Guadua sobre ruedas

En Colombia, la guadua es más que un recurso natural. Este bambú andino, fuerte, flexible y de rápido crecimiento, ha sido durante siglos un aliado clave en la arquitectura rural del país. Pero en los últimos años, su potencial ha empezado a expandirse mucho más allá del campo. Diseñadores, ingenieros y emprendedores la están redescubriendo como un material del futuro: renovable, resistente y con una huella ambiental notablemente menor que la de la madera tradicional.

Uno de esos pioneros es Mauricio Rodríguez, diseñador industrial y docente caleño, que encontró en la guadua una aliada inesperada para otra de sus pasiones: el longboard.

Todo comenzó a inicios de los años 2000, cuando un grupo de jóvenes se lanzó por las empinadas calles del barrio San Antonio, en Cali, sobre tablas improvisadas. La adrenalina los llevó luego a recorrer las carreteras de los Farallones, dando origen a una comunidad que, con el tiempo, ayudó a consolidar el longboard como una disciplina emergente en el país.

Para Rodríguez, sin embargo, el longboard no solo era un deporte, sino un laboratorio creativo. Desde su formación en diseño, comenzó a cuestionarse cómo podía crear una tabla que, además de funcional, fuese también sostenible. La mayoría de los modelos en el mercado eran importados y hechos de arce canadiense, una madera de crecimiento lento, que debía viajar miles de kilómetros hasta llegar a Colombia. ¿Por qué no aprovechar un recurso local como la guadua?

Así nació Longboard Colombia, primero como una tienda que importaba productos, pero con la visión clara de fabricar localmente tablas de alto rendimiento a partir de guadua. El camino fue largo: años de investigación, pruebas y errores para perfeccionar las técnicas de laminado y asegurar que las tablas fueran tan resistentes y duraderas como las tradicionales.

Finalmente, lo lograron. Hoy, Longboard Colombia fabrica tablas con estándares internacionales, adaptadas a las características físicas de los usuarios locales y con un enfoque centrado en el diseño sostenible. Cada pieza no solo es un equipo deportivo, sino también un símbolo cultural: une el legado rural de la guadua con el dinamismo de la vida urbana.

La propuesta de la marca va más allá del producto. Es una declaración sobre cómo el diseño colombiano puede ofrecer soluciones innovadoras y responsables. En lugar de importar materiales, Rodríguez apuesta por transformar lo que el país ya tiene -naturaleza, saberes y creatividad- en productos de alto valor agregado.

Con la mira puesta en mercados internacionales, Longboard Colombia busca ahora posicionar la guadua como una alternativa global frente a las maderas tradicionales. Su historia demuestra que, con visión y perseverancia, es posible transformar una tradición en innovación, sin perder la raíz.

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Posdata. Gracias al acompañamiento de Acopi Seccional Valle del Cauca y el Centro Nacional de Productividad, la empresa avanza en su proceso de fortalecimiento empresarial y en la preparación para llevar sus productos sostenibles al mercado internacional.