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Muy poco, muy tarde

Evidentemente el Presidente es ahora la cebra coja rodeada de leonas sentadas esperando el momento del hartazgo

5 de marzo de 2023 Por: Vicky Perea García

Lacónico es el comunicado en el que el Presidente de la República le pide a la Fiscalía investigar a su hijo y a su hermano por “la información que se rumora en la opinión pública” y que los ligan a complicados procesos de corrupción.

“Too little too late” le responderían los amigos del Partido Demócrata a Gustavo Petro, que nos tiene acostumbrados a ripostas mucho más sonoras y adjetivadas. Muy poco porque minimiza el problema a “rumores” y escurre el bulto pidiéndole a otro, en este caso la Fiscalía, que haga lo que le corresponde, investigar, pero sin adoptar él mismo ninguna medida. El comunicado se desvía luego a recordar quién ejerce unas competencias (el Comisionado de Paz) que son las que habría brincado Juan Fernando Petro. Finaliza haciendo unas promesas, como en campaña, sobre la prioridad de la vida, la paz y, cómo no, la lucha contra la corrupción.

Contrasta esto con las medidas muy específicas que tomó contra Piedad
Córdoba marginándola de la campaña para que resolviera sus “sindicaciones jurídicas”. Por eso el comunicado es corto frente a la magnitud del problema derivado de “la información que se rumora” y que ahora sabemos que viene con chats, grabaciones, fotos y CDT.

Pero el comunicado también es tardío. La nuera le había contado al Presidente un mes antes; pero ya había fotos de Nicolás Petro con herederos y allegados de hijos ilustres de Sahagún animadores principales del escenario judicial colombiano en las últimas décadas. Encuentros rechazados por una de las hijas del Presidente que señaló directamente a Nicolás Petro y frente a los cuales la reacción del papá presidente también llega tarde. O las imágenes de la camioneta blindada que viene de un contratista del Estado que apoyó la campaña presidencial. Nada de eso inspiró una sola medida concreta.

La “información que se rumora” sobre el enorme e irresponsable apetito financiero de Nicolás Petro pidiendo plata para la campaña, para ayudar a gente en el gobierno recién electo, están desde hace tiempo en Barranquilla y no es muy creíble que Petro no hubiera tenido alguien que le informara sobre lo que sucedía justo en la región donde su campaña estuvo mejor organizada y fue más exitosa, en la que la pareja presidencial tiene amplios contactos y redes porque ambos son de allá, como los ñoños y Musas en cuerpo ajeno.

Personalmente me tiene sin cuidado el impacto sobre la gobernabilidad. Eso lo arregla el Presidente con sus ministros en los usuales conciliábulos con los partidos de gobierno. Evidentemente el Presidente es ahora la cebra coja rodeada de leonas sentadas esperando el momento del hartazgo. Pero la burocracia es suficientemente frondosa para “estabilizar” la situación y remachar la coalición a cambio de ampliar la representación, basado, supongo, en declaraciones sobre la democracia y la transparencia.

En el comunicado, Petro pide que se respete la presunción de inocencia, el debido proceso y la autonomía judicial y el partido de gobierno corea la consigna. Tienen razón, así debe ser, pero en Colombia los políticos de todas los colores y nombres se han dedicado a copiarse unos a otros.
Luego de haber sido pisoteados en su presunción de inocencia, pisotearon la presunción de inocencia de sus contrincantes, para ahora pedir que se respete la presunción de inocencia del joven Nicolás, que trinaba en campaña junto con un reparto estelar de abusadores de la presunción de inocencia como Gustavo Bolívar. Les urge correr la línea ética, diría Guanumen, en favor del hijo presidencial en apuros.

Debe ser por eso que dicen que la política es dinámica.

AHORA EN Guillermo Puyana Ramos