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El comparendo equivocado

¿Qué explica entonces esa anomalía entre el tipo de comparendos y las causas de los accidentes? ¿Por qué a la gente la multan más por una razón ambiental (revisión técnico-mecánica) o legal (no tener licencia)...

14 de julio de 2019 Por:

Los últimos días los periódicos registraron con profusión accidentes de tráfico fatales por todas partes. Solo el viernes la edición digital de El País daba cuenta de tres accidentes, entre ellos un vehículo incrustándose en un supermercado y otro chocando ocho motos. A principios de mes, la Agencia Nacional de Seguridad Vial presentó los saldos nacionales del puente festivo: 63 muertos, 21% más que el año pasado, y 410 heridos. Pero como en estadística siempre es posible ganar, reportó que se redujo la accidentalidad, 364 accidentes, 32 menos que en 2018 cuando hubo 396; menos accidentes con más muertos, eso es ganar perdiendo, la costumbre nacional. En solo dos eventos hubo 27 víctimas: 9 muertos en Córdoba y 18 heridos en una carretera del Valle del Cauca. El boletín de la Ansv incluyó los datos de sanciones: 2469 multas, que se desagregaron en 488 por carecer de revisión técnico mecánica, 771 por no llevar licencia de conducción y 557 por no tener Soat; el 72% de las multas fue por conductas que no son las causas directas de los muertos y heridos, como el exceso de velocidad y todas las modalidades de conducción peligrosa que se ven por doquier.

Un par de semanas antes la Ansv divulgó las cifras desagregadas por departamento para el periodo enero-mayo. El Valle del Cauca es un espejo del país, en general se reducen marginalmente los accidentes, pero no se corrige la caracterización victimológica, ni las causas de los accidentes. Pero la estadística que viene recogiendo la agencia es muy útil para entender lo que está pasando en las vías del país y del departamento.

Hay datos obvios: mueren más hombres que mujeres, más en la ciudad que en el sector rural y más motos que otros ‘actores viales’, cada vez más. Pero hay otros menos comunes y muy importantes: el rango de edad más afectado es el de los adultos entre 35 y 60 años con el 34%, mientras que en el rango de los 20 a los 34 años suma el 27%. El 61% de los muertos en accidentes de tránsito eran personas en edad de trabajar. Y es yendo y regresando del trabajo que la gente se accidenta y muere, los picos están en las horas de las 6 a las 9 de la mañana y de las 6 a las 9 de la noche, cuando la gente puede estar más decidida conducir peligrosamente porque tiene que llegar al trabajo o quiere llegar a su casa luego de la jornada.

¿Qué explica entonces esa anomalía entre el tipo de comparendos y las causas de los accidentes? ¿Por qué a la gente la multan más por una razón ambiental (revisión técnico-mecánica) o legal (no tener licencia) que por lo que realmente está matando a los conductores y peatones? Por todas partes se ve a policías multando carros mal parqueados mientras los buses pasan a toda velocidad, los carros invaden carriles opuestos y las motos zigzaguean.

Esta tipología de la accidentalidad vial implica costos personales, sociales y económicos inmensos para un Estado de recursos limitados, que debería usarlos para corregir los principales factores de riesgo, no los secundarios, porque las prioridades están alteradas y salvar vidas debería tener prelación sobre cualquier otra cosa a la hora de decidir cómo usar lo poco que hay. La mayor complejidad del tráfico urbano, con actores cada vez más atípicos como las patinetas eléctricas transitando por andenes peatonales solo hará más difícil el problema, de manera que la combinación de educación con sanción debe orientarse al problema central que es la conducción peligrosa.

AHORA EN Guillermo Puyana Ramos