El regreso de Cecilia
El agro es un tema esencial para el futuro gobierno y el trabajo del Pacto Histórico durante la campaña caló profundo donde el problema agrario y la pobreza rural es más agudo...
Siga a EL PAÍS en Google Discover y no se pierda las últimas noticias
Aparte de lo obvio que resultó que Cecilia López Montaño fuera designada en algún alto cargo en el gobierno de Gustavo Petro, su nombramiento como ministra de Agricultura me hizo pensar en dos implicaciones históricas: el fin de la dominación del Partido Conservador en esa cartera desde el año 2000, salvo Aurelio Iragorri y Juan Guillermo Zuluaga; y el fin de una era de ministros vinculados a la agroindustria y sus gremios, que se inició hace 25 años, justo cuando Cecilia López dejó el mismo ministerio al que ahora regresa.
La identidad conceptual entre la futura ministra y el próximo presidente en problemas como desigualdad social, industrialización, empleo y agro es inocultable. Hace diez meses en una columna en El Espectador Cecilia López dijo sobre el problema agrario que: “Sin sector rural no hay agroindustria, real posibilidad de parar la desindustrialización que ha vivido el país. Es la brecha más grave en este momento, la rural-urbana.
Le llegó la hora al campo”. Frenar la desindustrialización fue uno de los puntos en los que más insistió Petro en los cortos momentos de la campaña en que se pudo discutir algo. Y fue uno de los aspectos tratados por el futuro ministro de Hacienda José Antonio Ocampo en una entrevista a El Tiempo.
Hace unos días aventuré la hipótesis que Petro tendrá unos ministerios que reflejan los compromisos con la alianza de la unidad nacional, y otros que reflejarán su compromiso con la gente que le dio el triunfo. Cecilia López encaja en este segundo compromiso que es tan fuerte para Petro que asume el riesgo político frente al acuerdo nacional, de quitarle al Partido Conservador su principal oxígeno burocrático y presupuestal de los últimos 20 años.
El problema agrario tiene muchas dimensiones: acceso a la tierra, industrialización, financiación, relaciones con los gremios, cooperativismo, capacidad exportadora, ampliación de la tecnología. En el camino a cumplir con ese programa la futura ministra encontrará empresarios que fueron francamente hostiles a la candidatura de Gustavo Petro, como algunos muy representativos de la industria lechera, a los palmeros y claramente al gremio ganadero representado en Fedegán, cuyo presidente además se opuso a los acuerdos de paz con las Farc, que Petro ha dicho que va a implementar de manera efectiva.
Si además buscar la reindustrialización del país tomando la vía del campo como lo propuso Cecilia López, implica la revisión de los tratados de libre comercio, punto en el que Petro también ha sido insistente desde antes de la última campaña, pocas personas en Colombia más pertinentes para esa tarea que la nueva ministra.
El agro es un tema esencial para el futuro gobierno y el trabajo del Pacto Histórico durante la campaña caló profundo donde el problema agrario y la pobreza rural es más agudo: en el Caribe y el Occidente. En esas dos regiones, Petro sacó el 46 % de sus votos en segunda vuelta, con porcentajes a su favor del 80 % en el Pacífico y del 60 % en la Costa.
En los 25 años que pasaron desde la última vez que Cecilia López fue ministra, en el campo detonaron enormes movilizaciones nacionales como los paros agrarios de 2013 y 2016 y el campo se involucró decididamente en el de 2021, el peor disturbio social del país desde 1948.
Tenían hechos a su favor quienes decían que las elecciones las ganaría el candidato que mejor interpretara lo ocurrido en 2021. Quienes sólo vieron vandalismo perdieron, quienes vieron una crisis social ganaron. La misión de Cecilia López será resolver la crisis del campo, para que el vandalismo no regrese.
6024455000