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Deben leerlos

Sé que es pedirle peras al olmo que los uribistas lean los libros de Juan Manuel Santos y Humberto de la Calle que están a la venta en las librerías, y que deben ser leídos para juzgar lo que fue el proceso de paz...

15 de mayo de 2019 Por: Jorge Restrepo Potes

Sé que es pedirle peras al olmo que los uribistas lean los libros de Juan Manuel Santos y Humberto de la Calle que están a la venta en las librerías, y que deben ser leídos para juzgar lo que fue el proceso de paz con las Farc, que trasciende las consignas del odio que ha inoculado Álvaro Uribe contra estos dos colombianos, para que todos tengan una visión exacta de lo que fue conseguir que la más antigua y sanguinaria guerrilla depusiera sus armas y aceptara firmar un acuerdo si no perfecto, al menos satisfactorio.

Aquí no hubo una simple lucha del Estado contra unos criminales, sino un verdadero conflicto armado que perduró por más de 50 años y ante el cual fracasaron los proyectos de derrotar a la subversión.
Desde Belisario Betancur hasta Juan Manuel Santos se hicieron varios intentos para llegar a un acuerdo con las Farc, y todos fracasaron. Como fracasó también la estrategia de derrotarlas militarmente, a pesar de que las Fuerzas Armadas llegaron a tener alto grado de profesionalismo en los campos de la inteligencia y del combate.

Lo que pasa es que una guerra de guerrillas es muy difícil de ganar porque en ella no hay episodios de confrontación directa, sino golpes arteros en un sitio o en otro de imposible prevención. Se hizo de todo. Se bombardearon campamentos; se dio de baja a importantes comandantes; se llevó a algunos a la Justicia, pero en ‘las montañas de Colombia’ seguían mandando ‘Tirofijo’ y compañía, sin que el Estado pudiera derrotarlos.

Betancur, Barco, Gaviria, Samper, Pastrana, Uribe, y por último Santos hicieron lo que se pudo, sin resultados exitosos. Hasta que Juan Manuel Santos, convencido de que la derrota militar era un imposible, logró sentarlos a la mesa de negociación y luego de cinco años se suscribió el acuerdo, torpedeado desde un principio por el señor Uribe y sus laderos.

En su libro, Juan Manuel Santos narra en detalle cómo pudo su gobierno convencer a la comandancia de que por las armas no llegarían jamás al poder, y que se imponía el diálogo. No fue fácil por la radicalización del grupo insurgente, pero al fin se pudo y hoy Colombia ya no tiene la tragedia de combatir a un enemigo oculto que le causó tremendo daño al país. Ese proceso le costó pérdida de popularidad al presidente, que hoy goza de alto reconocimiento.

La obra de Humberto de la Calle contiene el itinerario de la negociación, desde Oslo hasta el Teatro Colón en Bogotá.

Ambos libros, exquisitamente escritos, son de importancia capital para la convulsionada historia nacional. Creo que los que votaron No en el plebiscito ignoraban lo que arriesgaban con su absurda negativa.

El libro de Santos ha agotado varias ediciones, y aparece como el más vendido en Colombia en las últimas semanas. Su lanzamiento en la Feria del Libro de Bogotá fue impresionante pues el público recibió a Santos con vítores y aplausos, y la presentación que hizo junto con el novelista Juan Gabriel Vásquez, fue magnífica.

Colombia empieza a reconocer en Humberto de la Calle y Juan Manuel Santos a los dos principales artífices de la paz tan difícilmente alcanzada y no se entiende que la derecha enfile baterías contra ambos porque lograron a través del diálogo lo que no se consiguió por medio de las armas.

Como el gerente de la campaña del No dijo que ganaron por haber sacado a la gente a votar berraca, pienso que estos libros sirven para desemberracarla y pensar más en la paz que en la guerra.

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