecta el crecimiento económico, sino que también puede generar inestabilidad y crisis financieras. Dos que las autoridades están dispuestas a hacer todo lo que sea necesario (menos bajar sus tasas de interés) para evitar una crisis financiera generalizada, incluyendo medidas tan extremas como las mencionadas. Tres que ya no solo intervienen para salvar a los bancos que son “demasiado grandes para quebrarse”, sino que también lo hacen con bancos medianos como el SVB, porque estos también representan un riesgo sistémico. Parece que ya no se van a volver a quebrar bancos.