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La importancia de la imagen

Las ciudades las queremos entrañablemente o las criticamos. Además, el ambiente que nos rodea influye sobre nuestra conducta, positiva o negativamente.

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Alfredo Carvajal Sinisterra
Alfredo Carvajal Sinisterra | Foto: El País

22 de ago de 2025, 02:59 a. m.

Actualizado el 22 de ago de 2025, 02:59 a. m.

Se dice que nunca hay una segunda oportunidad de dar una buena primera impresión. Las mujeres toman buena parte de su tiempo maquillándose, peinándose y escogiendo la prenda más adecuada para la ocasión. Hombres y mujeres se interesan en que su imagen sea bien vista y apreciada por sus interlocutores y amigos. Nos interesamos en que todas las personas tengan una buena imagen de lo que somos.

Hace ya unos cuantos años un destacado líder político me afirmó que las ciudades imprimen carácter, no son inertes, su presentación influye sobre el comportamiento de sus habitantes. Me hizo ver algo obvio. Las ciudades las queremos entrañablemente o las criticamos. Además, el ambiente que nos rodea influye sobre nuestra conducta, positiva o negativamente.

En 1982 James Q. Wilson y George L. Kellin publicaron un trabajo académico titulado ‘Las Ventanas Rotas’, en el cual se afirmaba que la presentación física de una ciudad, así como la tolerancia de las pequeñas infracciones, inducían a la criminalidad. Si imperaba el desorden, la tolerancia a los desmanes y además se admitía unas construcciones desvencijadas, con fachadas deterioradas, unos andenes intransitables, un tráfico vehicular permisivo y desordenado, la consecuencia natural era la de que en ese ambiente proliferaran la inseguridad y el crimen. Dicha teoría se ha probado reiterativamente en diversas ciudades del mundo.

Pues bien, en Cali la Alcaldía está luchando por imponer el orden en la circulación vehicular y en el estacionamiento indiscriminado. Sobre estos temas hay conciencia en las autoridades, no así en la ciudadanía. La administración estableció como una prioridad la recolección de las basuras y el mantenimiento de los parques, donde su empeño se ha notado.

Infortunadamente en Cali, en las fachadas de muchas casas y edificios, sobresale el abandono. Sus calles están llenas de construcciones detenidas en el tiempo, puertas y ventanas de residencias tapiadas con ladrillos o locales abandonados, estructuras de edificios donde duermen los habitantes de la calle. Son como cicatrices en el rostro de las personas. Circulemos por donde queramos, encontraremos el abandono de construcciones que hieren el paisaje y el prestigio de la ciudad.

Hace ya varios años el Concejo de Cali, con buen criterio, determinó señalar algunas construcciones como patrimonio arquitectónico. No permiten modificaciones y se conservan intactas. Son hitos históricos. Añoramos el hotel Alférez Real.

Siempre me he preguntado, con el criterio contrario, por qué no desaparecen esperpentos que producen impresión de dejadez y abandono en la ciudad, e invitan como las ventanas rotas al desorden y al delito. En otras ciudades exigen que las fachadas de los edificios y de las casas tengan una buena presentación, al margen de los gustos personales. Algunas obligan a renovar la pintura de las fachadas repelladas, o la limpieza a las que son de ladrillo, mármol o piedra, cada cierto tiempo, de lo contrario son penalizadas con un mayor impuesto predial de manera incremental hasta que las tumben o las renueven.

Además, el Municipio se beneficiaría con una medida ya acogida en otras urbes. Se podría volver dueño de los lotes para luego venderlos.

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Posdata. El alma de Colombia está herida, falleció asesinado Miguel Uribe. Se esfumó una esperanza. Sentido pésame para su familia.

Economista de profesión. Empresario con experiencia en el sector público y privado. Columnista de El País desde hace varios años.

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