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La reconciliación tiene que ser prioridad

Sería refrescante que el proceso electoral fuera liderado por personas capaces de hablarle al corazón de sus audiencias...

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Carlos E. Climent
Carlos E. Climent | Foto: El País

5 de oct de 2025, 12:52 a. m.

Actualizado el 5 de oct de 2025, 12:52 a. m.

Colombia es un país extraordinario habitado en su inmensa mayoría por gente de paz que ha vivido por mucho tiempo afligida por una degradación moral azuzada por minorías. Y como suele suceder cada cuatro años, se prepara para una nueva contienda electoral en medio de una gran polarización.

Mi aspiración como ciudadano es que los extremismos, que cada día parecen ser más radicales, sean derrotados democráticamente. Soy consciente que este anhelo es ingenuo, pues contradice la tendencia actual, que indica que son los extremos los que están ganando en las urnas.

La mayoría, que en silencio quiere la unión y la paz, está paralizada, agotada, y saturada de confrontaciones entre los vociferantes, de lado y lado, que siendo una minoría son los que hacen más ruido.

A pesar de puntos de vista tan opuestos, creo que este es el momento para proponer la unión, no la discordia. La paz tendrá un chance mucho mayor cuando cada uno de nosotros tenga como prioridad la reconciliación y no la confrontación.

Los líderes tendrían que entender que los problemas no se resuelven con posiciones extremistas y simplistas, sino por medio de la interlocución entre personas calificadas que tienen ideas diferentes.

Así se pueden vencer la profunda desconfianza y los estereotipos perversos que tanto daño hacen. Y así podrá empezar un diálogo entre las distintas voluntades que quieren llegar a acuerdos duraderos.

Sería refrescante que el proceso electoral fuera liderado por personas capaces de hablarle al corazón de sus audiencias, desde el fondo de sus propias convicciones y emociones, pero sin acudir a populismos cortoplacistas.

Las personas con mejores posibilidades para liderar una administración incluyente tienen varias de las siguientes condiciones:

*Están interesadas en la reconciliación, no en la confrontación.

*Son honestas y tienen el carácter para imponer su independencia, sin importar quién los postule o quién los apoye.

*Si bien tienen puntos de vista definidos y contundentes, no tienen rencores y están dispuestas a dialogar civilizadamente.

*Priorizan la reconciliación y el bienestar general sobre los éxitos políticos temporales.

*Buscan el diálogo, incluso con quienes tienen diferencias extremas de opinión.

*Entienden que disminuir la desigualdad es urgente y vital para un futuro mejor para todos.

*No sufren de inseguridad o despotismo (dos caras de la misma moneda), y son capaces de mirar a los ojos al contradictor y escucharlo con atención y respeto.

*No se dejan provocar por las emociones, propias o ajenas.

*Tienen el don de la ecuanimidad, lo que les permite proponer políticas incluyentes y justas que corresponden a los deseos de las mayorías.

*Tienen la generosidad para posponer sus aspiraciones personales por el bien común.

*Están convencidas que la unión de vertientes ideológicas diversas no solo es posible, sino que es la única alternativa para iniciar la solución de profundos conflictos sociales.

Carlos E. Climent es médico de la Universidad del Valle y psiquiatra de la Universidad de Harvard. Durante30 años trabajó en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad del Valle, y durante 20 se desempeñó como miembro del Panel de Expertos en Salud Mental de la Organización Mundial de la Salud.

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